Antes de elegir un color para el dormitorio, es clave que pienses en el conjunto. O lo que es lo mismo, no tengas en cuenta solo las paredes. También son importantes la textura de estas, el color del pavimento, el estilo y material del mobiliario y la luz que reciba, sobre todo. Si te falta luz, tendrás que huir de los tonos más oscuros, claro. O utilizarlos solo en una pared y hacer el resto blanco y con tonos suaves en los textiles.

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1.

Pintar el dormitorio de blanco: ¡acierto seguro!

Dormitorio de color blanco, con cabecero y estores blancos, lámpara de techo con bolas, ropa de cama en tonos rosados y banco a los pies.

Dormitorio con cabecero, de TC Collection. Banqueta, de Maisons du Monde. Alfombra, de KP. Mesilla de noche y lámpara, de Crisal.

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Para dormitorios pequeños o con poca luz es el color ideal porque los amplía e ilumina (nos hartamos de decirlo). Para dormir, relaja. Y te lo pone fácil a la hora de elegir mobiliario y ropa de cama: elijas el material y el color que elijas, siempre quedarán bien. 

2.

Dormitorio en beige: luminosidad y calidez

Dormitorio en beige con ropa de cama azul suave.

Dormitorio con mesita de noche, de anticuario. Aplique, de Onit&Selec. Banqueta de enea, de Zara Home. Cortinas, de Catalina House.

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No te equivocarás nunca porque crea ambientes confortables en los que recogerse. Y para estilos clásicos es una opción más que perfecta. Dale frescura vistiendo la cama con textiles azules. Conseguirás un look sereno y mediterráneo.

3.

Gris claro, sinónimo de serenidad

Dormitorio con las paredes en color gris claro.

Dormitorio con colcha, manta y cojines de rayas de Sitjar. Sábana y cuadrante de lino de Zara Home. Cuadrantes de punto de Matèria. Espejos de Carolina Blue.

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Gris claro... ¿el color perfecto? Eso dicen de él. ¿Por qué? Porque es, junto al blanco, el otro comodín ideal y, además, ayuda a dormir bien. Las maderas claras y los tonos blancos y rosados suaves potencian la calma que destila. Para espacios 100% serenos.

4.

En amarillo suave, ¡qué refrescante!

Dormitorio con las paredes en amarillo suave, cama doble y espejo de pie.

Dormitorio con colchas y almohadas, de Zara Home.

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El amarillo en sus tonalidades más suaves es un color perfecto para pintar el dormitorio. Se trata de un color optimista que, combinado con el blanco, así como con otros colores claros, como el gris o el azul, se verá luminoso y cálido. Para que no tenga demasiado peso, deja el techo de color blanco. 

5.

Una paleta de colores tostados para desconectar

Dormitorio con la pares del cabecero de color tostado.

Dormitorio con espejo y consola, de Merc&Cía. Lámpara de sobremesa, de Carolina Blue.

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Son tonos que no distraen la mente, sino que la llevan a desconectar y relajarse. Textiles en grises azulados y terrosos apoyan este look sereno. Y un dato curioso: según un estudio reciente de la cadena hotelera Travelodge, cuanto más vira el arena a caramelo, más activa la vida sexual. 

6.

Pinta de azul claro y gana salud

Dormitorio pequeño con paredes azul celeste.

Dormitorio con lámpara de Light & Living.

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Hay estudios que relacionan el color azul con una mayor cantidad de horas de sueño (7 horas y 52 minutos de media). ¿Por qué? Porque nuestra mente lo asocia con el cielo o el mar y esta idea aporta calma y reduce la frecuencia cardíaca. Con ropa de cama blanca, el efecto se potencia.

7.

Pinta tu dormitorio en total pink

Dormitorio con paredes en color rosa.

Dormitorio con cabecero realizado a medida por Tapicería Marcasal. Taburete de madera, en La Maison. Mesita de noche, de Miv Interiores. Lámparas de techo, en Doméstico shop. Alfombra, en Matèria.

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Según la psicología del color, el rosa suave tranquiliza, pero el rosa intenso, excita. Ahora bien, el estilazo que destila es innegable. Cool, sexy y chic. ¿Y cómo conseguimos calmarlo para descansar? Con un acabado mate, un cabecero en un gris que tranquiliza y una ropa de cama en un rosa de "decibelios" más bajos.

