Una casa de playa para vivir todo el año con una base muy blanca y acentos de color

A pesar de su ubicación, esta casa estaba bastante cerrada al mar, "en parte por seguridad, en parte por comodidad, por no tener que guardar los muebles de la terraza si empezaba a llover”, recuerda la interiorista Cristina del Valle, del estudio Del Pino Del Valle.

“Además, había que redefinir el espacio porque la vida de los propietarios había cambiado: ya no era una segunda residencia, sino que viven siempre aquí”, añade su socio, el arquitecto David del Pino.

Una reforma integral debía solucionar todas estas necesidades. Antes, la casa estaba revestida de ladrillo visto y ahora luce una recta silueta blanca. Es una casa casi entera blanca, prácticamente nueva por fuera y por dentro.

Perderse las vistas al Mediterráneo era pecado. “Por elllo, abrimos todos los huecos que pudimos”, prosigue el arquitecto. ¡Y así es! Una pared del salón es prácticamente de cristal, y también lo es la barandilla de la escalera.

La nueva forma de vivir convertía a la planta principal, donde están la cocina, el salón y el comedor comunes, en el corazón de la vivienda, ¡aquí pasan las cosas!

“Para contrastar con la blanca cocina, pusimos tiradores dorados, dos lámparas que parecen faroles marineros y una alfombra de baldosas hidráulicas bajo la mesa de la cocina”, detalla David. Nos encanta la idea de esa mesa, que también es una isla. Parece de mármol, pero “en realidad está recubierta de un porcelánico de gran formato, el mismo del salpicadero”, nos cuenta Cristina.

¡Y atención a los dormitorios! “Los conductos de aire acondicionado suelen obligar a bajarlos, pero nosotros bajamos solo donde nos interesa, no el techo al completo”, explica la interiorista. Dividir el techo en diferentes alturas permite sutiles juegos estéticos, colocar la iluminación donde se desee o esconder de la vista el raíl de las cortinas.

“Los hijos son ya mayores, así que hemos hecho sus dormitorios independientes, con baño y terraza propios, pensando en cuando vengan con sus propias familias”, explica David.

En el baño, se ha potenciado el carácter relajado de la casa con un papel pintado de motivos tropicales, un mueble de lavabo en voladizo y un espejo redondo: tres ideas que no podrían estar más en tendencia y que consiguen una atmósfera de calma y de sofisticación a la vez.

La reforma, además de abrirse al mar, también contemplaba un comedor al aire libre en el que juntarse con toda la familia. Con el mismo diseño que el resto de las terrazas, el blanco, con toques de color, impera en el espacio. 

La interiorista y el arquitecto forman un tándem tan bien avenido como inspirado. Todas las soluciones técnicas y estéticas de esta casa para soñar son obra suya.