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1.

Carnes rojas y procesadas

Carnes rojas y procesadas

La proteína en general es preferible consumirla, al menos, una hora y media antes de irte a la cama. Y esto es porque las proteínas son más difíciles de sintetizar que otros alimentos, lo que produce una digestión más pesada que puede interferir con tu sueño. Procesados como salchichas, chorizo o tocino contienen tiramina, que, en personas propensas a las migrañas, puede producir dolor de cabeza. 

2.

Los quesos

Quesos

Además de ser un alimento con alto contenido en grasas, lo que puede perjudicar la digestión, también contiene tiramina, por lo que es mejor evitar su consumo por las noches o, al menos, reducirlo drásticamente. En otros alimentos, como el pescado ahumado, también está presente. 

3.

Café y bebidas con cafeína

Café y bebidas con cafeína

Es una de esas cosas obvias, ¿verdad? Pero, a veces, no es suficiente con evitar la cafeína durante las horas previas a irnos a la cama. Si tomas más de dos cafés diarios y te cuesta conciliar el sueño, reduce su consumo y evítalos a partir de la hora de comer. La cafeína permanece en el cuerpo entre 6 y 8 horas. En sustitución, puedes tomar café descafeinado. Incluso hay un tipo que viene con melisa y tila para ayudar a que te relajes.   

4.

Las infusiones

Infusiones

Ya tengan teína o  no. Si tomas una infusión, aunque sea relajante, antes de ir a la cama, lo más probables es que te despiertes a mitad de la noche con necesidad de ir al baño. Lo ideal es que, si quieres disfrutar de una infusión antes de dormir, lo hagas un par de horas antes de irte a la cama. 

5.

Los cítricos

Cítricos

Las naranjas, mandarinas o limones contienen altas dosis de ácidos que pueden producir sensación de pesadez así como aumentar los ardores, lo que termina dando como resultado una alteración en el sueño. ¡Pero no los elimines de tu dieta! Simplemente, tómalos a otra hora del día.

6.

Verduras crudas

Verduras crudas

Lechuga, col o brócoli son alimentos con muchos beneficios para nuestra salud, ya que aportan muchísimas vitaminas. Pero también son conocidos por su alto contenido en fibra, lo que puede complicar la digestión si se consumen antes de irse a dormir. Aunque disfrutes comiendo una ensaladita por la noche, lo mejor es que optes por alguna verdura cocinada al vapor.

7.

Especias y picantes

Especias y picantes

Se acabaron las cenas de menú exótico. Los alimentos con muchas especias pueden contribuir a subir la temperatura corporal, muy incómodo a la hora de dormir, además de causar acidez. 

8.

Las bebidas alcohólicas

Las bebidas alcohólicas

Aunque beber alcohol por las noches puede ayudar a dormirse más rápido, lo cierto es que afecta a la calidad de nuestro descanso. Según afirma la revista Alcoholism: Clinical & Experimental Research, en un estudio realizado por el London Sleep Center, el consumo de alcohol antes de dormir interfiere con la fase REM, retrasándola, lo que afecta directamente con la calidad del sueño. 

Está todo listo: la cama calentita, la iluminación adecuada para conciliar el sueño e, incluso, has dejado todos tus aparatos electrónicos fuera del dormitorio; pero no te duermes. ¿Sabes que lo que cenas puede estar interfiriendo en tus horas de descanso? Algunos alimentos y bebidas pueden provocar que, a mitad de la noche, sientas la imperiosa necesidad de ir al baño, lo que interrumpirá tus horas de descanso. Pero es que también hay otros alimentos que perjudican la digestión, con el mismo resultado.

Para que esto no te pase, lo ideal es eliminar este listado de alimentos de tus cenas y optar por otros que te ayuden a invocar a Morfeo. También evitar las cantidades desmesuradas, que pueden perjudicar la digestión y provocar malestar. Asimismo, alimentos con tiramina o tiroxina, la cafeína y la teína, así como las bebidas diuréticas o el alcohol no son recomendables si lo que buscas es una noche de sueño reparador.

Hay otras muchas medidas que puedes tomar en tu día a día para conseguir descansar bien por las noches:

  • Dormir las horas adecuadas: ni más ni menos. Tanto la carencia como el exceso pueden ser perjudiciales.
  • Establecer hábitos regulares: lo ideal es irse a la cama y levantarse siempre a las mismas horas o, como mucho, con 2 horas de diferencias.
  • Eliminar los dispositivos electrónicos: al menos 2 horas antes de dormir –y también evitar meterlos en el dormitorio–. La luz retrasa la secreción de melatonina, retrasa el inicio del sueño y disminuye nuestra capacidad por las mañanas.
  • Cenar, como mínimo, 2 horas antes de irnos a la cama y evitar las cenas copiosas.
  • La temperatura de la habitación es importante para conciliar el sueño. Al igual que el frío no es cómodo para dormir, un calor excesivo puede provocar sudoración y un mal descanso. Lo ideal es mantener la habitación a una temperatura entre 19 y 21 ºC.