Una casa para toda la familia: dos plantas con súper cocina, buhardilla y muchas soluciones a medida

La propietaria era además una lectora voraz de El Mueble, de cuyas páginas (impresas y digitales) sacó numerosas ideas. "Constantemente me mandaba fotos
y fotos de la revista”, explica Tobella.

“Era una construcción de los años 80 muy ‘de notario’: había mucha madera trabajada y tallada, mucha moldura y marcos de puerta, mucha escalera con balaustrada”, recuerda sobre su primera visita a la casa la imteriorista.

La propietoria, gran lectora de El Mueble, quería una casa muy práctica, pero también acogedora. Por ello, por ejemplo, combinaron muebles lacados con otros de madera más rústica. Y la estantería del salón (de DM lacado), las paredes, las puertas y hasta el mueble a medida del recibidor (con armario, banco y perchero), tienen el mismo color, un blanco seda que unifica toda la casa, hasta llegar a la buhardilla.

En toda la casa, incluso en los baños, se empleó un suelo laminado Quick-Step de gran resistencia. Y es que, en una familia con mascotas, hay que cuidar mucho estos detalles para que se mantengan a lo largo del tiempo. 

La gran ilusión de los propietarios era una cocina rústica que pudiera separarse del salón (cuando fuera necesario) y desde la que se pudiera cocinar viendo el jardín. “La dueña es, además, una consumada cocinera especializada en repostería”, prosigue la decoradora. Por eso se hizo para ella una cocina casi profesional y muy funcional. “La campana va empotrada en el techo y los fogones son de gas porque los cocineros de verdad los prefieren”, añade. 

El diseño de la cocina es muy fotogénico y favorece la limpirza y el orden: los muebles alistonados de corte clásico combinados con encimera de Neolith blanco, todo un acabado campesino pero del siglo XXI.

Es inevitable que los ojos se nos vayan a la isla, ¡que se convierte en mesa! “Está hecha con el mismo Neolith”, nos cuenta la decoradora, “pero se bajó a una altura cómoda para comer y tiene un pie de hierro que la apoya”. ¡Perfecta para el día a día de la familia!

Buscando la comodidad, junto a la cocina, se creó una estancia como lavadero, con el mismo estilo y mobiliario que la cocina, dándole unidad al espacio, y que resulta práctica y funcional. 

En el dormitorio, el cabecero tiene la mesita integrada con un aplique orientable.

Puesto que el dormitorio es pequeño, se quiso aprovechar el espacio con soluciones prácticas y ligeras, como las mesitas de noche, de color blanco. Siendo, además, suspendidas, se gana amplitud visual. 

El baño en suite del dormitorio tiene una pared de cristal que deja pasar la luz. Una cortina veneciana se baja o se sube para tener intimidad.

La estancia más grande se destinó al dormitorio juvenil. Y, como a todas las hermanas, que les gusta estar juntas, pero no revueltas, la interiorista Marta Tobella ideó un mobiliario para cumplir sus deseos. Así, los escritorios actúan como frontera entre los espacios de cada una de las hermanas, donde se sitúan las camas.  

La escalera termina con una estructura de hierro y cristal a cuarterones. La mesa de escritorio con una librería a medida es perfecta para estudiar y guardar apuntes.

La buhardilla cuenta también con una cómoda zona de trabajo, compuesta por una rústica mesa de madera que se encarga de dar calidez a todo el espacio. Así, toda la familia, tiene un espacio bien para jugar o trabajar, alejados de la zona de día y de los dormitorios. 

Interiorista, propietaria de la tienda Sacum en Barcelona y hada madrina a la que pedir todos tus deseos decorativos, porque los cumple mejor de lo que imaginabas.