La casa más bonita y con más encanto de la "Toscana española": cada rincón enamora más que el anterior

“Nuestra misión era actualizar la casa, hacerla más cómoda y darle un estilo campestre algo francés. La reformamos y redistribuimos por completo, hasta el exterior”, explica Lory.

Suya fue la idea de cubrir un antiguo pozo para crear un cómodo banco con colchonetas en el porche, y también pintar de un turquesa empolvado los porticones de madera, que antes eran muy estridentes.

“Pintamos las paredes y las vigas del techo, demasiado oscuras, de un luminoso color piedra, con un punto verdoso que queda muy elegante. Junto a las cortinas hechas a medida, el sofá blanco y los toques de madera logramos el aire atemporal que buscábamos para el salón”, explica la interiorista, que también se decidió a conservar la chimenea original.

Donde tampoco hay puertas es en el paso
del comedor a la cocina, que "era muy antigua y estaba en mal estado, así que la transformamos por completo. Con los frentes de madera, el revestimiento de microcemento y los detalles negros ha quedado rústica, moderna y romántica”, explica la interiorista, que dio encanto con un fregadero rescatado.

En el dormitorio principal encontramos otra solución bien pensada: un cabecero de roble forrado de tela que sirve de estante y sobre el que se posan las cortinas. Las mesitas de noche, una con cajones, la otra redonda, acompañan la cama junto a dos lámparas de madera con pantallas de lino. ¿Te has fijado? La banqueta tapizada y la colcha verde van a juego con la ventana.

“El baño tiene el aire francés de toda la casa, con los lavabos de piedra, el microcemento y la grifería con mandos en aspa... ¡Sin olvidar el pomo de la puerta! De latón y porcelana”, se despide Lory. Regresamos a Barcelona, con el corazón en el Ampurdán.