65 ideas para decorar y preparar tu casa de campo o de playa, ¡y disfrutarla en vacaciones!

Una casa de vacaciones debe ser funcional y práctica. No se trata de decorarla como nuestra vivienda habitual. Vístela con muebles que tengan líneas simples que otorguen al espacio frescura y ligereza.

Apuesta por los muebles multifuncionales y polivalentes, como un puff que puede servir de mesa de centro, o un banco con capacidad para guardar. De ese modo, tu casa se verá mucho más ligera y ahorrarás en limpieza, dinero y tiempo.

Aunque la combinación del blanco y del azul es la estrella en verano, no dudes en incluir alguno tono cálido que dé calidez al ambiente. Para no perder esa esencia veraniega, no abuses y déjalo solo en los complementos, como se ha hecho en este salón de verano. 

Si en el interior, las fibras son un must, en el exterior, ¡tampoco pueden faltar! Llévalas al porche o a la terraza mediante alfombras, lámparas o auxiliares, como se ha hecho en este porche completamente decorado con piezas de IKEA. 

Igual que podrás darle mucho uso en verano, si cierras la zona del porche con unos acristalamientos, podrás disfrutarlo en cualquier época del año. 

Los muebles de bambú están de moda y, además, es un material perfecto para un apartamento de playa, porque da un look casual muy veraniego. Además, es muy resistente, fresco y sin apenas mantenimiento. Al ser muy ligero, puedes mover el mobiliario fácilmente dentro y fuera.

Los diseños con asiento o respaldo trenzado vuelven a llevarse. Aportan un toque rústico y también muy fresco, porque están ventilados y resultan menos calurosos. 

Aprovecha cada metro cuadrado al máximo y conecta espacios como la cocina y el comedor e incluso el salón. Todo se verá más amplio, como ha hecho aquí la decoradora Mireia Torruella. 

La madera es uno de los materiales esenciales para conectar el interior con la naturaleza del entorno. Elige tonos claros o, si tu casa de vacaciones está cerca del mar, puedes compensar su peso visual pintándola de blanco o decorando con colores claros para iluminar los interiores.

Pinta las paredes de blanco, sobre todo si tu casa de veraneo está en un lugar de la costa. De ese modo, dejará entrar claridad y se convertirá en un lugar luminoso y fresco. Si -como en este salón- tienes grandes ventanales que invitan al exterior a formar parte de la decoración, el blanco te permitirá no saturar visualmente el interior.

El blanco es el color estrella de una casa de veraneo, pero es importante evitar que sea puro, porque puede deslumbrar o resultar frío. En este sentido, es mejor optar por el blanco roto que, además, combina muy bien con colores intensos como el azul, el turquesa o los alegres amarillo y coral.

Las fibras naturales, los textiles de lino y llevarse los colores de fuera a dentro hará que sientas que duermes bajo las estrellas, pero en la comodidad de tu cama.   

Si te apasiona el mar y quieres que el estilo marinero esté presente en la decoración de tu casa, apuesta por estos dos colores, el blanco y el azul. Puedes jugar con todas las tonalidades del azul y potenciar la luminosidad del blanco.

Nada decora como un paisaje natural como el de esta imagen. Así que si disfrutas desde el dormitorio de tu casa de veraneo de unas vistas como estas o de la verde montaña, no dudes en colocar la cama mirando hacia ellas. ¡Verás qué amaneceres!

Las cortinas de cristal son la mejor opción para unir el interior y el exterior sin obstáculos que te roben las vistas. Cerradas o abiertas te parecerá que estás en el mar. 

El cañizo es un material muy habitual para cubrir una valla o crear un techado en la terraza, pero también quedará genial en el techo de tu casa para conseguir ese aire de verano. Píntalo de blanco y no perderás ni un ápice de luz.  

Una cocina exterior se convertirá en el corazón de tu casa de vacaciones. Si tienes un porche, un jardín o una gran terraza, planifica una cocina en la que preparar cosas básicas. Si no tienes hueco, siempre puedes decantarte por una barbacoa.  

Pinta algún elemento estructural de la casa (umbral de la puerta, el marco de la ventana o incluso las contraventanas) de azul turquesa. El resultado será espectacular creando además una perfecta armonía entre tu casa y su entorno.

Junto con el blanco, los colores empolvados son más refrescantes y ligeros y aportan luminosidad y sensación de amplitud. 

Las fundas son una manera de renovar tu sofá fácilmente. Las de lino lavado son bonitas y prácticas. Ya han tenido un ciclo de lavado y son mucho más suaves al tacto, no pesan tanto y no necesitan plancha: van de la lavadora al sofá.

Con un sofá cama puedes ganar hasta dos camas. Los más cómodos son los desplegables con sistema italiano: la cama es fácil de extraer y ofrece un colchón de hasta 160 cm sin ninguna hendidura una vez abierto.

