Elegancia y encanto: esta casa en Marbella tiene luz, piscina y una decoración en blanco que querrás copiar

"Cuando entré en Villa Yolanda por primera vez, me enamoré inmediatamente de la sensación de la casa”, nos cuenta Synne Marie, responsable del proyecto de interiorismo y cuarta generación al frente del Antima Homes, la empresa inmobiliaria familiar que empezó su bisabuelo y ahora dirige con su hermano. “Somos noruegos y algunos de nuestros recuerdos más queridos de la infancia son las vacaciones en Marbella. Por ello, buscar una casa aquí para nuestro cliente ha sido muy especial”, prosigue Synne. 

“La casa fue diseñada para una gran familia cuando se construyó, en los años 70. ¿Qué nos pidieron los actuales dueños? Una villa inspirada en Los Hamptons. Por ello, nuestra elección para la base de la decoración fue una combinación de blanco, rayas azules y tonos naturales”, nos explica la arquitecta y diseñadora. 

Pero vayamos por partes. Synne y el equipo de Antima decidieron mantener muchos de los elementos originales de la casa para dar mayor sentido a su historia. “Nuestros padres son unos apasionados de su trabajo y nos enseñaron a ver que cada casa tiene su alma”, añade. 

Por ello, se volcaron en restaurar el suelo de madera, conservaron las chimeneas y rescataron la barandilla de hierro de la escalera. ¿El punto moderno que añadieron? Los marcos negros de las ventanas, que a la vez van a juego con las puertas de hierro que separan el salón y la cocina. 

“Lo más impresionante de la casa son las vistas que se disfrutan desde el salón, donde hemos querido darles protagonismo, con unos grandes ventanales y una decoración basada en el blanco. Queríamos que fuera práctico y acogedor para disfrutar en familia. 

Tenemos nuestra propia marca familiar de muebles, se llama Sandon, los diseñamos nosotros mismos, y hemos usado muchas piezas en esta casa. "De lo que estoy completamente enamorada es de los sillones Capri y del sofá Formentera, los dos son nuestros. Les pusimos fundas ligeras, son prácticas y dan un aspecto relajado a la zona de estar”, añade.

¿Y la cocina? “Para mí, es el corazón de la casa. Es la estancia más importante y tiene que ser práctica y estética. Por eso queríamos mucho almacenaje, pero tenía que ser discreto y elegante. Diseñamos una cocina en blanco y chocolate, con armarios disimulados y una gran isla que sirve tanto para trabajar como para comidas informales. Colocamos una encimera de Corian y sobre ella unas lámparas colgantes que pueden atenuarse para crear un ambiente más íntimo", continúa. 

"Junto a la cocina, la mejor decisión fue poner un office como comedor. En las sillas, igual que habíamos hecho en los sofás, pusimos unas fundas con una caída que favorece la sensación de relax que buscábamos”, nos explica Synne.

Así llegamos a la parte privada de la casa, una suite de techos altos, amplia, blanca y luminosa, que disfruta incluso de su propia chimenea y vestidor. “Queríamos que el dormitorio principal fuera como un santuario. Un lugar donde entrar y recargar las pilas.

"Añadimos un balcón francés frente a la cama que deja disfrutar unas vistas espectaculares al pico de la Concha cuando te levantas. Elegimos cabeceros tapizados, que siempre aportan un aire suave y ropa de cama de tejidos 100% naturales", comenta la interiorista. 

"También apostamos por la combinación del blanco con los muebles de madera oscura, como en el baño, y crea un contraste definido que da carácter", explica. 

"Y es que, sin lugar a dudas, este es uno de mis proyectos favoritos. Y si tuviera que elegir mi zona preferida, diría que es el jardín. Es un privilegio verlo incluso desde la bañera, con esas plantas exuberantes y con la espectacular piscina de color turquesa", se despide Synne. Para los propietarios, también es su casa favorita.