De cuadra abandonada a la casa de campo ideal: este hogar rústico en Cantabria era un antiguo establo y ahora es bonito y acogedor
Era una cuadra fea y olvidada y gracias a la interiorista Belén Ferrándiz ahora es una casa rústica con vigas blancas y luminosas y un salón muy acogedor. ¿Quieres verla?
"'Siempre vamos hacia la luz', decimos de broma en el estudio", nos cuenta entre risas la interiorista Belén Ferrándiz. Y ese ha sido también el mantra de la transformación de una vieja cuadra en el cántabro pueblo de Lamadrid, convertida en casa de revista por Ferrándiz, el arquitecto César Muñoz y la constructora Evaristo González SA.
La interiorista conservó todo lo posible, combinando paredes con el muro de piedra original con otras recuperadas con un mortero blanco de cal y arena, muy texturizado. ¿El material estrella? La madera, claro: “Pusimos pino blanqueado en todos los suelos, las vigas las pintamos de blanco y los pilares los oscurecimos”, explica la interiorista. En la planta inferior, mandan el pino blanqueado y un azul emplomado.
Sin embargo, en la planta de arriba entra en acción un bello verde grisáceo (que vemos en la ropa de cama, el armario y en las láminas botánicas). Así se consigue un espacio unificado y muy poético. Además, a Belén la construcción original le resultó tan carismática que conservó todo lo posible. ¿La vemos?
La entrada de esta casa cántabra que redefine el estilo "neorrural" es casi toda de cristal, con excepción de dos detalles: la puerta y la enorme viga que sobresale con forma de Y. "Los clientes me preguntaron qué hacer con ella y mi respuesta fue: ‘¡mantenerla!", nos cuenta entusiasmada la interiorista Belén Ferrándiz, responsable de esta reforma sobresaliente.
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Sofás de IKEA y mesa de centro diseño de la decoradora. Butacas de mimbre, de Mestizo Store. Taburetes, de La Redoute. Alfombra, de Kilombo Rugs. Toda la cerámica es de Sareka.
El Mueble
Un salón que da paz
Durante la intervención para convertir una nave rural en casa minimalista en calma. Belén y su equipo conservaron todos los elementos originales que les fue posible. "La casa ya tenía una identidad increíble y nuestro trabajo fue conservarla", prosigue. La casa, por cierto, tiene dos salones, uno de ellos acristalado.
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Salón, con butaca de mimbre, de Mestizo Store. Mesa de centro, diseño de la decoradora.
El Mueble
Lo rústico está de moda
Por eso, combinaron paredes con el muro de piedra original con otras recuperadas con un mortero blanco de cal y arena, muy texturizado. ¿El material estrella? La madera, claro: "Pusimos pino blanqueado en todos los suelos, las vigas las pintamos de blanco y los pilares los oscurecimos", explica la interiorista.
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Salón con sofá gris, de La Redoute. Mesas redondas, de Tiendas Pardo. Alfombra, de IKEA.
El Mueble
Cuidando cada detalle
En el salón interior hay dos zonas de estar contiguas y un juego de sofás: uno pensado para hacer vida social y el otro para leer. En cuanto a la escalera, la interiorista tenía claro que "no debía obstaculizar las vistas. Por eso la diseñamos blanca y muy ligera".
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Porche con sofás, de Maisons du Monde. Mesa, de MisterWils. Butaca de ratán, de Mestizo Store y de madera, de Carina Casanovas.
El Mueble
El antiguo porche
Hacia el jardín encontramos el salón acristalado. "La idea original era tener un porche abierto, pero a mitad de proyecto los clientes pensaron que el clima del norte no permitiría aprovecharlo durante todo el año, así que lo convertimos en un salón comedor inspirado en un invernadero", nos cuenta la interiorista.
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Salón con sofás, de Maisons du Monde. Mesa, de Misterwils. Butaca de ratán, de Mestizo Store. Sillas de madera, de Carina Casanovas.
El Mueble
Larga vida a las fibras naturales
Aquí, bajo los dos tragaluces, vemos una chimenea de salamandra en color gris antracita: “Usamos algunos puntos de color oscuro que levantan atmósferas”, apunta la decoradora.
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Cocina con muebles y mesa del office, diseñados por Belén Ferrándiz.
El Mueble
Cocina en blanco
Las vigas y el cerramiento acristalado hacen que "la cocina de por sí ya sea espectacular, por lo que la decoración debía ser neutra y sencilla, con pocos muebles". Por eso no hay armarios altos: ya se encargaron de que hubiera buen almacenamiento debajo.
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Office con taburetes, de Tine K Home. Sillas, de MisterWils. Cestos, de Maisons du Monde.
El Mueble
Poética cocina
"Para la cocina, les propuse pintar el suelo creando un damero en gris y blanco", explica la interiorista. Con ese dúo de colores, han jugado también en la mesa redonda rústica y las sillas nórdicas.
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Sillón de Ikea, banco de Maisons du Monde y cojines, jarrón y cesto de Sareka. Alfombra de La Redoute.
El Mueble
Fluido y continuo
Para unificar, explica la decoradora, realizaron en el mismo pino blanco los muebles de la cocina y las barandillas de las terrazas y rellanos de los dormitorios, en la planta superior.
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Buhardilla con sofá, de IKEA. Cojines, de Sareka. Mesa de centro, de Tiendas Pardo. Banco, de Maisons du Monde. Alfombra, de La Redoute.
El Mueble
La buhardilla es muy acogedora
En lo más alto de la casa de campo, se esconde la buhardilla, muy acogedora y rústica. Sus vigas de madera desgastadas dan testimonio de la historia que alberga. Las paredes de piedra desnuda y las pequeñas ventanas invitan a la luz a bailar en su interior. Entre cojines de colores y mantas tejidas, el encanto vintage se fusiona con el confort de un refugio perfecto.
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Cabecero y lámparas de Tine K Home. Mesitas de Olofane, cuadros, apliques y alfombra de Maisons du Monde. Ropa de cama de La Redoute y Sareka. Todas las cortinas son de lino.
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Dormitorio con tragaluz
"En las habitaciones pusimos mucha fibra natural, como los cabeceros de bambú, y cortinas de lino, para dar calidez", cuenta Belén.
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Literas y cómoda de La Redoute. Alfombra y lámparas de Maisons du Monde. Cuadro de tiburones de Juniqe. Cortinas de lino hechas por la decoradora con tela de Dolz Colección.
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En el cuarto infantil
"Al ser una casa de alquiler vacacional, debíamos meter el máximo de camas sin agobiar. Lo conseguimos con dos literas de tres plantas puestas en paralelo", concluye la interiorista. Y es que hemos dejado la mejor noticia para el final: ¡la casa está disponible para el alquilar por días, semanas o meses!
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Baño pequeño con pared de piedra y ducha. Armario bajolavabo, de madera.
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Baño pequeño con pared de piedra y ducha
En un rincón íntimo de la casa, se encuentra el baño pequeño, con una sorprendente pared de piedra que evoca la naturaleza en su esplendor. La ducha, enmarcada por una mampara de cristal transparente, permite contemplar la belleza rústica de la piedra mientras te duchas. Los detalles en madera y la iluminación suave crean un ambiente acogedor y relajante. ¡Volveremos!