12 cocinas con el comedor integrado de la revista El Mueble que vas a NECESITAR copiar (con vídeo)

En esta cocina en la que predomina el blanco, materiales cálidos como la madera y las fibras naturales son las encargadas de aportar calidez. Y la vemos muy bien agrupada en la zona del comedor, con la mesa de madera y las sillas y alfombra de fibras, creando un contraste perfecto con los frentes de la cocina. Para dar aún más unidad se ha decorado esta con una lámpara y vajilla blanca, mientras que los muebles cuentan con una encimera de madera y unas tablas decorativas. ¡El tándem perfecto!

En esta cocina abierta, es el comedor el que actúa como nexo entre esta y el resto de la zona de día. Y, para destacarla se han colocado dos grandes lámparas de fibras naturales que roban todo el protagonismo al resto de la decoración. Así, los tres ambientes quedan integrados, especialmente gracias al color y el acertado uso de los materiales.  

El comedor de esta cocina es una elegante extensión de la isla. Si te fijas bien, la misma encimera que recorre la isla continúa con la mesa del comedor. Para darle mucha más elegancia, la interiorista Sol Van Dorssen colocó una clásica lámpara de techo con la pantalla blanca y unas cálidas sillas de fibra natural que garantizan la comodidad. 

Esta cocina en L se ha completado con un coqueto comedor creando un conjunto integrado y homogéneo. ¿Cómo? Gracias al uso del mismo material (o al menos el mismo acabado) tanto en el antepecho o salpicadero y en el sobre de la mesa. También gracias a la calidez de los suelos de madera continuos y los detalles en fibra natural y de madera que decoran y unifican ambos espacios. 

Esta cocina con comedor integrado es una auténtica declaración de intenciones que une lo mejor del estilo moderno y del estilo rústico. Mientras que la cocina blanca presume de un marcado estilo moderno, el comedor adosado a la península podría, fácilmente, haber sido sacado de una masía en el campo. Una combinación de estilos que demuestra que lo rústico también puede ser moderno. Y viceversa.    

Esta cocina alargada culmina en una gran ventanal junto al que se ha colocado un elegante comedor con una imponente mesa de madera de pino realizada a mano. Así, no solo la zona de comer está bañada por la luz, sino que las paredes blancas ayudan a que esta viaje hasta la cocina, iluminándola. No podemos dejar de hablar del banco colocado en la mesa del comedor, que deja que esta última sea la mesa la auténtica protagonista del espacio. 

Entre los suelos de barro cocido, las vigas de madera y los techos en bovedilla, este espacio pedía a gritos una cocina rústica. Pero no todas las cocinas de este estilo han de hacer de la madera el material protagonista. Para llenarla de luz, se colocaron unos muebles blancos con tiradores de concha, que aportan un acogedor look campestre. Para potenciarlo, el comedor colocado en el centro de la estancia se ha completado con una mesa redonda, que facilita la circulación y evita los golpes inesperados, y unas sillas con respaldo de aspa. La lámpara de fibra completa este estilo de campo tan agradable. 

En esta estancia en la que cocina y comedor van de la mano, se ha colocado una península que actúa de nexo de conexión, pero también como separador de espacios. Para dar unidad al espacio se han colocado unas sillas y taburetes del mismo modelo, con estructura en negro y asientos de mimbre que, además, contrastan con el inmaculado blanco de la cocina y paredes. El toque más romántico y femenino, se lo debemos a los textiles en rosa. 

En este espacio, la cocina abierta y el comedor comparten la isla. Mientras que, por un lado, sirve como zona de trabajo en la cocina, por el otro se convierte en un banco con almacenaje que da servicio al comedor. Dos espacios completamente integrados que hacen del color blanco y de la madera su seña de identidad y su nexo de conexión.