Es bien sabido que la limpieza de la casa es fundamental para gozar de una buena salud y vivir en bienestar. Sin embargo, aunque la limpieza sea tan importante para poder disfrutar de unos espacios con buena higiene y saludables, no es necesario vivir esta limpieza como una obligación constante o como una carrera hacia la perfección. Y es que, cuando la entendemos de esta forma, al final nos agobiamos porque la sentimos como una carga.
El truco para dejar de sentir la limpieza del hogar como una carga es convertirla en una herramienta para nuestro cuidado, el de nuestra familia y el de nuestro entorno. Básicamente, deberíamos aprender a limpiar con enfoque: no se trata solo de eliminar el polvo (que también), sino de crear un ambiente que favorezca el bienestar y la armonía en casa. Para ayudarnos a hacer este cambio de conciencia, la experta en limpieza María Fernández nos ha desvelado su mayor secreto para conseguirlo. En palabras de la experta: "no vivimos para limpiar, pero sí limpiamos para vivir mejor."
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No vivimos para limpiar, pero sí limpiamos para vivir mejor
“En mi casa no se vive para limpiar, pero se limpia para vivir mejor”, empieza afirmando María Fernández. Y es que, como comentamos antes, muchas personas están obsesionadas con la limpieza del hogar, una obsesión que, al final, lo único que hace es generar más estrés porque este camino únicamente lleva a la perfección. Esto quiere decir que solo limpian para que la casa se vea perfecta y, como no lo esté, se frustran. Siempre nos gusta decir que es mejor hecho que perfecto.
La experta continúa añadiendo que en su casa “no limpiamos por obsesión, lo hacemos por salud, por amor y por armonía.” Que las casas se ensucien es lo más normal del mundo, porque como bien explica María, “aquí se vive, se ríe, se juega y sí, se ensucia porque se nota cuando una casa está vivida y también cuando está cuidada.” Además, la experta en limpieza también comenta que ella no limpia por tener una casa perfecta, sino “para respirar mejor, porque cuando todo está en su sitio, yo también estoy un poco más en paz.”
María también recalca que, aunque sea experta en limpieza, antes de eso es humana y, como cualquier otra persona, “no siempre tengo la casa recogida, a veces no llego, a veces no me apetece y no pasa nada.” Para esos momentos en los que tienes poco tiempo o la pereza se ha apoderado de ti, María recomienda que hagamos como ella: “empiezo poco a poco, sin presión: recojo, limpio y aireo, y la casa cambia, el ambiente cambia.”
La importancia de tener limpiar la casa
Con todo lo anterior, nos gustaría terminar con la siguiente reflexión: el orden exterior influye directamente en cómo nos sentimos. Una casa en calma, limpia y ordenada ayuda a reducir el estrés, facilita la concentración y mejora nuestro estado de ánimo. Es mucho más que apariencia: es salud mental y emocional. No hace falta que todo esté perfecto todo el tiempo, pero sí podemos encontrar pequeñas rutinas que nos conecten con una sensación de equilibrio.
Además, cuando limpiamos con intención, no solo transformamos los espacios, también nuestra manera de habitarlos. Esa es la clave: hacer de la limpieza un gesto consciente que nos ayude a vivir mejor, más presentes y más a gusto en nuestra propia casa.
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