Casas de lectoras

Casas de lectoras: la casa de 60 m2 falta de espacio, pero sobrada amor de Aina cerca de Barcelona

La lectora Aina Casademunt tiene una casa muy luminosa con todo tipo de detalles personales y recuerdos que le dan encanto. ¡Es una de las seleccionadas del concurso!

Aina Casademunt

Andrea Vázquez Creus

Periodista y coordinadora de ElMueble.com

Actualizado a 14 de junio de 2021, 10:01

"En mi cabeza no encuentro el recuerdo de cuando vi por primera vez una portada de El Mueble, supongo que será porque siempre han estado en casa. De pequeña no era la típica niña que se entretenía leyendo cuentos infantiles o bien usaba un cuaderno con dibujos sin pintar para practicar al no salirse de la línea...", así empieza su historia con la revista El Mueble Aina Casademunt, @urbain_lumiere en redes sociales, que tiene una bonita casa de 60 m2 en Pineda de Mar (Barcelona). Es muy luminosa y está llena de detalles.

"Lo único que recuerdo es lo bonito que me parecía ver un sofá en beige, un lino tendido en una cama o un estor blanco en un gran ventanal, por allí por los 90' ni siquiera sabía escribir fotosíntesi, que ya sabía que lo natural siempre es bien para un hogar. Y hasta ahora, creo que no he fallado ni un mes al comprar la revista", añade.

"Decidí estudiar algo totalmente diferente a la decoración, pero cierto es que trabajé en una conocida tienda de decoración. Así me pagaba los estudios y así descubrí que mi cuerpo se activaba cada vez que pasaba por un escaparate de Zara Home o que mis ahorros ya no iban para esa camisa Top Ventas, sino para un conjunto de cama. Además, encontré a alguien con quien compartir la vida y así es como di los primeros pasos en decoración", explica la protagonista de este artículo.

"Vivimos en una casa de los años 60, a dos calles del paseo marítimo, cerca de Barcelona. Es la casa familiar de mi chico, nos separa de mis suegros un jardín lleno de árboles frutales. Como tal, sus habitaciones están distribuidas al azar y el espacio no es muy grande (compartimos amor en 60 m2) pero aquí dentro pasan las mejores cosas de nuestra vida", cuenta nuestra lectora.

"Y pienso... ¡Es muy importante estar bien en casa! Por eso, empezamos con las reformas: al ser un espacio tan pequeño y en una sola planta, al inicio derribamos todas las habitaciones menos dos (ahora una es la principal y la otra el tocador), la cocina se transformó en un espacio luminoso y práctico (es el centro de nuestro hogar) y donde estaba el comedor ahora está el salón (sabia decisión)", detalla Aina.

"Nuestra casa es peculiar: tenemos una mini entrada que la separa del resto un mueble vintage, el tocador es una antigua máquina de coser de la abuela de mi chico, la mesa donde comemos la compramos a una señora mayor que estaba de mudanza, las estanterías son de mi madre (por allí los años 70), la bola del mundo es donde guardo mis cachivaches para las plantas (mi abuela estaría orgullosa de su uso) y la radio de mi abuelo la observo todas las mañanas mientras bebo café", revela nuestra lectora.

Aina tiene la cocina hecha de Ikea, blanca y con las encimeras de madera, buscando esa calidez que tanto le gusta. Lo puedes ver en esta foto. Y si le das a las flechas de la galería podrás ver fotos del antes.

"Adoro mi casa porque está llena de recuerdos y sé que, en parte, mis seres queridos están presentes de algún modo. Lo que más me gusta es el banco que tenemos bajo el ventanal, más que un banco es la estantería Kallax de Ikea. Allí da el sol todo el día, así que el café mañanero revive hasta al más angustiado y la lectura no tiene toque de queda", reconoce la joven.

"Dos años después del primer gran cambio y en mitad de una pandemia decidimos poner parquet en toda la casa (el suelo estaba repleto de manchas por el paso del tiempo y bueno, tampoco es que fuese bonito), ese fue el paso final que hizo abrir mi mente", admite Aina.

Aquí podéis ver el tocador hecho con una antigua máquina de coser...

"No he hablado de la segunda planta: todo terraza, ideal para tomar el sol y cenar en verano. Pasa la brisa lo suficiente para poder estar sin morir de calor y que la ropa seque en una hora (¡no todo es glamuroso en casa!). Cuando lees la descripción parece una casa maravillosa, pero tiene sus cosas... falta algo de espacio, pero no sobra amor. Amamos esta casa como si la hubiéramos construido nosotros o como si pusiéramos ladrillo a ladrillo. ¡Tiene mucha historia y eso es lo que la hace especial!", concluye nuestra lectora.

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