Bienvenidos a Villa La Luisa: de patito feo a la casa de ensueño en Marbella donde unas cortinas elegantes y el color blanco lo son todo

La construcción original de esta casa se levantó sobre una colina y esta parte estaba destinada a zona del servicio. Quedaba baja y sin vistas, pero tenía a su favor un pequeño gran tesoro que años más tarde valdría oro: acceso directo a la playa y al paseo marítimo. 

Ahora es el hogar de verano de una familia con niños y conserva sus muros de piedra originales que tan elegantes quedan con una decoración blanca y con materiales nobles. 

"La vivienda no tiene las vistas de la antigua casa original, pero a cambio cuenta con un espectacular espacio exterior con porche, salón exterior y comedor, una piscina tipo alberca y dos jardines", explica Ignacio Arcal, uno de los autores de la transformación. 

"La piscina tiene líneas curvas sugerentes, que de paso aprovechan muy bien ese rincón. A su alrededor diseñamos un banco de obra muy típico de la Marbella de los 70, es un asiento encalado según una técnica tradicional andaluza", concluye Ignacio.  

Dentro de la casa, el techo del salón es un auténtico trabajo de artesanía que mezcla la madera de las vigas originales con listados diseñados exprofeso con rafia y papel. 

El techo, junto a una columna, enmarca la zona de estar y la delimita visualmente del comedor y la cocina. Aunque la sensación es de un gran ambiente diáfano, blanco y luminoso. "Queríamos ganar amplitud, así que eliminamos paredes, pasillos y puertas."

"Para dar a la casa un toque mediterráneo, cubrimos los suelos de los dormitorios, los baños, la cocina y el salón comedor con mármol y barro típico andaluz", explica Ignacio.

"La gran mesa del comedor, por cierto, la diseñamos a medida a partir de un tronco natural y la de centro la lacamos sin tóxicos de ningún tipo", continúa Ignacio. 

Para ganar capacidad de almacenaje, el estudio diseñó estanterías de madera que llegan hasta el techo en el comedor y la cocina. 

En la cocina, colocaron una gran isla para facilitar las comidas informales y hasta celebrar reuniones, combinando la piedra con el antepecho de la zona de aguas. En un tono grisáceo, da un toque moderno y sofisticado, como los tiradores negros. 

¿Otro elemento a su favor? El increíble verde de las plantas que rodean la casa. Gracias a los grandes ventanales, toda esa vegetación ilumina y da vida al blanco y a los tonos crema de los muebles y los textiles. 

"Para crear atmósferas cálidas, hay que tener muy en cuenta los colores", apunta Ignacio. Tal vez por eso, en el dormitorio ha añadido un toque fresco con ropa de cama en un suave verde lavado que queda genial con un cabecero de madera más oscuro. 

Y no podía faltar una suite con bañera exenta para disfrutar de un buen baño con vistas al jardín. Esta casa que antes era invisible a los ojos de muchos, ahora se ha convertido en un precioso cisne blanco.