8.

Verde claro, frescura y alegría

Dormitorio en verde y blanco con alfombra de fibra.

Dormitorio con lámpara, en Cado. Espejo, en Sacum. Alfombra, en Gra.

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El color verde claro se caracteriza por ser chispeante y resfrescante gracias a sus matices amarillos. Se trata de una tonalidad alegre, vitalista y con un tinte informal que queda muy bien en el dormitorio. Y no tienes que destinarlo solo a las paredes, también puedes incluirlo mediante otros complementos textiles. 

9.

Verde profundo, detalles suaves

Dormitorio moderno con pared del cabecero en verde y estor en ventana.

Dormitorio con cabecero artesanal de marquetería, de Olmo. Lámpara de techo, de Lamparas.es. Apliques, de Faro. Banqueta, de La Maison.

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Si te gustan los tonos intensos para pintar tu cuarto, el verde es una elección genial. Para evitar que la habitación quede muy apagada, lo mejor es combinarlo con blanco intenso y detalles y ropa de cama en tonos suaves: rosados y arena, ideales.  

10.

Verdigris, el equilibrio ideal

Dormitorio con pared revestida de madera en verde grisáceo y cabecero tapizado en blanco.

Dormitorio con pared revestida de madera en verde grisáceo y cabecero tapizado en blanco.

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El color verde inspira vitalidad y el gris, relajación. Juntos son el Ying y el Yang, con lo que generan el ambiente perfecto para relajarse y dormir sintiéndose en un espacio personal. Combinado con blanco, ganará la luz que puede faltarle y con ropa de cama en gris oscuro, el descanso está asegurado.

11.

¿Gris lunar? Hora de dormir

Dormitorio con la pared del cabecero pintada de gris.

Dormitorio con cabecero, realizado a medida por un tapicero. Lámpara de techo, diseño de Elena Eyre, realizada con un bol de madera de IKEA.

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Nuestro cerebro lo asocia con la luna y esta nos lleva a pensar en la noche, con lo que resulta ideal para dormitorios. Eso sí, para compensar su "tristeza", una buena solución es escoger ropa de cama con la vitalidad y frescura de los verdes. Combinación perfecta.

12.

¿Te gusta el efecto del color negro?

Dormitorio con la pared negra y el cabecero en blanco.

Mesitas, cabecero, lámparas y cortinas de Meridiana. Alfombras de Dash&Albert. Libros de Casa&Campo. Colcha, cojines, manta, fundas de almohada, zuecos y vaso de mimbre de Zara Home. En la banqueta de El Trastero de Macarena, plaid de flores de Bhubo Decoración Vintage.

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Es un color apto solo para dormitorios que reciben mucha luz. Y conviene compensar su profundidad con blancos y cremas. Es una apuesta arriesgada que queda de miedo en habitaciones de corte clásico. Lo llevarás a cotas híper elegantes con textiles como el vichy o el toyle de Jouy.

13.

Azul grisáceo: relajante y muy elegante

Dormitorio en azul grisáceo con cabecero y aparador de madera.

Dormitorio con aparador de Luzio con lámpara de Marset. Lámpara de techo de Artemide. A pie de cama, banqueta de Crearte Collections tapizada con tela de Yutes.

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El azul grisáceo es solo apto para esas estancias en las que la luz natural está garantizada, como esta. Con ciertos tintes modernos, pero también rústicos, este dormitorio hace del cabecero de madera su gran aliado para conseguir la calidez y la elegancia. Las líneas sencillas y rectas dejan que sea el color sea el protagonista. 

14.

La prueba infalible para elegir el color del dormitorio

Dormitorio con paredes en verde.

Dormitorio con banqueta, de Mercader de Venecia. Ventilador, de Faro.

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Una vez hayas elegido tus colores favoritos, pinta muestras (una tira vertical de 20x40 cm más o menos) en cada pared. Sobre todo en la del cabecero, porque es la que se lleva luego todas las miradas, con lo cual es la que más peso tiene en el ambiente. Míralas a distintas horas del día para comprobar cómo cambian los colores con o sin luz. Y ten en cuenta que siempre verás más intenso el color en toda una pared que en la muestra.

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