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1. Dos camas en línea

 Si no quieres apostar por una litera, la distribución en línea es la que más y mejor saca partido a los metros cuando la habitación es compartida y de planta rectangular. Al arrimar las camas a la pared, se deja una parte central despejada perfecta para poder jugar sin estar encorsetados. Las camas se completaron con grandes gaveteros para guardar desde ropa de otra temporada hasta juguetes. 

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Un gran escritorio compartido

El espacio debajo la ventana se aprovechó para colocar la zona de estudio, con una gran mesa compartida. Es un diseño de Inés Sanchiz, igual que las camas, y las sillas proceden de Superestudio. El mural de bailarinas es de Little Hands Illustration.

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2. En "L" y bien aprovechada

Este dormitorio presentaba dos hándicaps: era pequeño y abuhardillado, por lo que las literas quedaban descartadas. Sin embargo tenía a su favor su planta cuadrada, que permitió planificar las dos camas en "L". Y para no desperdiciar ni un cm útil, el cabecero se completó con dos grandes cajones. Las camas son un diseño de la decoradora Celia Grego.  

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Donde duermen dos...

¡Duermen tres! Y es que una de las camas se ha equipado con cajones y la otra con una cama nido extra. El papel pintado de rayas verticales, no solo decora y protege las paredes de los roces, sino que además ayuda a ganar altura visual en esta buhardilla. Procede de Acevedo Muebles.  

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3. Camas y armario, en una estructura

Esta habitación está pensada al milímetro, porque sin ser muy grande, tiene de todo: tres camas, un armario-vestidor, cajones y una completa zona de estudio. Y en parte, gracias a la litera tipo tren, que reúne en una estructura las camas y el almacenaje. Sin embargo, para instalar una estructura como esta, debes contar con una pared de al menos cuatro metros de largo. Hay diseños en los que las camas se superponen que ocupan un poco menos de espacio. 

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Con una completa zona de estudio en paralelo

Para exprimir más los metros, la decoradora Meritxell Ribé diseñó una estructura a medida que integra el escritorio, un armario extra y una gran balda. En blanco, resulta más ligera. La litera también es un diseño de la decoradora, con la colaboración de Olga Gimeno, de Bona Nit.

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4. Con dos camas en paralelo

Es la distribución clásica y la más cómoda, sobre todo a la hora de hacer la cama, en habitaciones amplias. Pero también es la que "desaprovecha" más el espacio, ya que entre cama y cama debes dejar un paso de al menos 60 cm para poder moverte cómodamente. Camas similares de Ikea y mesita de noche de Meridiana. 

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Un armario empotrado

Sitúes dónde sitúes el armario, ya sea a pie de cama o en paralelo a la cama, deberás respetar unas medidas básicas para poder abrir las puertas sin problemas. En el caso de tener puertas batientes, como aquí, lo ideal es dejar un mínimo de 100 cm, mientras que para las correderas basta con unos 60-70 cm. Aquí, para integrarlo en la decoración, se ha pintado en blanco y la celosía da un toque rústico muy en sintonía con el espacio.   

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5. Literas, la solución para cuartos mini

No es la opción más cómoda, pero sí la que mejor exprime el espacio, porque en el lugar que ocuparía una cama, hay dos. Debes tener en cuenta que una litera estándar mide unos 200 x 100 cm, por lo que para que no quede demasiado encajonada entre pared y pared, la habitación debería medir un mínimo de 250 x 200 cm. Otra medida importante a tener en cuenta es que entre la cama superior y el techo debería quedar un espacio libre de al menos 60 cm para que el niño pueda incorporarse sin problemas. 

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Ni un cm por perdido

Puertas correderas en el armario y una mesa de poco fondo aprovechando un entrante que puede servir de mesita de noche o de improvisado escritorio son dos soluciones que no restan espacio pero en cambio suman practicidad. Todo, de Cassai Home & Fashion.

Distribuir la habitación de los niños no es tarea fácil. Sobre todo cuando los metros escasean, porque a diferencia del dormitorio principal, es una estancia de naturaleza evolutiva que además es habitual que reúna varias funciones: descanso, juegos y estudio. En cualquier caso, a la hora de planificarla, el peso lo lleva la cama (o camas). Será en base a ella que deberán encajarse el resto de elementos, como si de un tetris se tratara.

En habitaciones compartidas, las literas son la opción que rentabiliza más y mejor el espacio, ya que en el espacio de una cama caben dos. Las literas tradicionales suelen tener unas medidas desde 200x100 cm, en función del tamaño del colchón. Las tipo tren son una buena alternativa cuando cuentas más espacio, ya que suelen incorporar en la estructura armarios o cajones y las camas, al estar desplazadas, ocupan más. De hecho, se recomienda para habitaciones con una pared libre de al menos 300 cm de largo. Elijas una u otra opción, es importante tener en cuenta que los expertos no las recomiendan para menores de cinco años.

Si lo de las literas no va contigo y cuentas con más metros, la distribución más cómoda es disponer las camas en paralelo. Debes saber, sin embargo, que es la distribución que más desaprovecha el espacio, ya que deberás dejar entre las camas unos 60 cm. Otra opción, muy práctica en habitaciones estrechas y alargadas es disponer las dos camas en línea, en función de si optas por una cama junior (de unos 170 cm de largo) o una de adulto (de 190 o 200 cm), necesitarás una pared libre de al menos 350 cm o 400 cm. En habitaciones de planta cuadrada la distribución en ángulo es un acierto, ya que deja un espacio libre central que puede servir para jugar.

Elijas la distribución que elijas es importante respetar la distancia entre las camas y el armario para poder abrir y cerrar las puertas sin problemas. En armarios de puertas batientes, se recomienda dejar un espacio de al menos 100 cm entre la cama y el armario. En el caso de ser correderas, con unos 60 cm ya bastaría.