"Hola, me llamo Nerea y tengo 38 años. A pesar de conocer El Mueble desde que era pequeña, fue una amiga de la infancia quien me animó a presentarme al concurso. Juntas solíamos jugar a decorar pisos para nuestras muñecas en las estanterías que vaciábamos para ello. Las fotos que os envío son del piso en el que resido con mi pareja y nuestros críos de 5 y 2 años a quienes me encantaría tener el honor de mostrar su casa en las páginas de vuestra magnífica revista". Así se presenta nuestra lectora Nerea Guridi.
"El piso en el que vivimos se ubica en un edificio de más de 120 años que fue rehabilitado totalmente en el 2013. Se trata de un edificio situado frente al muelle del puerto de Pasajes, en la localidad de San Pedro, muy cerca de San Sebastián.
Al tratarse de la casa en la que nació y creció mi suegra, fue ese motivo junto con su ubicación, luminosidad y amplitud (sin olvidar el balcón de 20 metros cuadrados que da al muelle) lo que nos animó a hacernos con ella en el 2012 y embarcarnos en la rehabilitación total que llevamos a cabo hace 6 años" añade la protagonista de este reportaje.
"Este piso consta de 115 m2 que se distribuían antes en seis habitaciones, trastero, cocina y un cuarto de baño. Lo primero que decidimos fue unir tres habitaciones para crear un amplio salón y reducir así el largo pasillo de la vivienda, acercando un poco las vistas a la entrada" añade Nerea.
"Debido a la distribución característica de este tipo de vivienda, el recibidor era casi inexistente, por lo que abrimos la cocina a la entrada para disminuir la sensación de túnel que había al entrar" nos cuenta. Lo apreciamos perfectamente en la imagen superior de la cocina. Está decorada en tonos neutros y tiene una pared con una bonita composición de cuadros.
"Crear un cuarto de baño adicional en el lugar del pequeño trastero y unir el cuarto de baño principal a nuestra habitación fue otra de las intervenciones que realizamos. Finalmente, decidimos subir los techos previamente bajados para ampliar el volumen de las estancias y poder lucir así las vigas de madera de la estructura en su totalidad" sigue explicando.
"Al comenzar a lucir la piedra del muro del salón fue cuando descubrimos las seis piedras de sillería que enmarcaban ¡una antigua ventana secreta que había sido tapiada muchos años atrás! Decidimos pues, lucirla y dejarla a modo de hornacina. Creo que este podría ser uno de mis rincones favoritos de casa" nos confiesa Nerea. Sin duda un rincón con mucho encanto e historias que contar.
"Si tuviese que destacar algo de mi hogar, serían sin duda, sus dinámicas vistas con embarcaciones que entran y salen del puerto, así como el aroma a mar que se cuela en casa en cuanto abrimos una ventana. Los amaneceres y atardeceres que a menudo tenemos el placer de disfrutar también me hacen realmente feliz. Muchas gracias y ¡un saludo!" concluye.
Muchas gracias a ti Nerea por dejarnos entrar en tu casa.