Casas de lectoras: la elegante casa con muebles recuperados y vistas parisinas de Guillermina en Buenos Aires

"Cuando me vendieron el piso, me dijeron que estas vistas eran como tener un poco de París en Buenos Aires. ¡Y realmente es así!", explica la anfitriona. Este edificio antiguo no solo tiene encanto, sino que guarda muchas historias: fue construido por un italiano durante la Segunda Guerra Mundial para acoger a su familia. 

Guillermina y Max -su marido- también se mudaron aquí para escribir la suya propia. Ella estaba embarazada de su primer hijo, Augusto. Y acabó siendo el hogar perfecto para formar una familia junto a su segundo hijo, Salvador. Los dueños anteriores tenían una gran biblioteca repleta de libros en el salón y la decoración era muy antigua. Así que les tocó ¡cambiarla por completo!

En el comedor crearon un rincón amplio y elegante, perfecto para recibir amigos. "Muchos de los muebles son especiales, algunos llevan hasta tres generaciones en la familia", explica la lectora. Que los cuida con mucho cariño y los va restaurando sin perder su esencia. 

La cocina fue otro de los espacios que remodelaron por completo. El revestimiento de baldosas tipo metro -en acabado ladrillo- siempre es un acierto. Es una opción económica, práctica y da un toque vintage que nunca falla. 

Aprovecharon este material para crear un murito que diferenciara el espacio del lavadero del resto de la cocina. Un buen truco para dejar pasar la luz natural y ganar sensación de orden.

Y aún les quedó espacio para crear un office pequeño, con mucho encanto, ideal para disfrutar de desayunos rápidos o tomar el café antes de ir al trabajo.

¿Un detalle? La original estantería donde guardan algunos accesorios de cocina. Sus baldas de madera contrastan con la estructura blanca y la combinación de libros, utensilios y botellas dan un aire moderno e informal. 

En el dormitorio principal destacan los tonos tierra y vibrantes. "Me gusta mucho como combinan con el mix de muebles antiguos y modernos", confiesa. ¿Te has fijado en la lámpara y el cabecero?

Admite que se inspiró en la revista El Mueble para decorar su casa porque es un clásico que se reinventa y nunca pierde vigencia. Como el tocador a los pies de su cama: una pieza con carácter, que también abraza su historia. 

Como en la mayoría de casas, durante la pandemia surgieron nuevas necesidades. En el caso de Guillermina y su familia, disponer de un espacio para trabajar más cómodo y tranquilo se volvió imprescindible. 

La otra habitación es el dormitorio compartido de los chicos. Para ganar espacio, optaron por colocar unas prácticas literas blancas con una cama supletoria escondida debajo. ¿Y los textiles? En azul, un color que aporta fuerza y sensación de frescura.