Lo ideal es que la cortina sea de trama abierta, que dé intimidad y evite que el sol entre en casa, pero también deje que se filtre la brisa y tenga movimiento. Elígelas de colores naturales o en blanco, que siempre resultará más fresca. El lino y el algodón son dos de los materiales estrella. 

Aunque las baldosas que decoran estas escaleras eran las originales, si quieres el mismo efecto en tu casa, lo puedes conseguir con papel pintado o vinílico. Elígelo con colores frescos y veraniegos, que te recuerden que ¡estamos en verano!

Si cuentas con un porche o una zona de pérgola, plantéate completarla con unas cortinas vaporosas o, como aquí, unos estores de esparto para protegerte del sol durante las horas de más insolación. Refrescarás este espacio y le darás más uso. 

Si tu casa de verano está en la playa, una ducha para quitaros la arena será fundamental. ¡Pero no prescindas de ella si está en la montaña o en el campo! Agradecerás un refrescón a media tarde –sobre todo si no tienes piscina–.  

Gana frescura y sensación de amplitud con suelos de madera blanca. En verano es más ligero y en invierno puedes abrigar el suelo con alfombras para que aporten una mayor calidez. 

Hace tiempo que las alfombras dejaron de ser un accesorio para vestir el suelo únicamente en invierno. Las de fibras son las más frescas y resisten bien el sol, aunque hay que tener cuidado con el agua. El bambú y el yute –más delicado– son suaves a la pisada. El esparto y el sisal resultan más ásperos y rústicos.

Las alfombras de algodón son una alternativa a las fibras para el verano, dentro y fuera de casa. Son muy resistentes al calor, lavables en la lavadora, no acumulan electricidad estática y absorben muy bien la humedad. 

Este tipo de alfombras se caracterizan por su colorido. Los kilims siempre aportan una sensación de alegría. 

En tu casa de vacaciones puedes "experimentar" y atreverte con todo lo que te gustaría hacer y que en tu primera residencia no haces. Así, puedes apostar (y acertar) por un estilo un poco más vintage adquiriendo una pieza antigua.

Atrévete a decorar una pared especial de tu apartamento de verano con una composición o collage de fotos, alguna postal especial, detalles decorativos... Darás personalidad y un toque desenfadado a tu segunda residencia. 

Las alacenas son piezas decorativamente muy valoradas y, a la vez, muy prácticas para tener a mano el menaje. Además, dan mucho calor de hogar. Si quieres renovarla, atrévete a pintarla con chalk paint y conviértela en la estrella del comedor o del salón este verano. 

El ventilador es una buena alternativa al aire acondicionado (aunque no son incompatibles entre sí) que te puede ayudar a ahorrar en la factura de la luz. No enfrían el aire, pero con su movimiento crean ambientes más frescos de manera natural. 

Para el dormitorio, elige tonos suaves y tostados si tu casa está en el campo y juega con los azules si está en la costa. Si quieres que las noches de verano no se hagan soporíferas, para tus sábanas opta por materiales naturales y frescos. El algodón es una de las mejores opciones ya que en verano te aísla del calor y en invierno te protege del frío.

Las fibras naturales aportan calidez y en este caso originalidad y personalidad al espacio al colocar cestas de mimbre como lámparas de techo.

Las vacaciones ofrecen desconectar de todo y aportan una sensación de bienestar, calma y comodidad. Desconecta y enmarca tus sueños con un dosel en el dormitorio.

Es una de las fibras naturales más utilizadas en decoración, especialmente en cestos, pero si quieres aportar un toque rústico, original y a la vez natural decora la cama con un cabecero de esparto.

Desde hace unos años que este tipo de espejos son tendencia. El espejo sol le da un estilo diferente y con personalidad a la estancia donde lo coloques. Prueba a combinar varios de distintos tamaños o acabados.

Las chimeneas, incluso apagadas captan la atención. Decora la chimenea en verano con una caja de madera llena de plantas aromáticas o una cesta con un ramo de lavanda o mimosa que aporte color. Decorar con verde nunca está de más y aporta un aire natural desenfadado a la estancia.

Aunque para una casa de veraneo el blanco es el rey de los colores, dale un golpe de efecto y salpícala de colores vivos. Ya sea en los muebles o en los textiles, los colores vivos ofrecen alegría y espontaneidad.

Decora con plantas y colócalas en cualquier rincón. Ya sean naturales o artificiales, las plantas aportan un plus de frescura y naturalidad. 

Recupera algún jarrón o cántaro de cerámica artesanal que tengas y verás que decora por sí solo aportando un toque rústico y natural.

No todas las noches son calurosas en verano. Y menos si tu casa de vacaciones está en el interior o en la montaña. Así que una manta o plaid resultará muy cómoda para abrigarnos en el exterior o incluso si echamos una buena cabezacita. Además, las mantas no tienen por qué ser voluminosas. En función del material y el proceso de tejido, las encontrarás con un generoso y envolvente volumen o extra finas.

Llénalo con flores frescas, vajillas y cristalerías multicolores, que ahora se vuelven a llevar, manteles estampados y cojines... Es verano y los espacios deben contagiarse de esta vitalista alegría. 

