La casa más bonita y con más encanto de la "Toscana española": cada rincón enamora más que el anterior

V iendo el look tan romántico de esta masía en el Bajo Ampurdán –una zona conocida como ‘la Toscana española entendemos por qué sus propietarios han confiado por cuarta vez en la interiorista Lory Hansen, de A Touch of Class.

“Nuestra misión era actualizar la casa, hacerla más cómoda y darle un estilo campestre algo francés. La reformamos y redistribuimos por completo, hasta el exterior”, explica Lory.

Suya fue la idea de cubrir un antiguo pozo para crear un cómodo banco con colchonetas en el porche, y también pintar de un turquesa empolvado los porticones de madera, que antes eran muy estridentes.

Otro gran acierto fue poner un suelo de piedra gris en el exterior, el mismo que nos conduce hasta el salón de la casa. Su textura rugosa da un aspecto único a la zona de estar y proporciona esa base campestre que buscaba Lory.

“Pintamos las paredes y las vigas del techo, demasiado oscuras, de un luminoso color piedra, con un punto verdoso que queda muy elegante. Junto a las cortinas hechas a medida, el sofá blanco y los toques de madera logramos el aire atemporal que buscábamos para el salón”, explica la interiorista, que también se decidió a conservar la chimenea original.

La zona de estar está abierta al comedor, donde Lory ayudó a la propietaria a reubicar car piezas heredadas, como la contundente mesa cuadrada, que había pertenecido a su madre, la alacena con puertas de cristal o el elegante chandelier envejecido. Sobre una gran alfombra de fibras, las sillas de acero añaden otro toque vintage. ¡Qué gusto!

Donde tampoco hay puertas es en el paso
del comedor a la cocina, que "era muy antigua y estaba en mal estado, así que la transformamos por completo. Con los frentes de madera, el revestimiento de microcemento y los detalles negros ha quedado rústica, moderna y romántica”, explica la interiorista, que dio encanto con un fregadero rescatado.

“Donde ahora veis el cuarto infantil antes había dos habitaciones que compartían baño. Era un espacio un tanto apretado que quedaba aún más recargado por una pared de piedra y una moqueta en azul intenso”, recuerda la interiorista. En su lugar, creó un único dormitorio con dos camas separadas por un mueble muy práctico: los estantes en el centro dejan pasar la luz y tiene un armario a cada lado. “Para darles el toque campestre entelamos las puertas con lino beige. ¡Queda muy acogedor!”, explica Lory.

En el dormitorio principal encontramos otra solución bien pensada: un cabecero de roble forrado de tela que sirve de estante y sobre el que se posan las cortinas. Las mesitas de noche, una con cajones, la otra redonda, acompañan la cama junto a dos lámparas de madera con pantallas de lino. ¿Te has fijado? La banqueta tapizada y la colcha verde van a juego con la ventana.

“El baño tiene el aire francés de toda la casa, con los lavabos de piedra, el microcemento y la grifería con mandos en aspa... ¡Sin olvidar el pomo de la puerta! De latón y porcelana”, se despide Lory. Regresamos a Barcelona, con el corazón en el Ampurdán.