Antes y después: la impresionante reforma de esta cocina de 20 m2. Ahora es cálida con la madera y está llena de trucos para aprovechar el espacio

Si bien antes la cocina tenía grandes ventanales que permitían la entrada de luz directamente desde la calle, el conjunto de muebles que había impedía que la claridad ganase protagonismo en esta estancia. Además, el espacio de almacenaje era escaso y las zonas para convivir, comer o cocinar no estaban bien delimitadas ni eran suficientes para una familia de cuatro miembros. Había trabajo por hacer y la tarea no era nada fácil...

¡Qué cambio! Con el objetivo de aprovechar toda la altura de la cocina, se eliminó el falso techo de la estancia y se colocó en la pared principal un nicho compuesto por muebles altos y bajos enmarcados por dos armarios en los laterales y unos muebles altos con realces en la parte superior. 

La distribución que había antes en la cocina era agobiante y de todo menos práctica. Los electrodomésticos se veían muy juntos entre sí y las zonas de lavar, cocinar y comer no estaban bien delimitadas. A pesar de los grandes ventanales, la iluminación de la cocina brillaba por su ausencia y el conjunto de todo solo hacía que empequeñecer más el espacio...

El cambio es increíble, ¿no te parece? Para garantizar que el mobiliario resistiera a los juegos, cocinar con niños y se mantuviese intacto en el día a día, los responsables de la reforma optaron por el uso de madera estratificada, resistente a golpes, humedad y calor, en este caso en tonos madera y blanco roto. Para mantener la estética de la cocina, se utilizaron electrodomésticos de integración, de forma que quedaron perfectamente integrados con el resto del mobiliario.

Oculto tras uno de los armarios de madera de la zona central, se encuentra el mueble escurridor encima del fregadero, que ayuda a evitar tener siempre la vajilla secándose en la encimera. 

En la parte central, el mueble situado sobre la placa de inducción esconde la campana y sirve a la vez como punto de almacenaje para guardar el aceite, aderezos y otras especias. Un dos en uno muy práctico y funcional para mantener la zona de la encimera lo más despejada posible.

Con la reforma, se optó por colocar un armario en la cocina con más capacidad de almacenaje y acabados mucho más minimalistas, claros y limpios, que incluyen: un despensero de cajones y gavetas; un congelador de integración; un escobero y un despensero de baldas de profundidad reducida, porque había una columna en la esquina.

Para la reforma de esta cocina y con el objetivo de optimizar aún más el espacio, el equipo de Schmidt apostó por muebles bajos de gran profundidad y con gran capacidad de almacenaje. De esta forma, se puso fin a los cajones estrechos y desaprovechados y se logró crear un espacio amplio y armonioso.