El precio de la luz vuelve a estar en nuevos máximos históricos. ¿Las soluciones para no pagar de más? Organizar bien tus horarios, revisar la potencia contratada... o hacer pequeños gestos que nos ayuden a reducir el consumo en algunas partes de la casa.

Con estos sencillos trucos para ahorrar electricidad en la cocina, por ejemplo, podrás hacer frente a la subida del precio de la luz sin tener que cocinar en las franjas horarias más baratas. Te ofrecemos varios consejos para ahorrar en la factura eléctrica.

1. Usa sartenes y cazuelas del mismo tamaño que el fogón

A la hora de cocinar elige las sartenes y las cazuelas del mismo tamaño que los fogones de la zona de cocción. De este modo, no desperdiciarás su calor y podrás llegar a ¡reducir hasta un 20% el gasto de energía!

2. Ponles la tapa mientras cocinas

Otro truco muy sencillo para ahorrar luz en la cocina es tapar las ollas y sartenes al cocinar. Gracias a este gesto, el tiempo de cocción se reduce. Lo cual se traduce en un ahorro de energía considerable.

Ahorra en la factura de la luz con estos trucos fáciles mientras cocinas.

Cocina con vitro y cazuela roja.

El Mueble

3. Aprovecha el calor residual

Excepto en una cocina de inducción, el resto de cocinas te permiten aprovechar el calor residual al cocinar. Solo tienes que apagar el fuego entre 2 y 5 minutos antes de terminar la preparación del plato. Así se acabará de cocinar solo con el calor que ha quedado acumulado. ¿Un último consejo? Si utilizas una olla exprés o cocinas al vapor, también podrás reducir el consumo eléctrico en la cocina. Además de cocinar de manera ¡sanísima!

4. Hornea varias cosas a la vez 

Aprovecha el horno para cocinar distintas elaboraciones de forma simultánea. Recuerda que puedes colocar varias bandejas a diferentes alturas, lo cual te permitirá ahorrar energía -y tiempo-, y sacarle más partido a este electrodoméstico. Ya sabes que cualquier forma de ahorro, por pequeña que sea, ¡es bienvenida!

Ahorra en la factura de la luz con estos trucos fáciles mientras cocinas.

Cocina con isla y mobiliario, de IKEA.

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5. Desconecta... ¡y ganarás!

El conocido "consumo fantasma" supone un gasto en electricidad cercano al 10% en todo el hogar. Aunque estén apagados, debes desenchufar los aparatos electrónicos porque su modo stand by también gasta. Es importante que al cocinar vayas desconectándolos a medida que termines de usarlos. Al principio quizá te olvidas... ¡pero terminarás acostumbrándote!

6. La iluminación siempre debe ser LED

La iluminación representa un tercio del gasto de luz de una vivienda. Si quieres ahorrar dinero en al cocinar, es imprescindible que cambies tus bombillas y lámparas tradicionales por luces LED o de bajo consumo.

Además, si aprovechas la luz natural también reducirás el uso de la iluminación artificial. Muchas veces al cocinar encendemos todas las luces y, en realidad, basta con encender la más próxima a la zona en la que estás trabajando. 

7. Aplica el método Batch Cooking 

Este método de cocina y planificación consiste en cocinar grandes cantidades de comida en una sola tanda y luego congelar las sobras para comer en otras ocasiones. Esto nos ahorra tanto energía, como tiempo y dinero, pues evita encender los fogones, horno o microondas para elaborar cada comida.

¡Y eso no es todo! También ha ayudado a muchas personas a mantener una dieta más saludable al ser más fácil así controlar las porciones e ingredientes. Una de las claves del batch cooking son las técnicas de cocción eficientes: rechaza las recetas complejas y realiza platos que no te lleven más de media hora.

Ahorra en la factura de la luz con estos trucos fáciles mientras cocinas.

Mujer preparando una ensalada. 

RBA

8. Vigila el uso del frigorífico

La nevera es el electrodoméstico que más consume de la cocina, ¡incluso de toda la casa! Al estar conectado 24 horas del día (en este caso, no puedes evitar su consumo fantasma), el frigorífico llega a representar el 20% de la energía total.

Por eso, mientras cocinas evita abrir y cerrar repetidamente la nevera, una cosa que la mayoría hacemos inconscientemente, y también evitar introducir alimentos calientes nada más salir del horno. Si no lo hiciste nada más comprarla, configura su temperatura idónea (entre 3º y 5) y también del congelador (entre -18º y -15º).

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