Los mejores bancos de la revista El Mueble: 60 propuestas para todas las estancias de tu casa

¿Qué tendrán los bancos que quedan bien en cualquier espacio? Incluso cuando forman parte de otro mueble, como este proyectado a medida y según las especificaciones de la propietaria. Y es que este banco, además de contar con un gran armario y dos maleteros superiores, cuenta en su parte inferior con dos baldas perfectas para dejar el calzado al entrar en casa. ¿Se puede pedir más? ¡Pues sí! Una cómoda colchoneta para que la sentada sea aún más cómoda.  

Si te gusta que tus invitados se descalcen cuando entran en tu casa o no tienes un sitio en el que puedan dejar los abrigos, un banco a medida en un retranqueo de la pared es el espacio perfecto para planificarlo. Para que, además, cuente con doble funcionalidad se han añadido unos cajones, que permiten visualizar todo lo que tengas en el interior de un solo vistazo. 

Si te has decidido a pintar tu recibidor de un gris marengo como este (que, por cierto, nos encanta), tendrás que añadir elementos que aporten calidez para que el espacio no quede demasiado frío. En este sentido, tanto la madera como las fibras naturales serán grandes aliados. Y es de este último material del que está fabricado el cómodo banco ubicado a uno de los laterales y que aporta comodidad para calzarse y descalzarse. 

En cocinas abiertas, hay veces que es necesario crear una separación visual que marque bien las distintas zonas. Aquí, además, se ha dado un doble uso a la isla de la cocina, colocando un banco a medida que proporciona asientos a uno de los lados largos de la mesa del comedor. 

La cocina puede ser un espacio perfecto también para añadir un banco que os aporte comodidad. En este caso, las interioristas de Deulonder Arquitectura Domèstica lo han añadido en el mueble desayunador, de manera que se convierte en el espacio perfecto para tomar un café cómodamente y en modo relax. 

Una manera de aprovechar el espacio en un balcón pequeño es proyectar un banco a medida a lo largo y ancho de la barandilla. Así, no tendrás que estar pensando en dónde metes las sillas o el sofá de exterior cuando haga frío. Tan solo tendrás que recoger los cojines y las colchonetas. 

En este salón abierto al comedor, se creó un mueble leñero que se convierte en un banco que da servicio al comedor y que resulta muy cómodo. Los interioristas del Estudio de Egue y Seta añadieron también una mesa con sobre de madera y unas sillas similares a las icónicas Eames, que aportan un cálido estilo nórdico. 

Los bancos de obra están muy bien: son cómodos y prácticos. Pero los de 'quita y pon' como este que da servicio a la mesa del comedor, son ideales para usarlos cuando es necesario y esconderlos debajo de la mesa cuando no se esté utilizando. 

Un banco en el dormitorio es un must si te sobran los metros. Además de ofrecerte muchísimo almacenaje más, conseguirás una superficie en la que sentarte cómodamente a leer o, simplemente, desconectar. Aquí, la interiorista y estilista de El Mueble, Sol Van Dorssen, lo planificó como extensión del mueble que se convierte después en cabecero. 

En este caso, la interiorista Asun Antó, de Coton et Bois, convirtió una estantería de obra en un banco, junto a la ventana. Así no se impide el paso de la luz y se consigue un rincón perfecto para desconectar. Para darle mayor utilidad, la interiorista colocó dos puertas con molduras, que aportan un estilo más clásico. 

Si tu cocina es semiabierta y cuenta con una ventana que comunica los espacios, una manera de tener más cerca el comedor y aprovechar cada centímetro es colocar un banco debajo. Además, se ha fabricado con almacenaje, con el sobre abatible para que sea cómodo y accesible.  

En este dormitorio con dos bancos, cada uno cuenta con una función distinta. El de la ventana es el espacio perfecto para relajarse y desconectar del mundo, mientras que el que se ha colocado a los pies de la cama es ideal para calzarse o descalzarse. 

Una gran ventana invita a colocar un gran banco y convertirlo en un mirador interior. Ahora, para que sea cómodo, hay que añadir unas cómodas colchonetas y tantos cojines como desees y que te sirvan de respaldo. 

Para delimitar la zona del comedor y enmarcarla aún más, en este comedor se ha colocado un banco de obra en forma de U que saca partido a todo el espacio. Para que sea mucho más cómodo, no solo se han colocado unas colchonetas en el asiento, sino que también se han puesto unos mullidos respaldos con la misma tapicería. 

Especialmente si os estáis haciendo mayores. Y es que un banco en el baño os facilitará la vida para sentaros si lo necesitáis y, si no, puede ser un apoyo perfecto para los geles o colocar la toalla. En este, luce el mismo acabado que las paredes y el mueble de baño, dando mucha unidad a todo el conjunto. 

Estas sencillas banquetas de madera natural totalmente desnudas, son el mejor modo de dar la bienvenida a la casa de manera relajada y sin artificios. El tradicional trenzado de cuerdas de los asientos nos traerá recuerdos entrañables de la casa del pueblo.

