Cierra os ojos e imagínate una caja negra y en un estado casi ruinoso. Ahora imagínate viviendo allí. "¡Ni de locos!", pensaríamos todos. Pero Elisa, la propietaria de este piso, supo ver más allá de esa oscuridad y distribución antigua e imaginó un piso moderno, orgulloso de su esencia clásica y con espacios amplios y confortables. Para hacer esa visión realidad contó con dos hadas madrinas, Leticia y Gracia de Amescua, arquitecta e interiorista de Hoc Volo, el estudio responsable de la reforma del piso.

¡Qué cambio!
Antes y después: de pisito de 70m2 cerrado y oscuro a piso moderno y luminoso (con plano)
"El piso estaba para tirarlo todo abajo. De hecho, conservamos lo poco que pudimos y empezamos de cero", recuerda Gracia. Entre lo que salvaron de la demolición estaban las molduras del techo, la carpintería y los bellos suelos de mosaico hidráulico, elementos que delatan la historia de este piso. Y es que, como explica Leticia, "Elisa buscaba un piso clásico, que tuviera ese encanto de las fincas antiguas. Y este es de 1924. Y al estar de origen, aún conservaba elementos originales".
El gran reto con el que se enfrentaron fue llevar luz a toda la casa, porque este era el típico piso del barrio madrileño de Chamberí: tubular, con muchas habitaciones pequeñas, un salón mini y un pasillo interminable. "Debíamos romper con esta distribución clásica, ganar un salón amplio, evitar al máximo el pasillo y llevar la luz del salón al resto del piso", recuerda Gracia.
Tras la reforma, la visión de Elisa se ha hecho realidad: ahora disfruta de un piso luminoso y con espacios amplios y confortables.