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1.

"Nada de rosas"

Sofía, la dueña de esta casa, comparte su vida con su marido y sus dos hijos, así que pidió a la interiorista Jeanette Trensig, de Cado, que en casa hubiera un toque masculino. "Solo hay hombres en mi vida: marido, hermanos y niños, todos varones. Y mis hijos ya no son pequeños, así que quería que se sintieran muy cómodos", nos cuenta Sofía, la propietaria de este piso en Barcelona. ¿Por dónde empezar? Por algunas paredes oscuras. 

Kilim de lana de Pakistán de Gra BCN. Sobre la mesa, bandeja de Sacum, plaid de Matéria y escultura de Jaime de Córdoba.

2.

Empezar de cero

Quería que su colección de antigüedades conviviera en armonía con los gustos comedidos de su marido, Eduardo, y sus dos hijos, ambos ya en la universidad. Para llegar a un pacto decorativo, hizo de mediadora la interiorista Jeanette Trensig, de Cado. Aunque prácticamente tiraron la casa entera para hacer la reforma, Sofía no olvida su primera visita: "Era tan señorial que me recordó a un club de caballeros inglés, y quise preservarlo". Hoy, los amigos de sus hijos bromean sobre sentarse a leer junto la chimenea con una copa de coñac como un lord.

3.

Todos juntos, pero no revueltos

El resto de la casa tiene una atmósfera sobria, pero audaz. "El salón es muy atrevido, de un gris oscuro casi negro que impacta a los recién llegados", prosigue la decoradora. La primera vez que vieron la casa, les recordó a un club de caballeros inglés del siglo XIX y trataron de preservar ese estilo.

Bajo la ventana del salón, banco a medida diseñado por Jeanette Trensig. Colchonetas de Filocolore. A su lado, butaca y reposapiés de Crearte.

4.

Recuperar y reinterpretar

Como en aquellos clubs, aquí los amigos siempre son bienvenidos. Y todos alucinan con un detalle en concreto: la colección de soperas antiguas de Sofía, para las que Jeanette ha diseñado unos estantes con tiras de led que las iluminan. "Mi madre me regaló una sopera de mi bisabuela. En el viaje de novios cayó la segunda y, desde entonces, todo el mundo me trae alguna de sus viajes. Tengo más, pero no las puse todas: creo que las cosas lucen más cuando respiran", confiesa

De la vivienda original, solo conservaron algunos elementos como las puertas del salón de roble natural, que Jeanette recuperó y subrayó con unos marcos lacados en un potente gris. 

Al fondo, la colección de soperas de la propietaria. En el estar, mesita de Catalina House.

5.

Vuelta y vuelta

Sofía tiene mucho instinto para la decoración, ¡y nos da grandes consejos! "Soy muy ordenada y, al ordenar, decoro. Si buscas simetría provocas automáticamente belleza. Todo lo que haces con cariño, con entrega y con tu tiempo es un lenguaje de amor". La cocina, el comedor y el salón están unidos pero claramente diferenciados. 

Mesa de centro y sofás de Gimeno Mobiliario. Sofás tapizados con telas de Guell-Lamadrid. Cojines y plaid de La Maison. Cuadro de Jaime de Córdoba.

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Piezas recuperadas

Jeanette ya nos había advertido: la propietaria de la casa tiene mucho instinto para lo bello. Es una apasionada del arte y de la restauración: ella ha lijado, decapado y/o recuperado muchas piezas preciosas, como la pajarera y las sillas que vemos en el comedor. 

Lámparas de Pathson (en Cado Interiors). En la mesa, campanas y jarrones de cristal de Sacum. Copas de Deulonder Store.

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¡La suerte de cocinar con vistas!

Para la cocina, una de las zonas en la que más tiempo pasan Sofía, Eduardo, sus hijos y sus amigos, la interiorista Jeanette Trensig diseñó un espacio diáfano que ejecutó el carpintero de Cado. Tanto la propietaria como su marido aportaron grandes ideas. Por ejemplo, que la tarima del suelo de la cocina subiera a la pared y creara un arrimadero, una propuesta de Eduardo. "Como 'amateur', sientes cierta inseguridad cuando cuentas tus ideas a un profesional, pero Jeanette las ratificaba, las hacía realidad y les daba ese toque tan suyo", añade la propietaria. 

8.

Necesitamos un office

Como en todas las casas, una mesa mínima para desayunar en la cocina acaba convirtiéndose casi en una necesidad. 

Sillas de Maisons du Monde. Vajilla de Sacum y manteles de La Maison.

9.

Solo para ella

Si en las zonas comunes el estilo es sobre todo masculino, en el dormitorio principal (que se comunica con el vestidor), la propietaria pudo dar rienda suelta a su gusto delicado y femenino. ​"Buscaban un aire cálido, pero no femenino. El único sitio con un toque más dulce y romántico fue el dormitorio matrimonial, ahí cedió el marido", explica Trensig. 

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¿Te has fijado en el cabecero?

Está hecho con lamas de parqué recuperado. La decoradora confiesa su punto fuerte:"Mis clientes me dicen que sus casas no pasan de moda. Después de 10 años, siguen haciéndoles felices". Así sucederá en esta casa, el club de caballeros más bonito del mundo.

En la cama, mantas de Teixidors y de Yves Delorme y plaid de Catalina House. En el vestidor, bandeja de Colmado Cactus.

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Un vestidor de cine

Tan grande como una habitación y comunicado con el dormitorio principal, el vestidor está hecho con puertas originales de la casa pintadas. 

La banqueta de la propietaria fue tapizada de lino en Cado.

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¡Aquí se aprovecha todo!

En el espectacular baño en suite, muebles a medida realizados por el carpintero de Cado con las maderas recuperadas de la casa.

Lavamanos de Roca. Toallas de Catalina House.

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El dormitorio juvenil...

Parece casi un chill out. Con colchones antiguos (son de Cado) se ha creado un sofá para relajarse. 

Alfombras de Gra, muebles de Cado, cesto y jarrones de La Maison. Colgador de fotos en Matèria. Cactus de Mayflower.

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