Marie Kondo revela su mayor secreto: estos son los 5 pasos muy fáciles de seguir para que tu casa esté limpia y brillante

Nunca estamos conformes con la limpieza de nuestra casa. Por más que barramos,  freguemos y nos dejemos el alma en dejarlo todo impoluto y brillante, siempre acabamos sacando algún defecto. Somos muy autoexigentes con nosotros mismos y la mayoría de veces acabamos dedicando más tiempo de la cuenta a la limpieza por miedo a que quede algo indecente. 

Siempre hay alguna zona de la casa o mueble que nos obsesiona a la hora de quitar el polvo o la suciedad. Nos centramos mucho en limpiar estas cosas específicas y acabamos estando un buen rato con algo que no merece tanto esfuerzo. 

La eminencia internacional en orden, Marie Kondo, nos ha revelado uno de sus secretos mejor guardados sobre limpieza. Aunque ella esté especializada en orden, nos ha confesado los trucos que utiliza para que su casa esté impoluta. Spoiler: son muy sencillos y entran dentro de una de sus técnicas más infalibles. ¡Te cambiará la vida!

Paso a paso

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El método KonMari de Marie Kondo no solo sirve para ordenar, sino que también se puede aplicar para una limpieza correcta y estratégica. Sirve para todos los punto del hogar, desde los principales hasta lo más inacesibles, y es ideal para dedicar el tiempo necesario a cada rincón de tu casa. Esta técnica pasa por 5 pasos muy fáciles que deberás poner en práctica a partir de ya. 

1. Equilibra el orden y la limpieza 

Antes de ponerte manos a la obra con la limpieza general, es imprescindible tener todo en su sitio. Orden y limpieza van de la mano, y si no se hace una de estas dos cosas, la otra no tiene sentido. Kondo recomienda que todo esté bien almacenado y así la limpieza sea mucho más rápida. Además, dice que es óptimo tener las herramientas necesarias todo el rato a mano para que no tengamos que hacer muchas vueltas: productos de limpieza, utensilios, alguna banqueta para subirnos a los altillos... 

2. Hazte una planificación 

Para Marie Kondo es imprescindible trazar una planificación clara y concisa para no perder tiempo. Nos dice que es ideal hacerlo por estancias, luego por las partes de dentro, y finalmente por los muebles. Lo mejor es empezar de arriba hacia abajo, por lo que se debería empezar por las partes superiores de las estanterías o lámparas. Por otro lado, nos aconseja centrarnos en uno de los rinconcitos que le tengamos más cariño con el objetivo de que hagamos un espacio completamente libre de suciedad. 

3. Focaliza tu esfuerzo en las zonas más difíciles

Muchas veces solemos relegar a un segundo plano esos puntos de la casa que más nos cuesta limpiar por su ubicación. Kondo nos explica que lo que marca la diferencia entre un hogar limpio y sucio es mantener como los chorros del oro estos recónditos inaccesibles. Algunos de estos pueden ser los altillos, las partes más altas de las librerías, los bajos de las alfombras, las camas, lo sofás... Estas partes son un gran foco de suciedad y cuando se hace una limpieza a fondo es imprescindible no saltárselas. 

Limpiar los puntos más difíciles es algo que se debe hacer sí o sí, independientemente de su complejidad. 

4. Mantén los textiles impolutos 

En todas las casas se juega mucho con diferentes textiles, como puede ser la funda del sofá o la ropa de cama. Tener estas telas lavadas y libre de ácaros es algo que no se puede relegar para otro momento. Para ello, Marie Kondo nos dice que la mejor opción es dedicar un día a lavar, planchar y ordenar todos los textiles para que no sean un punto de concentración de suciedad. Este paso es muy importante ejecutarlo en invierno o antes de que empiece por las mantas, sábanas y colchas.  

5. Lo que no se ve también existe 

Una de las cosas que siempre solemos pasar por alto son las cosas que no se ven a simple vista. Algunas de estas son: las tuberías de la cocina, la parte interior de la nevera, el inferior del colchón, el filtro de la aspiradora... Tener estas cosas bien limpias es algo que debe estar a la orden del día. Es muy recomendable hacerse una lista de todas las cosas que se nos ocurra y que no olvidemos a la hora que nos pongamos manos a la obra.