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1.

Esencia mediterránea

En blanco y con matices de azul en la ropa de cama, este dormitorio en Mallorca (como toda la casa) es verano en estado puro. Al ser pequeño, se ha habilitado con lo imprescindible. Una litera, un armario y una consola que sirve de mesita de noche y de improvisado escritorio. Todo procede de Cassai Home & Fashion. 

2.

Con el mar en el horizonte

 La escultura de madera en forma de barco recuerda que el mar, que se cuela desde la ventana, está próximo en esta casa de Formentera. Las vigas de madera dan el contrapunto rústico a una habitación tan fresquita como acogedora. Las camas con estructura de mimbre son de Orient Express y la escultura de Angelo Piersimoni.

3.

Un verano en Cádiz

Este dormitorio de blancas paredes encaladas y piedra vista pertenece a un antiguo molino de arroz rehabilitado como vivienda. Sus gruesos muros aislantes, las paredes de un radiante blanco y el suelo de piedra son el mejor antídoto contra las calurosas noches del sur. Camas antiguas, similares en Ikea. 

4.

Con el jardín como zona de juegos

 Cuando cuentas con un jardín como patio de recreo, el dormitorio sirve solo para dormir, de ahí que la decoración se reduzca a lo mínimo: un par de camas en "L" bastan para sacarle todo el jugo al verano. Las camas con estructura de madera decapada son de Lost&Found y la alfombra, de Zara Home.

5.

Sueños en blanco y azul

Si los colores de este dormitorio no claman a gritos ¡verano!, lo hacen los detalles marineros, como la escultura en forma de faro de la mesilla de noche. De hecho, el dormitorio y el resto de la casa, se inspiran en el estilo de las casas de veraneo de Los Hamptons

6.

Con vistas al prado

¡Y qué fresquitos! El verde mint con el que se han pintado las vigas de madera, los cabeceros y las mesillas, refuerzan aún más esta sensación de verano al fresco. Los cabeceros son antiguos y la mesilla procede de Almazen. 

7.

Escapada a Menorca

Todo lo que tiene de pequeño este dormitorio lo tiene de bien aprovechado, ya que la litera doble de obra da cabida hasta a cuatro niños. El blanco que lo envuelve todo da ligereza y, a la vez, recuerda la arquitectura encalada típica de las islas Baleares. Literas diseño de la decoradora Zenaida Bufill y alfombras de Aquitania. 

8.

El reino de los peques

Destinar la buhardilla a habitación infantil es siempre un acierto, ya que les da más independencia y, a la vez, "aísla" el resto de la casa del griterío de los peques al jugar. Aquí, se ha optado por dos camas arrimadas a la pared para dejar espacio para jugar y una de ellas se ha completado con una cama extra. 

9.

En el campo

Este dormitorio, con paredes de piedra y techo abovedado de ladrillo visto, respira tradición y sabe a verano en el campo. El marco de la ventana y el cabecero, de un azul añil, refrescan y alegran el espacio. Silla antigua en Antic Daviu Quera. 

10.

Sabor a verano

Este dormitorio respira un sutil aire marinero, con los detalles acuáticos y los suaves tonos azules y arena de la ropa de cama y del papel pintado a rayas. Pufs de Nobodinoz. 

11.

El refugio de una princesa

 Su cama XL es todo un acierto en este dormitorio: de día sirve de cómodo sofá y de noche se transforma en una cama para dos o más. La mesita de noche procede de Pardo y la lámpara de sobremesa, en Carmelo.

12.

Una habitación con altillo

Una opción perfecta, si cuentas con la altura de techos suficiente, para sumar camas cuando los amigos o primos vienen a pasar unos días. La parte inferior se ha habilitado como zona para dormir mientras que el altillo, cuando no se usa como habitación, sirve como zonas de juegos. 

13.

La cabaña de Suecia

Literalmente, porque la casa a la que pertenece este encantador dormitorio de verano, Lilla Torpet, es una cabaña de madera de finales del s. XVIII rehabilitada en medio de un bosque de Suecia. Los veranos, aquí, saben a canela y bayas silvestres. La mesilla y las alfombras son de Ikea. La cómoda y las sillas son recuperadas. 

14.

Vacaciones con los amigos

¡Que lujo dormir y jugar en la buhardilla! Para aprovecharla al máximo el espacio las cuatro camas se han arrimado a la pared, así dejan el espacio central despejado para poder jugar sin obstáculos. Además, pueden acoger a más compañeros de juegos, ya que son camas son nido. Son un diseño de Pedro Hernández realizadas por Carpintería Carrasco.

15.

Un rústico puesto al día

 El verano no tiene por qué ser sinónimo de blanco y azul. Y prueba de ello es este dormitorio, que respira un look alpino a pesar de estar en el corazón de la Costa Brava. La litera es de Ikea y la alfombra de Jordi Batlle. 

Si cuentas con una segunda residencia y tienes hijos, es probable, que en verano te salgan los peque amigos de debajo de las piedras y en más de una ocasión tengas que oír el estribillo: "¿Puedo invitar a Carlos? Veeeenga, solo un par de días...". Y ante su mejor carita de angelito, ¿quién se resiste?

Por ello, es importante que al planificar su habitación de vacaciones preveas soluciones para ganar una cama extra. En muchas ocasiones es mejor prescindir de algunas piezas, como un escritorio, en pro de una cama de más. Y en el caso de que tenga que hacer deberes, puede hacerlos en el comedor.

Piensa que su habitación de veraneo no debe ser una traslación de su cuarto, porque las necesidades durante las vacaciones son distintas que durante el curso. En este sentido, puedes prescindir de algunos "básicos" y permitirte darle más color y acentuar su punto lúdico. ¡Son vacaciones!

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