Antes y después: de porche estropeado a súper porche decorado por El Mueble con piezas de El Corte Inglés

Tener un porche tan espectacular y no aprovecharlo debería estar prohibido. En esta casa, además, el porche dibuja una 'L' y está junto a la piscina con lo que era perfecto para crear distintas zonas: salón, comedor y solárium. 

Con la ayuda de la nueva colección de exterior de El Corte Inglés hemos creado una zona de estar muy acogedora y fresca con muebles de madera de teca, fibras y toques artesanos. La zona más amplia del porche la hemos destinado a un completo estar con dos sofás de fibras enfrentados. Si quieres ver los productos y comprar alguno puedes ver el copia el look de este porche lleno de encanto.

Las piezas de yute y ratán son protagonistas en todo el porche y combinan genial con los muebles de madera de teca. También los tonos tierras y rojizos, cálidos y acogedores, presentes sobre todo en los cojines. Todo en el porche invita a relajarse y a compartirlo en buena compañía. 

La zona de la esquina del porche también estaba vacía. En lugar de pintado en blanco su techo tenía cañizo lo que nos daba una base perfecta para diferenciar la zona de comedor dentro del porche. 

Una alfombra y una lámpara de fibras enmarcan la zona de comedor presidida por una gran mesa de madera de teca, acompañada de sillas de fibras y un banco de ratán. Un trío cómodo y muy cálido. Poner un banco en lugar de sillas da un aire más relajado al comedor exterior y suma asientos. 

Para el servicio de mesa hemos elegido una vajilla artesanal, pintada y horneada a mano, que se inspira en la cerámica tradicional de Granada. Queda enmarcada por unos cálidos individuales de ratán y por dos manteles de lino colocados a lo ancho. 

Uno de los laterales del porche da la espalda a la psicina que comparte su mismo suelo de cerámica y está rodeada de plantas que le dan intimidad y una especie de cenador. 

La zona de estar del porche y la de relax comparten las mismas claves decorativas: muebles de fibras de formas redondeadas y una paleta cálida para los textiles. El sofá queda de espaldas a la piscina y al tener el respaldo bajo no tapa las vistas y propicia la comunicación visual. 

Dos butacas y una mesa de ratán han sido suficientes para crear una zona de relax junto a la piscina. Se trata de piezas ligeras, fáciles de mover y muy decorativas que, además, ofrecen una sentada cómoda. El toque final lo ponen cojines en la gama de los rosas combinados con blanco.