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1.

No es histórica, pero tiene historia

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"No sois los únicos”, responde entre risas la propietaria de esta vivienda cuando confesamos que creíamos estar ante una masía centenaria. En realidad, nos cuenta, es una nueva construcción en la que han participado, además del matrimonio propietario, el arquitecto Carlos Pereira y las interioristas Blanca Berenguer y Marta Xuclà.

2.

Una casa muy 'El Mueble'

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“Teníamos ganas de una casa de verano que fuera tan especial que acabáramos viviendo en ella todo el año”, prosigue la propietaria. Buscó durante años el terreno perfecto. Años que también dedicó a llenar una carpeta de fotos de El Mueble y otras de sus viajes por Francia.

Mesa de La Onírica. Sillas adquiridas en La Bòbila. Lámparas de un anticuario. Cestos y plantas de Elia Garden.

3.

Inspirado en la Provenza

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Así nació, por ejemplo, la entrada a la finca a través del gran portalón azulado en un muro de piedra: “Lo llamamos ‘pasillo Provenza’, porque lo vi en un hotel en esa región, y da mucha personalidad a la casa”, nos explica la propietaria de este remanso de paz en el Ampurdán.

Banco de India & Pacific. Bicicleta de Coco-Mat. Plantas de Elia Garden. 

4.

Un exterior para todos

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Tanto sus hijos como sus amigos y hasta los abuelos pueden convivir en diferentes zonas del jardín. El enorme y fotogénico porche es una de ellas, con espacio para un salón y un comedor exterior completos. “Los muros de piedra los trabajaron a mano artesanos marroquíes, por eso la piedra tiene un acabado exquisito”, cuenta.

Sofá y butacas de mimbre de Azul Tierra. Mesa de centro y alfombra de Coton et Bois. Pufs de Andrea House. Plantas de Elia Garden.

5.

Pasa sin llamar

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Entramos y, en el recibidor, un armario empotrado gris a medida y una consola de anticuario ya señalan que esta es una casa llena de piezas con encanto. “La decisión clave fue que el muro que separa la entrada del salón no llegara hasta arriba. Gracias a no llevarlo hasta el techo conseguimos cierta intimidad en la zona del recibidor, sin renunciar a la sensación de amplitud del salón”.

Consola de Mobles Llombart. Alfombra de Sacum. Silla de La Bòbila y cojín de Maison de Vacances, en La Maison. Cesto, jarrón y plantas de Elia Garden.

6.

Techos de nave

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En el salón, precisamente, el techo a dos aguas con vigas de madera como una nave agrícola recalca el aire a masía antigua que buscaban. El centro de la zona de estar es la espectacular chimenea con base de piedra negra, que sirve tanto de asiento como para guardar debajo la leña en cestos.

Sofás de Quadratto. Mesa de centro de Luzio. Butacas de En Linea Barcelona. Lámpara de pie de Bover. Escultura de pared de Eduardo Pérez Cabrero.

7.

Comedor clásico

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"El comedor de invierno, con el techo de volta catalana, una lámpara con pantalla de rosas y un mueble de anticuario, lo reservamos para cuando estamos todos", prosigue.

Mesa y sillas de La Bòbila. Lámpara de Gla Empordà. Mantel de Matèria. Bandeja, jarrón y eucalipto de Elia Garden

8.

Cocina con toques retro

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Así llegamos a la cocina, con su estilo rústico y con toques de azul provenzal en los porticones, la campana, el horno y fogones. Los cajones delatan que es una cocina moderna, igual que la isla central, que aporta la dosis de orden que toda casa necesita.

Muebles a medida. Encimera de Silestone. Taburetes de Gla Empordà. Cestos de Elia Garden.

9.

Una barra muy práctica

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Con vistas al jardín, la cocina es de estética clásica y rústica, pero está llena de ideas actuales que facilitan la vida. “Le añadimos una barra y aquí comemos mi marido y yo a diario", explica la propietaria.

Muebles a medida inspirados en las cocinas de la Provenza. Campana de Lacanche. Fregadero de Franke. Lámparas de Louis Poulsen, en Punto Luz.

10.

Un dormitorio de los que enamoran

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Por último, nos cuenta que, en el dormitorio, las puertas balconeras que dan al jardín son recuperadas de un derribo, y que el resto de ventanas imitaron su forma. 

Cabecero y cortinas de Gla Empordà. Butaca de Crearte Collections. Banqueta de Tine K Home. Plaid de Matèria. Alfombra de Coco-Mat. Plaid blanco de Filocolore.

11.

El vestidor está detrás del cabecero

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“En el dormitorio buscábamos amplitud y luz, por eso la decoradora Blanca Berenguer nos sugirió colocar el vestidor detrás de un tabique a media altura y apoyar ahí el cabecero”, concluye la propietaria. Y así es como, con delicadeza, cuidado y piezas escogidas una a una, han creado la casa que querían.

12.

Un jardín con truco

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“Mi marido se empeñó en plantar el jardín, el huerto y un perímetro verde alrededor a la vez que se construía la casa, y fue una idea genial: ahora disfrutamos de todo mucho más, porque la vista que tenemos es puro campo”, prosigue. Ahora tienen el verde, una fuente de tres caños y una piscina soleada ideal. “Junto a la piscina, plantamos buganvillas y pusimos unos bancos de obra para crear una zona de estar extra”, continúa.

Tumbonas de Sklum y taburetes de Elia Garden. En el banco de obra, colchonetas de Gla Empordà y cojines de Sira BCN.

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