13 formas de sacar partido a una cocina estrecha. ¡Aprovecha estos consejos!

En cuestión de cocinas alargadas y estrechas, la distribución del mobiliario más adecuada es en un único frente en línea. Lo ideal es que se aproveche el largo de la planta de un extremo. Saca partido al espacio, a cada centímetro (¡cómo nos gusta exprimir la superficie de las cocinas pequeñas!), e integra los electrodomésticos para que la imagen sea limpia.

Esta distribución implica crear dos zonas enfrentadas en la cocina, cada una adosada a una de las paredes largas. Para que sea posible, la cocina, aunque alargada y estrecha, debe permitir un espacio entre muebles de 70 cm (lo mínimo para que abran las puertas de los electrodomésticos). Puede que no tengas espacio para instalar dos frentes de 60 cm de fondo pero sí para completar la zona de trabajo (de 60 cm de fondo) con un frente de almacenaje de 35-40 cm.

En una cocina estrecha, la distribución en U es la más "agobiante". Mínimo han de quedar 80 cm en el hueco central para moverse. Es verdad que ofrece más superficie de trabajo y módulos de almacén. Deberás sacar partido a los muebles de las esquinas con accesorios que faciliten el acceso. Reserva los muebles altos solo para un frente y aligera el resto de paredes para compensar los muebles bajos en forma de U.

Es otra de las opciones de distribución más apropiadas para una cocina estrecha: la distribución del mobiliario en forma de L. Puedes prolongar el frente de trabajo con módulos bajos y encimera (también con módulos altos de pared) o bien crear en el lado "corto" de la L un espacio de almacén en columna o que integre electrodomésticos (nevera y horno y microondas en columna).

En cocinas pequeñas y alargadas, pensar en soluciones de almacén a medida seguro que suma espacio para guardar. Puede que no "encajen" las medidas convencionales y se desaproveche algún recoveco. No renuncies a ello y opta por una solución a medida, como en este proyecto en el que se completa el frente en línea con un mueble abierto para guardar.

No hay unos colores definidos para una cocina de planta estrecha. Como en cualquier espacio reducido, lo mejor son tonos claros, que no saturen. Blanco, taupe, tierra… ya sea en acabado estratificado, lacado o chapas de madera suave. Puedes introducir algún detalle más oscuro en la encimera o en los tiradores, si te apetece por tendencia. Incluso, los tonos más oscuros mejor en la zona baja de la cocina y claros en los muebles altos de pared.

Ya quieras una cocina moderna o una más tradicional o atemporal, los revestimientos crean una base adecuada sobre la que decorar con el mobiliario. Pero en una cocina estrecha, úsalos a tu favor. No te decantes por suelos de lamas, ya que favorecen la sensación de tubo. Las baldosas cuadradas y rectificadas encajan. También los revestimientos continuos y los estampados de pequeño tamaño.

¡Sí, lo es! Cuando se trata de sacar partido a una cocina estrecha la idea de ganar un comedor de diario funcional siempre aparece. En cocinas de planta alargada y rectangular, una barra resta apenas 35 cm de fondo y es perfecta para instalarla frente a los muebles de cocina. En el caso de cocinas estrechas, pero muy alargadas, el acierto es no llevar los muebles hasta el fondo y "cortar" visualmente, instalando en el extremo un pequeño office con mesa y un banco adosado a la pared para ganar espacio.

Como en esta cocina estrecha, con mobiliario en forma de U. Crea el mini office en el lado corto de la cocina, prolongando la misma encimera de trabajo y con un par de taburetes.

Ganar luminosidad y sensación de apertura en una cocina estrecha es posible, manteniéndola delimitada. No se trata de abrirla derribando tabiques sino de sustituir una de las paredes libres (sin muebles) por un cerramiento. El resultado es una cocina que parece menos estrecha y más abierta. Si el cerramiento es a media altura, aprovecha la zona baja para instalar muebles o la barra de comidas rápidas.

¡Para ganar espacio! Así, en una cocina estrecha no tendrás que "salvar" la puerta en su apertura ni moverla para acceder a los muebles que quedan tras una puerta batiente abierta. En una cocina estrecha, cualquier puerta de acceso o comunicación con otra estancia, mejor corredera. Y si además es acristalada, más ligera resultará cuando esté cerrada.

En cocinas estrechas saca partido a las paredes para ganar almacenaje. Los armarios cerrados son cómodos porque ocultan el contenido, pero para no saturar el espacio, es conveniente "abrir" huecos que aligeren la pared. Así combina estantes con módulos con puerta o instala uno corrido en la parte más cercana a la encimera y, a continuación, módulos que no lleguen hasta el techo (esos centímetros también ayudan a romper la sensación de estrechez).

Y hazlo con comodidad. Nos referimos a que debes tener en cuenta que en las cocinas más estrechas, que dejan solo 70 cm libres entre los muebles y la pared, el hueco está justo para abrir la puerta y agacharte a buscar en el interior. Las gavetas y cajones te facilitan el acceso al fondo del mueble. También los accesorios extraíbles. Y en el caso de las puertas, que máximo sean de 60 de ancho.