La casa de madera con chimenea en el Pirineo más moderna y acogedora del mundo (con vídeo)

Esta cabaña de madera es toda una invitación a desconectar. En pleno Pirineo francés rodeada de pinos, lagos y montañas, la naturaleza que se cuela por las ventanas es todo un espectáculo. ¿Entramos? 

Nos cuenta Isabelle que cuando conocieron Chalets Nordika decidieron no solo encargarles la construcción, sino también el alquiler de la propiedad por temporadas cuando ellos no la habitan.

“La estructura consta de un sistema de construcción de pilares, vigas de madera de abeto Douglas cepillada y paneles de madera antigua”, nos cuenta Michel, que ha dejado su impronta en cabañas de Bolquère, Font-Romeu, Andorra o Les Angles, donde se ubica esta casita de cuento.

Al entrar en este chalet forrado de madera de alerce (a pie de pista en una pintoresca villa de los Pirineos Orientales) nos recibe este salón a dos alturas, con esa chimenea que es casi una escultura, ese suelo de parqué de roble con acabado rústico envejecido.

Para dar un aire más moderno a esta casa rústica de madera, el color negro ha jugado un papel fundamental. Presente en las tapicerías de los sofás, ayudan a modernizar el espacio, pero también lo hace la escultural chimenea con base en negro y, por supuesto, las enormes lámparas que se aprovechan de la altura de los techos para lucirse y que el estar se vea cálido y acogedor.  

“El chalet tiene una excelente orientación que hace que las ventanas en días soleados calienten como si fueran radiadores”, explica la propietaria. Además, estas ventanas de madera cuentan con doble aislamiento térmico y acústico. Con esas vistas, también sustituyen (y mejoran) cualquier obra de arte.

En lo que se refiere a la luz, Isabelle tiene la suerte de ser íntima amiga de Sophie Bataglia, una creativa diseñadora de lámparas que ha creado las luminarias de toda la casa.

Aunque la madera es la protagonista de esta casa rústica en pleno Pirineo, las vistas le hacen la competencia. Y, por supuesto ayudan a iluminar y dar luz a un entorno que, de otra manera, resultaría oscuro. Aquí también se ha jugado con el color negro, aunque suavizado con el blanco de los cojines que acomodan el banco. 

“El objetivo era crear grandes aberturas para no perder nada de la impresionante vista sobre la aldea de Les Angles, el lago Matemale y el macizo de Cambre d’Aze”, prosigue Isabelle.

Otro de los detalles que enamoran de esta casa única la cocina de madera antigua con encimera de granito negro Zimbabwe, el contrapunto ideal para estas impresionantes y blancas vistas.

Desde que ponemos un pie en esta casa rústica, la calidez nos envuelve. Y la madera de alerce es la responsable de esta sensación. Incluso la consola y el marco del espejo son de este material. Pequeños elementos y detalles, como la lámpara de diseño, ayudan a modernizar su estilo.

Todo el dormitorio está forrado de madera de alerce colocada en sentidos diferentes, idea de la decoradora y propietaria: “He estudiado arquitectura y me interesé mucho en el diseño de interiores”, nos explica, “por eso este proyecto estuvo particularmente cerca de mi corazón”.

En el dormitorio comprobamos que el binomio madera y negro cobra fuerza. Y, para que el espacio no se viera saturado se colocaron dos modernos apliques a cada lado del cabecero de lino, que aporta mucha calidez. 

Para aprovechar la altura del dormitorio, pero no perder la calidez que necesitan este tipo de estancias se planificó una doble altura que sirve como zona de desconexión. Su acceso mediante una escalera metálica no ocupa casi nada de espacio. 

Para aprovechar al máximo todos los rincones del dormitorio, los primeros tramos de la escalera que acceden a la segunda altura del dormitorio son, en realidad, una cajonera que regala mucho almacenaje. ¡Y pasa completamente desapercibido!

Son obra y dibujo suyos los detalles de los baños, los acabados de los armarios y la atmósfera de las habitaciones. “Quería crear un estilo propio, muy cálido, que recordara a los típicos chalés de la Saboya (una región de Francia de arquitectura muy característica), pero rompiendo un poco con esos códigos tradicionales”, prosigue.

El dormitorio infantil se ubicó en la buhardilla. Su sencillez sigue la línea del resto de esta cabaña en los Pirineos, con el techo abuhardillado a dos aguas y la pared revestida de madera. Las dos camas se colocaron en L para aprovechar el espacio, que se coronó con una estilosa lámpara que cuelga de una de las vigas.