Esta casa representa un gran cambio de vida para nuestra lectora suiza Guillemette. Que pasó de tener una vida muy estresante entre Ginebra, París y Lyon, a vivir en un oasis de paz donde poder relajarse en familia.
Su pareja era de Alicante y decidieron volver -junto con sus dos hijas- en busca de un lugar tranquilo cerquita de la naturaleza. "Visité sola esta finca de 170 m2 en Aguas de Busot y me enamoré a primera vista. Después de ver unas 20 casas, ¡supe que era esta!", introduce la anfitriona.
el RECIBIDOR
Antes
"El pueblo es encantador y la casa tenía muchísimo potencial. Soy diseñadora de interiores y tengo la suerte de que mis cuñados trabajan en la obra, así que buscaba algo para reformar", admite.
Después
La estructura estaba en buen estado, "pero tuve que cambiar toda la decoración porque no me gustaba nada. Incluso había un suelo con azulejos naranjas ¡y las paredes pintadas de amarillo!", explica Guillemette.
el salón - cocina
El espacio abierto con el salón comedor y la cocina es su rincón favorito. "Quería una decoración mediterránea con toques étnicos, de modo que opté por tonalidades naturales como el beige y piezas de fibras o ratán", detalla.
Antes
Después
También tienen un sofá enorme donde poder pasar tiempo los cuatro: "¡Nos gusta mucho el cuero! Es genial para poder tumbarnos y hablar o mirar una película juntos".
la cocina
La estancia es muy luminosa y está rodeada de terrazas con vistas al mar y a las montañas. "Enfrente de la cocina hay una gran terraza y pensé en ampliar por allí la casa. Pero fue una decepción, ya que la normativa vigente no nos lo permitió por falta de metros", confiesa.
Antes
Después
los dormitorios
Guillemette también trabaja con hoteles de lujo, así que además de fichar los trucos de la revista, se inspira con la decoración de las habitaciones que visita.
Antes
Después
Para el dormitorio principal eligió un color terracota que le recordaba a sus viajes a Marruecos y, a su vez, daba un ambiente relajado. En cuanto a las habitaciones de las niñas, fueron dos los colores protagonistas: el rosa y el azul.
el porche y el jardín
Como alternativa a la ampliación frustrada de la casa, Guillemette creó un piso independiente de 40 m2 con patio donde antes solo había una sala de juegos. ¿El resultado? Un lugar perfecto para acoger a amigos y familiares.
Ahora, el jardín es un lugar ideal para compartir y disfrutar en la mejor compañía de sus increíbles vistas a la Costa Blanca. ¿Qué más se puede pedir?