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1.

Una casa organizada en dos edificios independientes

“Lo primero que hicimos con la reforma fue reorganizar los espacios, que estaban divididos en dos edificios comunicados por un paso abierto. Originalmente, la cocina estaba en el edificio secundario y el salón en el principal. Decidimos intercambiar funciones, porque era más cómodo que la cocina ocupara un lugar central en la casa”, explica Gemma Gallego, interiorista de Knowhaus, responsable de la reforma.

Tumbonas de Let's Pause. 

2.

Un paso a cielo abierto entre los dos edificios

"Blanqueamos la puerta, porque era de madera oscura, y las vigas y cambiamos el suelo, que era de piedra, por microcemento, así unificábamos el pavimento de toda la casa", recuerda Gema. 

3.

Un porche con vistas a la piscina

El porche se cubrió con un techo de cañizo que se blanqueó, "porque en un entorno como Formentera encaja muy bien. Y creamos, por el lado del exterior, un banco bajo de obra integrado en la estructura del porche porque no obstaculizaba las vistas a la piscina. Y, por el otro, apostamos por una hilera de sillas tipo butaca que dan un look diferente y son muy cómodas". 

Sillas de Teodora BCN y cortinas de lino de Knowhaus. 

 

4.

Detalles naturales en sintonía con la isla

Las lámparas del exterior se eligieron de fibras naturales y con un rollo de cesta porque iban en sintonía con la isla, un paraje agreste y natural. La mesa se confeccionó con madera antigua.

Mesa de Antique Boutique y objetos de decoración sobre la mesa de Natura Casa. 

5.

Un salón con muebles de obra y piezas versátiles

Para aprovechar mejor el salón, se optó por un sofá de obra en "L": “Un sofá tradicional se comía demasiado espacio. Lo completamos con un par de pufs que sirven de mesita de centro y de improvisado módulo chaise longue”, recuerda Gema. 

Sofá de obra y pufs diseño de Knowhaus. Plaids y cojines de La Maison. Lámpara tipo chandelier de Teodora Bcn.

6.

Una cocina que conserva la doble altura

"Aquí conservamos la altura original de los techos. Precisamente, debido a los techos XL, optamos por prescindir de armarios altos, porque o los colocabas muy arriba –y no hubieran sido cómodos– y en la altura habitual hubieran quedado ridículos", explica Gema. 

Muebles de pino decapado y mesa de madera reciclada, diseño de Knowhaus. Sillas y lámpara de Teodora Bcn.

 

7.

Un chill out privado con puestas de sol de postal

Para ampliar el dormitorio principal hacia el exterior, se instaló una pérgola donde se habilitó un salón de verano a modo de chill out donde disfrutar de los maravillosos atardeceres que ofrece la isla. 

Sofá y mesa de centro de madera reciclada, de La Bòbila. Lámparas de Teodora Bcn. Sillón de La Bòbila, a juego con el sofá. Plaid a rayas y cojín de Zara Home.

8.

Un dormitorio en suite con toques malva y azul

Blanco pero con toques de color en los textiles, que combinan además con el verde agua presente en detalles en toda la casa, el malva y el azul más intenso, que además de en la ropa de cama y las cortinas vemos en el marco de la ventana: “Son colores frescos y hacen un guiño a Formentera”.  

Cortinas con telas de Designers Guild y plaid de La Maison. 

9.

Con baño en suite y vestidor

La suite integra el baño, con una bañera revestida de microcemento, y el vestidor, que se cerró con cortinas, para que resultara más ligero, fresco visualmente y con un look playero. "Las cortinas están confeccionadas con pareos, que son reversibles. Dejamos los más oscuros para los laterales del vestidor y el más claro en la parte central". 

Mesita de Catalina House. 

10.

El dormitorio de invitados, en malva

Se escogieron unos colores similares a los del dormitorio principal, pero un poco más suaves. Además, se aprovechó el pie de cama con un banco para completar el almacenaje del armario que, además, sirve de zona de relax. Y el cabecero es una hornacina de obra, así no resta ni un cm a una habitación donde los cm son escasos. 

Cortinas, plaid y cojines confeccionados con una tela de Designers Guild.

11.

El baño, en suite

Para aprovechar mejor el espacio, se prescindió de puertas entre el baño y el dormitorio, que se separaron por unas cortinas. El lavamanos se flanqueó con dos ventanas estrechas y alargadas simétricas que regalan luz natural al baño y, a la vez, al dormitorio. 

Pavimento y bañera de microcemento. Cortinas confeccionadas con plaids.

Cada verano Christel y su familia decían bye, bye a su lluviosa Inglaterra rumbo a la soleada Formentera. La historia era siempre la misma: peregrinaje con las maletas y el niño pequeño de hotel en hotel... Hasta que, hace un par de años, la fortuna les sonrió y se enteraron que esta casa se vendía. ¿El problema? Era pequeña, estaba destrozada y tenía una distribución caótica, organizada en dos edificios comunicados por un paso abierto.

“Lo primero fue reorganizar los espacios. Por ejemplo, originalmente, la cocina estaba en el edificio secundario y el salón en el principal. Decidimos intercambiar funciones, porque era más cómodo que la cocina ocupara un lugar central”, explica Gemma Gallego, interiorista de Knowhaus, responsable de la reforma.

A esta redistribución se sumó la ampliación de la casa, respetando siempre las limitaciones de la isla. Tuvieron la suerte de que los techos eran de doble altura, y así fue cómo pudieron ganar una segunda planta.

La casa era ahora más cómoda y amplia, “pero queríamos que fuera, además, fresquita y acogedora, muy en sintonía con el estilo boho chic de la isla”. Para lograrlo, apostaron por un luminoso y cálido blanco, salpicado por detalles en verde agua, azul y malva. Incluso el suelo es blanco. De microcemento, unifica todos los espacios y contribuye a que parezcan más amplios.