Antes y después: dos pisos anticuados convertidos en un gran dúplex de 110 m2 con terraza en el centro de Madrid (con planos)

Los dos pisos tenían muchas divisiones y necesitaban una reforma ¡URGENTE! Fue necesario tirarlo prácticamente todo para crear una planta diáfana. ¿Quieres ver cómo es ahora?

La nueva planta principal de este dúplex es muy luminosa en comparación con el piso anterior. "Quisimos dejar la planta principal lo más abierta posible", comentan Cristina y Marta, de Espejo y Goyanes.

En el diseño original, las ventanas no dejaban entrar con facilidad la luz en ambas viviendas. Por eso, además de crear amplios ventanales, se optó por elementos en tonos claros y que dieran amplitud a toda la casa, incluida la escalera: coqueta, pequeña y funcional. 

Para dar algo de contraste a este espacio tan luminoso, las arquitectas quisieron optar por un salón-comedor con suelo y rodapiés de roble oscuro. En cuanto a las paredes, todas son blancas, y las piezas de mobiliario también. El toque de color lo aportan los detalles decorativos, los textiles, y la cocina en tonos verde.

"Para darle continuidad al espacio, en la cocina continúa ese mismo rodapié de roble, pero con suelo de barro de Todo Barro". Los muebles de la cocina son en tonos verdes, y de madera. "Quisimos que fueran teñidos para que se apreciara la veta de la madera. Y la encimera es piedra Macaubas".

La escalera de caracol es la protagonista del proyecto. Una escalera que no ocupa mucho espacio, con presencia, y que, sin embargo, ayuda a conectar las dos plantas de este edificio de 1865. Es una escalera de diseño propio elaborada por el estudio Espejo y Goyanes. Está elaborada en hierro y pladur pintada entera en blanco.

La terraza es uno de los espacios más impresionantes de este ático. Aquí, Cristina Espejo y Marta Goyanes quisieron aprovechar los 22 m² para crear dos zonas: un rincón más ‘chill out’ con sillones, alfombra de fibra natural y plantas; y otro espacio destinado a la zona de comedor, pero al aire libre.

Junto a la zona 'chill out' de la terraza, se encuentra este pequeño comedor ideal para un desayuno de verano, o un aperitivo con amigos. Las mesas son ligeras, no ocupan hueco, y se camuflan muy bien en la terraza. Tampoco falta el toque verde en esta zona con plantas alrededor, y grandes maceteros en tonos oscuros. 

La planta alta contaba con un hándicap, techos más bajos. Por eso, se quiso dar la vuelta y convertirla en la zona de noche con dormitorios y varios baños. 

La zona alta del dúplex, al contar con menos metros, se dedicó a la zona de noche con dos dormitorios, y dos baños. Ambos dormitorios a pesar de que cuentan con techos más bajos, tienen una muy buena iluminación. De nuevo, en esta planta la escalera es la protagonista. Está situada en medio, sin robar espacio, y prácticamente integrada, gracias al color blanco.

En la vivienda antigua, se accedía directamente al salón y la cocina quedaba a la izquierda. La salida a la terraza era pequeña y faltaba luz. Había un dormitorio al fondo. La planta alta también compartía esa forma estrecha y alargada. 

Entre las viviendas que reformaron destaca el proyecto de las dos últimas plantas del edificio que convirtieron en un dúplex más luminoso y con increíbles vistas de Madrid. Con 110 m², este nuevo ático en Quevedo se ha convertido en uno de los más bonitos de la zona.

Cristina Espejo y Marta Goyanes son las creadoras del estudio de arquitectura madrileño Espejo y Goyanes. Apuestan por "una base neutra, calidad en los materiales utilizados, antigüedades y algunos toques contemporáneos", explican. Incluyen piezas diseñadas por ellas mismas que realizan mano a mano con sus carpinteros de confianza, creando así un estilo clásico renovado.