Pocos son los meses en los que no podemos disfrutar del exterior. Tan solo con un rayo de sol nos vale para salir de casa. Ya sea en el porche, la terraza o el jardín, elige los muebles de exterior más adecuados: apilables, plegables o extensibles... pero que aúnen practicidad, resistencia y buen diseño.

Son un aliado para el verano. Más allá que puedes llevártelas a la playa, también pueden servirte para habilitar un rincón de relax improvisado de quita y pon. Elígelas de telas resistentes a la humedad, lo agradecerás. 

Si no puedes disfrutar del agradable balanceo de la hamaca, no pienses que te has quedado sin opciones. Puedes optar por un columpio o por una silla colgante, hay de muchos tipos (con forma de caparazón, de balón o de cesta), tan solo tienes que elegir el que se adapte más a tu estilo.

Ten siempre tu rincón exterior a punto. Coloca unos bonitos cojines llenos de colores alegres y estampados atrevidos que aporten un aire veraniego y fresco. Para que sean más resistentes, elígelos de tejidos resistentes al exterior y procura no tenerlos a pleno sol, ya que podrían decolorarse. 

Apuesta por un mantel estampado, ya sea de motivos florales, geométricos o a rayas. Si los motivos del mantel son grandes combina con una vajilla lisa o con motivos pequeños y discretos.

El verano te permite ser más espontáneo y desenfadado a la hora de decorar la mesa. Así que atrévete y elige diseños coloristas o que nos evoque el verano, como esta vajilla blanca de loza ribeteada en azul. 

Elígelos de ratán o yute. Acompañarán a tu vajilla añadiendo textura y refrescante toque natural a la mesa. 

Las trepadoras y enredaderas son un aliado para llenar de color, vida y frescor el jardín. Una de las más llamativas es la buganvilla, con sus bráqueas multicolor. Esta flor tan mediterránea que nos enamora cuando se enreda por la pérgola y cuando ofrece con su sombra tardes de sobremesa inolvidables. 

Si tienes espacio en el exterior no puede faltar una hamaca donde mecerte y disfrutar de una siesta o un rato de lectura. Si se te dan bien las manualidades, incluso puedes hacer tu hamaca de macramé con este práctico paso a paso.

Crea una atmósfera de ensueño iluminando la terraza con lámparas solares, velas, farolillos o guirnaldas. Las noches de verano serán aún más mágicas.

Cualquier ocasión es buena para iluminar con velas, convirtiendo las noches de verano en algo mágico. Elígelas de citronela y, además, te protegerán contra los mosquitos. Una alternativa a las velas naturales, cada vez más lograda, son las tipo led, muy prácticas en ambientes ventosos porque evitas accidentes. 

Aunque las noches de verano son las más cortas también son las más apetecibles para pasarlas en la terraza o en el jardín. Cuelga estas lamparillas colgantes de macramé y añade un poco de color y romanticismo al ocaso. Además se pueden hacer en casa.

¿Tienes una casa de estilo marinero? Entonces no pueden faltar los motivos marítimos como las estrellas de mar o las conchas.

Decora la mesa de centro de tu casa de vacaciones con detalles únicos que recuerden el verano, como este bol con erizos de mar de diferentes colores, una colección de conchas o estrellas de mar, botes con arena... 

¿Tienes una pared sosa? Coloca varios sombreros de paja, es una idea original, fresca y veraniega. En esta propuesta de la decoradora Marta Prats, se ha aprovechado, además, la balda para colocar una hilera de sombreros a modo de exposición. 

Crea un rincón chill out para disfrutar del exterior con palets. El presupuesto es reducido y el resultado habla por sí solo. Puedes dejar los palets en su tono natural o pintarlos y luego decorarlos con cojines y colchonetas.

Cuando estás de vacaciones el estrés desaparece como por arte de magia. Una buena terapia para mantenerlo a raya es concentrarte restaurando un mueble. Píntalo en un color vivo y si quieres decápalo para restarle intensidad. Su resultado te sorprenderá.

Ya sea en la costa, en el campo o en el pueblo, las cestas de mimbre son un accesorio que nunca sobra en una casa de vacaciones. Decoran y son prácticas, ya sea para poner la leña, un ramo de mimosas o para dejarlas colgadas para usarlas al hacer la compra.

Los estampados con motivos de hojas o de plantas siguen de moda y este año conviven con estampados de aves tropicales.

Las flores aportan un aire desenfadado, fresco y vital y perfuman el ambiente con su aroma embriagador. Puedes decorar con un bonito ramo de flores o incluso poner en pequeños jarrones ramilletes de flores y decorar la mesa de comedor, la mesita de noche o cualquier estantería.

Los pequeños detalles importan y mucho a la hora de dar un look veraniego a la casa. Si se trata de un apartamento de verano, puedes copiar esta idea y decorar el pomo de alguna puerta con un colgante de un pez o un detalle marinero.