Esta casa es un flechazo: está en Cantabria y con su luz y su decoración ENAMORA

Ahora la vivienda dispone de un gran espacio abierto en la planta principal, con el salón, el comedor y la cocina comunicados. Aquí todos se pueden reunir: mientras unos cocinan, otros toman una copa de vino en la mesa o charlan en la zona de estar. Siempre rodeados por las vistas al mar Cantábrico y una decoración muy natural.

Para conseguir este look tan fresco, el equipo de Dorotea Estudio recurrió al blanco como gran aliado luminoso. Pintaron las paredes en un tono roto y eligieron textiles muy claros: para el gran sofá esquinero, el puf, los cojines, las cortinas... La calidez la ganaron con muebles de madera maciza y sustituyendo las antiguas baldosas del suelo por un vinílico efecto parquet.

"Pusimos la nota de color en las puertas de paso y en la barandilla de la escalera, que pintamos en un azul suave. Recuerda al mar y da calma. Combinado con el resto de la decoración conseguimos este aire relajado”, explica Alba, de Dorotea Estudio. 

"Para ganar luz y dar más protagonismo a este entorno natural tan bonito, también abrimos y agrandamos cerramientos, como la puerta del comedor. Es muy práctica porque, además de comunicar el interior de la casa con el jardín, da mucho juego cuando no caben todos en la mesa".

En la cocina, el ambiente es rústico actual. Apostaron por un mobiliario laminado en blanco que da mucha luminosidad, y lo combinaron con una encimera del mismo color prolongada en una península a modo de office. Decoraron las puertas con cuarterones y les pusieron unos tiradores en forma de concha. Por cierto, "originalmente la cocina también era abierta, pero más pequeña. Así que, a petición de los propietarios, la ampliamos integrando la habitación contigua", cuenta Gloria. 

Subiendo las escaleras llegamos a la última planta, donde la casa ganó tres dormitorios, dos de ellos en suite, y un cuarto de baño independiente. En esta planta la atención se va, inevitablemente, al dormitorio abuhardillado orientado al mar. ¿A quién no le gustaría despertar aquí por las mañanas?

En la buhardilla acristalada de la suite principal se creó un coqueto rincón con una butaca y un reposapiés para disfrutar de unas vistas infinitas al Cantábrico. 

En cuanto a los niños, son tantos que disfrutan de una planta exclusivamente para ellos. Hasta le han puesto nombre: "el cuarto leonera". La encontramos en el semi sótano. Donde antes había un garaje, ahora hay una sala de juegos, una suite, dos baños... y la joya de la corona, un dormitorio súper aprovechado con seis literas de tres camas cada una (la baja es una cama nido), donde caben dieciocho niños. Pese a estar abajo, tiene ventanas y es muy luminoso. También resulta cálido gracias a los textiles mostaza y a las alfombras de fibras. Eso sí, sin perder el espíritu infantil, con un papel pintado que da la nota divertida. En este espacio los niños se lo pasan en grande, y "los adultos están encantados con poder disfrutar de intimidad", nos comenta Gloria. 

Siguiendo ese guiño al paisaje que se respira en toda la casa, las paredes de este cuarto de baño se revistieron con las baldosas de color azul colocadas en espiga.