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De galería a estudio

Es la zona que más luz tiene en muchas casas. Sin embargo, a menudo solo acoge la lavadora y un armario para las herramientas y otros enseres o, en el mejor de los casos, algunas plantas. Si tienes una, aprovéchala, ciérrala y monta un estudio. Sobre todo si trabajas en casa. Diseño de Dröm Living, realizado por Fusteria i Ebenisteria Brañas. Silla y alfombra, en Matèria, y lámpara, de Ikea. 

2.

Cerrar sin cerrar

¿No quieres cerrar del todo tu balcón o terraza? Puedes optar por correderas de listones que permitan que entre la luz, como aquí, a modo de contraventanas mallorquinas, y completar el aislamiento con persianas de fibra natural, como estas de esparto. Mesa, de Ikea. Sillas de hierro y madera, de Francisco Segarra. De Van Castro, de Vive Estudio.

3.

Suma metros

Es lo que conseguirás anexando una terraza, un balcón o una galería a tu casa. Con obra, podrás eliminar puertas de acceso y hacer que, realmente, los dos espacios parezcan uno, como en este salón de Pia Capdevila. Librería de DM interior de madera realizada a medida según el diseño de la decoradora. Butaca, en Azul-Tierra, y lámpara, en el estudio de Pia.

4.

Un rincón para ti

Cerrar un pequeño balcón puede convertirse en un gesto directo a tu bienestar porque lo convertirás en un espacio en el que disfrutar tanto en verano como en invierno. 365 días al año. Con plantas, lo transformarás en un pequeño invernadero. Un espacio delicioso para trabajar o realizar tus hobbies. Mesa, de Ikea y taburete, en Mercantic. Macetas y plantas, de Jardiland y cuadro, de Sacum.

5.

¿Se puede?

Sí, se puede. Convertir un balcón galería en una cocina, se puede. Requiere obra, mucha, porque hay que llevar todas las instalaciones a un espacio que no estaba preparado para ello, pero para amantes de la gastronomía es un sueño. Luz a raudales y un espacio maravilloso. Mobiliario realizado a medida por el arquitecto Albert Pascual. 

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Con estilo

Hacer un cerramiento en una terraza, galería o balcón, requiere tener en cuenta la fachada. Necesitarás el permiso de tu comunidad y cumplir una normativa arquitectónica determinada. Infórmate en tu ayuntamiento. Escritorio de Natalia Parladé, como la silla gustaviana y el tintero de cristal. El pavimento, de baldosa hidráulica, añade peso al estilo antiguo y romántico del espacio. 

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Gana un vestidor

Cerrar un balcón en un dormitorio, por ejemplo, puede ayudarte a sumar unos metros muy útiles, como en este caso, que permitieron redistribuir el espacio de tal manera que se pudo ganar un vestidor tras la cama. Cabecero y armario, de DM, realizados a medida. Papel pintado, de Ralph Lauren. Parquet de madera, de Parador. De Pia Capdevila

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Un reducto de paz

Es en lo que se convierten las galerías cerradas con un sencillo rincón para poder relajarte. Una alfombra, una butaca y unas plantas son suficiente para conseguirlo. Un detalle que no debe faltar: visillos para tamizar la luz y poder tener un espacio 100% confortable. Galería con butaca de caña y cestos de fibra, de Sacum. Plantas, de Pasanau Flors. Alfombra de etilo étnico, de Perú. 

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Una pieza ideal

Un banco, con cajones, es un mueble perfecto para un balcón o galería cerrado porque aporta un lugar cómodo para disfrutar del espacio más de una y más de dos personas, y a la vez, no interfiere en las vistas. Este está adornado con cojines adornados con motivos de ganchillo. 

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Dale personalidad

Cerrar una terraza junto al dormitorio permite ganar un estudio muy luminoso. ¿Y qué hacemos con el suelo? Puedes crear una alfombra de mosaico hidráulico, que le dará personalidad y decorará con estilo el espacio. Tumbona, de Coco-Mat y cortinas, de Upholstery.

Ampliar tu casa ganando una estancia llena de luz natural suena francamente bien. Pero no suena tan bien lo que puede costarte... Hacer un cerramiento y aislar convenientemente el espacio del frío y el calor tiene su precio... y su truco para hacerlo bien y que no acabe siendo un espacio poco confortable que termine su vida útil como trastero.

¡Ojo con el confort térmico!

Olvídate de un cerramiento sencillo, es decir, del que se hizo durante años, que consistía en colocar ventanas sobre el peto o la barandilla del balcón o la terraza, sin más intervenciones. Ten en cuenta...

  • En verano: perderás la sombra que el alerón de la terraza le daba al espacio, así que tendrás que instalar un toldo o bien persianas o cortinas que te protejan. Y, si recibes muchísimo sol, incluso tendrás que pensar en aire acondicionado.
  • En invierno: si los cristales no son dobles, tendrás frío. Y cuidado con las ventanas correderas, porque aíslan peor.

¿Una buena solución para ambos casos? Los cristales Guardian Sun. Filtran la radiación solar mejorando el confort y ahorrando en aire acondicionado en verano, y evitan que la calefacción se escape en invierno.

Consulta antes los estatutos de tu comunidad y la normativa urbanística de tu ciudad. Te ahorrarás problemas

Ciérralo para disfrutarlo (de verdad)

Si te chiflan las terrazas y disfrutar del exterior, ciérralo. ¿Estamos locos? No. Todo lo contrario. Porque cerrando tu balcón podrás disfrutarlo incluso en invierno. Y en verano, abriendo el cerramiento, seguirás teniendo un espacio al fresco (o al sol); para ello, lo mejor (si puedes) es crear un cerramiento de techo a suelo y que puedas abrir en acordeón, conseguirás abrirlo completamente al exterior cuando llegue el cálido verano.

Intégralo bien

Ten en cuenta que cuanto mejor puedas integrarlo en el espacio al que pertenece, más lo aprovecharás y más metros ganarás. Un ejemplo concreto: si se trata del balcón del salón, una reforma que elimine las puertas de acceso del salón al que antes era el exterior, integrará mejor los metros ganados. Y más: pintar el espacio del mismo color que el salón e igualar el pavimento de los dos espacios, también ayudará.

Y ahora, la última pregunta antes de decidirte: ¿Ya sabes qué uso le darás? Piénsalo muy bien y decóralo a conciencia para estar a gusto. El mejor antídoto para ganar una estancia más y blindarte ante el "efecto almacén".