No hace falta que te apellides Fitz James Stuart para poner una mesa según las normas de protocolo básicas. Con estos consejos sencillos, que procuran por la comodidad más que por la superficialidad, lo conseguirás con creces. Además, no hace falta que sea Navidad para que los pongas en práctica. Son las reglas generales para disfrutar de una mesa perfecta, sea cuando sea.
Algunos consejos como punto de partida
- Échale ganas e imaginación, porque decorar una mesa navideña debe ser, ante todo, algo creativo y divertido. Antes que nada, elige un look concreto, de lo contrario puede quedar un popurrí sin sentido. Es bueno también tener en cuenta la estación en la que estás para que el tema combine con el mood.
- Planifícate: "hazte con un cuaderno de Navidad bonito y anota tu listado de preparativos: limpiar, decorar, planificar menús... ¡Así no olvidarás ningún detalle!", explican desde The Home Academy.
- Ten en cuenta el lugar. Si el encuentro es en el campo o en la montaña, escoge manteles de rayas o cuadros, telas rugosas, como el lino, y colores otoñales, como beige y ocres. En cambio, si se trata de una ocasión más formal, opta por manteles de hilo blanco, gris claro, rosa palo o, en general, cualquier color neutro. Un tejido bordado y de encaje le dará un toque de elegancia.
- En esta época del año hay licencia para exagerar con los adornos del centro. Apuesta por candelabros o arreglos florales con entidad. Pero recuerda, que los comensales se vean las caras (a no ser que te haya tocado el cuñado pesado delante, claro). Por eso, mejor mantener el centro de mesa siempre bajo: usa ramas de abeto, acebo o eucalipto y añade adornos del árbol para que haya armonía.
- Jugar con diferentes tipos de sillas, vajillas desparejadas pero coordinadas entre sí, poner detalles o tarjetas en cada sitio, personalizadas para cada invitado... Serán detalles que harán de la velada algo para recordar.