Esta casona gallega enamora con su belleza. Rústica y delicada, rebosa encanto. Le falta su propia capilla para tener la denominación de “pazo”, pero esta vivienda del siglo XIX, con su jardín en mitad del bosque y sus muros de piedra, es pura historia de Galicia. El estudio Las Perelli se encargó de actualizar la vivienda para una joven familia con niños. ¡Enamórate!

5 /8

1.

Un salón con mucho encanto

salón con chimenea abierto al comedor con pared de piedra a la vista, suelo de piedra, sofá blanco, mesa de centro de madera, butacas de madera con fibra

Sofá y butaca heredados y retapizados. Mesa de centro de anticuario. Las redondas, de Cae de Cajón. Lámpara en Carina Casanovas.

El Mueble

“La última reforma nos pareció correcta en cuanto a distribución, pero sentimos que le faltaba luz. Aquí llueve mucho y pensamos que era necesario hacer un cambio de materiales y colores y mejorar el proyecto de iluminación, porque una casa debe ser tan agradable de día como de noche”, explica la interiorista Elena Perelli, cuyo estudio firma la reforma de esta casa gallega del XIX. “También recuperamos los muros de piedra para enfatizar el sabor gallego más auténtico”, añade.

2.

Una chimenea que grita Galicia

salón con chimenea abierto al comedor con pared de piedra a la vista, suelo de piedra, sofá blanco, mesa de centro de madera, butacas de madera con fibra

Mesa de centro y sillones de madera, de anticuario. Cojín y manta de Nomad Interiors. Alfombra de Zara Home.

El Mueble

A las interioristas y a los propietarios les convencían las calidades de la reforma anterior, que incluía la impresionante chimenea de piedra original. Sin embargo, en el salón como en algunos espacios más oscuros de la casa, apostaron por cambiar el suelo de barro oscuro original por un microcemento blanco.

3.

El acceso a la luminosa cocina

cocina con puertas acrisoladas blancas, suelo de madera natural con muebles blancos, mesa y sillas de madera, planta

La cocina, como la reforma y el proyecto de iluminación, son obra del estudio Las Perelli. El suelo de castaño es original de la vivienda y se restauró.

El Mueble

Para ganar luz, pintaron de blanco paredes y elementos de carpintería, como ventanas y puertas. Por ejemplo, la de cuarterones de cristal que comunica la cocina al salón. Sobre este lienzo, nuestra estilista Dafne Vijande fue la encargada de dar el toque cálido de El Mueble. “Esta casa es muy gallega, así que apostamos por elementos autóctonos, como las maderas naturales desnudas; las alfombras, manteles y cojines
de tonos crudos; la cerámica blanca y, para decorar, plantas de la zona como las ramas de helecho en los jarrones”, explica.

 

4.

Una cocina moderna, pero muy tradicional

cocina con puertas acrisoladas blancas, suelo de madera natural con muebles blancos, mesa y sillas de madera, plantas aromáticas

Las Perelli rehicieron los muebles de la cocina junto con un ebanista. Alfombra, tablas de madera, cestas y botes de Nomad Interiors.

El Mueble

En la cocina, decidieron conservar el bonito suelo de castaño, que se había teñido de oscuro en el pasado. Lo pulieron hasta obtener su color natural y le dieron un acabado mate más actual. Conservaron como campana una chimenea de piedra original, pero cambiaron los fogones de gas por vitrocerámica por seguridad. También son nuevos los azulejos blanco hechos a mano, y rehicieron los muebles para dar aspecto de cocina gallega antigua.

5.

Un comedor en el que manda la madera

cocina con comedor, mesa de madera rústica con sillas de madera, lámpara de techo blanca, suelo de madera natural

Mesa de madera, sillas y lámpara de techo de Cae de Cajón. Sobre la mesa, menaje de Nomad Interiors.

El Mueble

“A pesar de que la mesa antigua es francesa, la estética final es de casa de campo muy gallega”, señala Elena. Las sillas de enea son nuevas, pero son el modelo sencillo de toda la vida. “Las cosas de antes que funcionan bien hay que conservarlas”, nos dice la interiorista, que recuperó a fondo los radiadores originales. ¡Hasta sacaron brillo al latón de las manetas!

6.

Un dormitorio que invita a la calma

dormitorio principal con ventanal, suelo de madera con alfombra beige, lámpara de techo blanca, ropa de cama beige, cabezal tapizado, banco de madera

Cabecero a medida. Ropa de cama, lámparas y alfombra de Nomad Interiors. Butaca y banco de Cae de Cajón.

El Mueble

En el dormitorio principal, Dafne vistió el suelo con unas alfombras blancas y jugó con la ropa de cama, los cojines y las colchas en tonos neutros. “Son habitaciones muy evocadoras de por sí, así que procuramos que los textiles dieran un contrapunto cálido sin estridencias”, explica la estilista.

7.

Un baño con un detalle muy poético

baño con suelo de madera y dos lavabos, cortinas blancas, vitrina con ropa blanca

Lavabos originales de la vivienda. Vitrina de Cae de Cajón. Cortinas confeccionadas a medida con lino. Taburete, toallas, jabones y complementos de Nomad Interiors.

El Mueble

Detrás de las cortinas, en la pared, tanto en el baño como en el dormitorio, encontramos unos cortejadores. “Son esas piezas de madera encastradas en forma de banco que forman parte de toda esa embocadura antigua de piedra. Los hemos encontrado en casas antiguas gallegas y asturianas muy señoriales, y me imagino que era donde se sentaban las parejas”, dice Elena. El baño, de estética casi monacal por los contundentes lavabos ingleses, originales de la casa, y los azulejos artesanos (los mismos de la cocina), está comunicado con el dormitorio a través de un pasillo con un vestidor en impoluto blanco.

8.

Aires de pazo tradicional

fachada de piedra con jardín y glorieta en la entrada, techo te tejas, plantas, césped natural

La casa, del XIX, conserva sus muros de piedra originales. A la izqda., la escalera abierta que lleva a la cocina. A la dcha., el acceso al jardín desde el comedor, con un arco hecho por un jazmín.

El Mueble

“Antes de cada proyecto, escribimos con nuestro clientes una especie de ‘Carta a los Reyes’, es decir, les pedimos que nos digan qué es lo que más les gustaría y vemos si se puede conseguir. En este caso, los propietarios querían que todo fluyera y fuera muy cómodo, porque son una familia con mucho movimiento. Desde la cocina, los niños salen a jugar al jardín por la escalera abierta, pero es fácil echarles un ojo desde cualquiera de las muchas ventanas”, explica Elena.