A veces una solución tan sencilla, como este banco corrido bajo en tablero junto a un gran ventanal, nos permite crear un descalzador con espacio suficiente también para guardar los zapatos y otros útiles a la vista en unas cestas de fibras naturales.

Otra solución para sumar espacio de almacenaje en pocos metros cuadrados es este banco integrado con un perchero y estantes flotantes mediante una estructura de palés verticales. Si además lo acompañas de una alfombra de fibras naturales, como en este caso, la calidez está asegurada.

Este estilizado banco estilo caballete remite a lo ecuestre y se integra a la perfección con el ambiente rústico de montaña, los muros de piedra y la madera recuperada de esta casa en los Picos de Europa.

Este banco tipo chill out en madera de Ipe esta realizado a medida, lo que le permite aprovechar al máximo el espacio disponible. Su baja altura, su gran fondo y la combinación de cojines de distintos tamaños lo convierten en una irresistible cama turca que invita al descanso y la relajación.

Este banco a medida, aprovechando un hueco junto a una ventana, inundado de luz natural y acompañado de cojines oversize, se convertirá en el sueño de cualquier amante de la lectura. Además, su cajonera inferior le hace doblar su función como espacio de almacenaje.

Envejecido y decapado, la angulosa severidad de este modelo y su peso se suavizan combinándolo con textiles en contraste que lo actualizan y lo suavizan. El detalle del cesto de flores, anuncia la cercanía del jardín y desdibuja las fronteras entre interior y exterior.

Si te has quedado corto con el espacio de almacenaje o el de la librería, prueba esta solución: Un banco largo de líneas rectas y minimalista que pueda funcionar tanto como estantería para libros y objetos decorativos como dejar espacio para el almacenaje debajo.

La longitud de este banco en madera cepillada permite colocar encima un espejo que amplifica el espacio de un recibidor pequeño. Además, dispone de una repisa inferior para colocar objetos.

Si buscamos ganar mucho espacio de almacenaje para el hall de entrada, se puede realizar un banco de obra hasta la ventana y, como en este caso, dejar el contenido fuera de la vista con unas puertas iguales que las del paso de la habitación.

La solución de almacenaje para esta entrada es sencilla pero potente: Un banco básico de madera con la suficiente longitud para colocar debajo unas cestas de fibras naturales para guardar a la vista bolsos y zapatos.

Si optas directamente por un zapatero para guardar el calzado a la entrada, basta con añadirle una sencilla colchoneta para convertirlo también en un asiento. Puntos extra si tiene baldas extraíbles que permiten acceder más fácilmente al calzado de diario. Si optas directamente por un zapatero para guardar el calzado a la entrada, basta con añadirle una sencilla colchoneta para convertirlo también en un asiento. Puntos extra si tiene baldas extraíbles que permiten acceder más fácilmente al calzado de diario.

Colocar un banco sencillo de corte clásico, tapizado en un tono neutro como el beige, bajo un perchero en madera del mismo tono es una solución discreta, atemporal y liviana. Un plus si además los combinamos con el espejo.

Algunos bancos no solo cumplen una función práctica y estética. Los hay, como este, que además de para descalzarse y reposar objetos, sirven para disimular la calefacción impidiendo que se adueñe visualmente del espacio.

Si no quieres sobrecargar el salón de butacas y sillones pero te gustaría una solución flexible para cuando hagas reuniones en casa, copia esta idea: una solución de almacenaje a base de módulos cerrados que con ayuda de unos cojines pueda cumplir la función de asientos.

Su tapizado en un mullido acolchado gris y su sobria forma de cajón hace que este banco se coordine perfectamente con las sillas del office, creando una integración visual de un espacio que juega con la misma gama de tonos grises.

¿Qué mejor modo de aprovechar cualquier rincón vacío en tu salón que con un banco esquinero minimalista como este? El tono claro de los cojines y el cálido de la madera lo convierten en un espacio acogedor y luminoso.

Este banco realizado con un simple tablón aprovecha una columna y un separador de ambientes muy liviano, realizado en cuarterones de cristal, para infiltrarse también con gran ligereza en el espacio.

Si para la mesa de tu office o comedor optas por combinar sillas en un lado con un banco corrido para la zona más cercana a la pared, puedes lograr unidad entre ambos simplemente incluyendo el color dominante de las sillas entre de los textiles que visten banco.

Aprovechar una zona bajo la ventana para crear unas cajoneras de obra que hagan también las funciones de banco y repisa, es todo un acierto. Si además, las cerramos con panelado con un frontal de celosía o malla, les daremos un plus de estilo.

Un banco de perfilería metálica puede actuar de consola para descargar la mesita de centro de macetas, bandejas u otros elementos que deseemos colocar. Si además lo combinamos con una composición de cuadros, obtendremos un rincón sumamente decorativo.

Para los que les gusta quedarse con lo esencial: un banco doble en madera desnuda y de estructura sencilla que se integra perfectamente con el ambiente rústico chic del dormitorio, se coordina con cualquier tipo de textiles y contribuye a crear un entorno de perfecta relajación.

