Este piso en Barcelona tiene la luz más bonita del mundo: diáfano y moderno, y con toda la calidez de la madera

Atención a la pared de la derecha de esta imagen. Este gran mueble de madera de roble en el salón no solo es bonito, sino que está lleno de buenas ideas y con mucho almacenaje: “El piso gira en torno a este mueble acabado en roble que alberga la chimenea, camufla el televisor y esconde el aire acondicionado”, detalla el arquitecto Sergi Pons.

Pons ha sido el encargado de la sobresaliente reforma y exquisita decoración de esta vivienda "con suerte". Estamos en la zona alta de Barcelona, en un piso moderno y hasta atrevido que, sin embargo, no ha sido siempre así. Para el arquitecto, fue casi casi como un lienzo en blanco. “Es una vivienda con una tipología muy particular, es cuadrada y sin muros de carga. Eso nos ayudó a tirar todo y empezar de cero”, nos cuenta Sergi Pons.

En la pared opuesta al genial mueble que lo cambió todo del que hablábamos en la primera imagen, nos encontramos con otra solución de 10. Con el mismo roble, el interiorista diseñó una librería simétrica para la otra pared del salón, con el fondo de color antracita.

En la cocina también continúa el juego de tonalidades que crean el suelo de microcemento y la madera de roble. Para que el espacio ‘fluya’, un cerramiento de hierro lacado en negro deja pasar la luz o la oculta de la vista tras la cortina, según convenga.

“Quisimos tener una estética uniforme en la vivienda y para eso usamos el mismo tono casi negro del fondo de los muebles del salón (ese antracita) en la cocina, tanto en la pared, como en la campana o la isla”, añade Pons.

Si nos fijamos, la isla de la cocina se alarga para convertirse en una barra que llega hasta la terraza. Pero hay más: a la izquierda, esa "pared" de madera de roble es la parte trasera del mueble-cubo con chimenea del salón. Sergi nos cuenta que esconde “un baño de cortesía, una bodega, la despensa, la nevera y el resto de electrodomésticos, así es más discreto". ¡Objetivo espacios conectados conseguido!

Llegamos a la zona de noche. Aquí ya no tenemos el suelo de microcemento gris, sino que pisamos una cálida madera de roble. El dormitorio es luminoso y moderno, y, sin renunciar al espíritu de la casa, vemos que incorpora toques de calidez con los estores de lino, la ropa de cama de tejidos naturales y la alfombra y el taburete de fibras.

“Me gustan los espacios sin barreras para tener profundidad. Por eso pusimos junto al dormitorio un baño abierto, la habitación se amplía visualmente muchísimo”, dice Pons. Y la imagen demuestra cuanta razón tiene.

En el baño, vuelven a aparecer el microcemento gris y el toque negro del cerramiento de la cocina, que se ha replicado en la ducha. Esta, por cierto, es doble: una a cada lado.

En la zona de los niños también nos espera una sorpresa llena de inspiración. Por un lado, nos asombra con el color, pero verás (en la siguiente foto) que también sorprende con su movilidad. Primero está este cuarto, con literas...

... Y por otro lado está esta zona lúdica. “Tenemos a un lado una habitación compartida y al otro un cuarto de juegos con su tipi indio, una pared en verde y un escritorio voladizo; pero la intención es que, en el futuro, cuando crezcan, se puedan convertir en dos dormitorios independientes”, se despide Pons.