Los que huyen de lo recargado no encontrarán mejor opción para el descalzador del dormitorio que esta banqueta de líneas sencillas que, sin embargo, quedan a salvo de caer en la insipidez gracias unas patas inclinadas, a lo estilo Mid Century, que le aportan dinamismo. El conjunto transmite un equilibrio y una tranquilidad auténticamente zen.

Un mullido banco tipo baúl acolchado como este se convierte en la pieza que acapara la vista en el dormitorio y provoca inmediatamente una sensación de recogimiento. Además, nos multiplica el espacio de almacenaje.

Este banco en listones de madera con repisa inferior e integrado con un perchero de ganchos y balda superior es perfecto para recibidores con niños por su aire escolar y por la facilidad con la que podemos enseñarles a organizar sus abrigos y zapatos.

A veces una sencilla banqueta de madera barnizada es todo lo que hace falta para vestir el pie de tu cama. Podemos complementarlo con una manta a modo de plaid que introduzca algo de color sin resultar estridente.

Si buscas un plus de sensación acogedora y marcar un ambiente natural, copia esta idea: un banco de madera rústica al estilo del minimalismo escandinavo, forrado con un asiento de pelo animal.

Convertir unos módulos de almacenaje en un banco mediante cojines y colchonetas, también es una solución idónea para un dormitorio infantil, en el que nunca hay suficiente espacio para guardar todos sus juguetes.

Especialmente si se combinan con una mesa de los mismos materiales y diseño, estos bancos de hierro lacados en blanco son ideales para soportar los rigores del exterior manteniendo una elegancia sin artificios.

A veces la mejor solución para dotar de carácter a un banco de exterior es cubrirlo con una colcha, que además podemos retirar con facilidad para lavar. Mejor aún si cuenta con flores en su patrón: se producirá un ilusión óptica en la que no podremos decir dónde acaba y dónde empieza el jardín.

Unos bancos blancos de líneas clásicas, y más aún si se conjuntan con una mesa rústica del mismo color y complementos vintage, son los que aportarán un toque "casa de campo" a tu cocina. Además, son una solución con poco peso visual para no sobrecargar el espacio.

Hasta ahora has visto varios ejemplos que demuestran que un banco puede proporcionarnos también un gran espacio de almacenaje, pero ¿a que no habías pensado que se puede convertir también un práctico botellero integrado con la isla de la cocina?

Este banco a medida en listones de madera blanca da continuidad e integra el zócalo de la encimera, a la par que contrasta con la calidez de la mesa de comedor en madera de roble. Las colchonetas en rayas azules le aportan un toque marinero.

Un banco de obra como el de esta ducha abuhardillada no sólo es de gran ayuda para personas con movilidad reducida sino que sirve también como repisa para almacenar toallas y productos de higiene.

Para aprovechar la doble altura de este baño tan amplio, se ha instalado un banco de obra realizado con el mismo pavimento de lamas que el suelo. La madera de pino de la tarima se ha barnizado con un tratamiento antihumedad.

Un asiento de rejilla de caña o mimbre integrado en un bastidor de madera como el de este banco, se combina a la perfección con las cestas de fibras naturales usadas para el almacenaje en este baño.

Este banco exterior en Noruega conjuga la sencillez rústica en madera clara típico del minimalismo nórdico con la riqueza de texturas y colores de unos cojines muy bien escogidos. Acompañado de un plaid y a una mesita auxiliar baja, se convierte en el rincón perfecto para contemplar las puestas de sol.

Para evocar el romanticismo de las viejas casonas provenzales, no hay como un romántico banco de volutas de hierro para el jardín, mejor aún si va acompañado de un gran cojín de rayas horizontales que lo actualiza.

Un buen par de bancos corridos como estos que adornan el porche de esta masía, nos traen reminiscencias nostálgicas de nuestro período escolar y permiten jugar de manera flexible con el número de invitados a nuestras cenas y comidas al aire libre.

Una gran idea para el cenador: un banco corrido en una madera cálida que juega a dos bandas. Por un lado, los cojines de asiento permiten el confort de los comensales habituales. Por otro, basta con levantarlos siempre que se necesiten más plazas. El tono celeste de las colchonetas remite al mar del paisaje y lo integra en la casa.

Una terraza amplia y bien aprovechada nos permite disponer de una habitación extra para lo que más deseemos. La sencillez de estos bancos de madera en ángulo nos permite adaptarlo a múltiples funciones. El juego de tonalidades de los cojines en amarillo y azul, le aporta un aire fresco y veraniego.

La liviana estructura de hierro de esta cama francesa, vestida con un colchón y cojines de alegres rayas, convierte el rincón de este porche en una área de descanso puesto que sirve a la vez de banco y de tumbona informal.

Un banco bajo de fibras naturales como el bambú, en combinación con una butaca y mesa de centro de los mismos materiales crea un espacio de calma que se integra con la naturaleza circundante de esta terraza.

Un banco exterior de obra realizado en cemento también puede contar con espacio de almacenaje gracias a unos cajones en listones de madera rústica. Unas simples cuerdas realizan su función como tiradores.

Este conjunto de bancos y mesas con tableros de madera y patas en perfiles de carpintería metálica lacados en negro son una de nuestras combinaciones favoritas para el exterior. Y una de las más resistentes.