¿Sofá rinconero o sofá chaise longue? Cuándo y por qué elegirlos

Es un sofá que está pensado para cubrir el ángulo de un espacio al situarse en una de sus esquinas, de ahí que también se le conozca como sofá esquinero. Esta cualidad es su mayor ventaja, ya que evita dejar puntos muertos en el salón, aprovechando todo el espacio disponible. Además, ofrece más asientos que un sofá convencional de dos o tres plazas.

"Si sois más de tres o soléis recibir mucho en casa es una buena opción. Además, en salones largos y estrechos, donde poner dos sofás en perpendicular es imposible, un sofá  rinconero te salva muchas veces la vida. Porque es un buen sustituto a la distribución clásica de estar con los sofás en ‘L’”, aconseja la interiorista Natalia Zubizarreta.

Un rinconero suele ser más caro que un sofá convencional o incluso que uno con chaise longue, por eso es una elección que, económicamente, solo merece la pena si realmente vas a sacarle partido.   

Aunque hay modelos prediseñados, es habitual que los sofás rinconeros funcionen con módulos estándar a modo de cubos de diferentes medidas, según cada fabricante, que te permiten confeccionar el sofá como si de un puzzle se tratara. Incluso hay fabricantes que ofrecen la posibilidad de completar el rinconero con un módulo chaise longue. Así, en función del espacio que tengas, te puedes crear tu propia composición casi a medida.

"En un rinconero es básico que las paredes en las que se apoya el sofá formen un ángulo de 90º para que encaje el módulo de la esquina", sostiene Natalia Zubizarreta. 

El sofá rinconero reúne todas las plazas de asiento en una sola pieza y por ello el salón se ve visualmente más ordenado y recogido que uno con dos sofás en “L”.

"Si cuentas con un rincón de 250 x 180 cm ya podrás disfrutar de un sofá rinconero cómodo", sostiene Miki Beumala. Si, además, quieres aligerarlo visualmente, Miki recomienda optar por un diseño que prescinda de uno de los brazos laterales, "una tendencia cada vez más habitual". También ayuda elegir un sofá con las patas vistas, siempre se ve más liviano, y optar por tapicerías de colores claros.

Aunque hoy en día los fabricantes de sofás ofrecen módulos de muchas medidas diferentes para adaptarse mejor al espacio, en salones muy pequeños, donde cada centímetro cuenta, la opción a medida será la que se adaptará como un guante al hueco, aprovechando todo el espacio disponible. El único 'pero' es que, al ser piezas artesanales, "en igualdad de calidades pueden llegar a ser hasta un 40% más caras", según Natalia.

Es un sofá con una distribución en “L” que incorpora a las plazas convencionales un módulo especial que se prolonga para poder tumbarse. A nivel estético, un sofá chaise longue se diferencia de uno rinconero porque el módulo de extensión no tiene respaldo. En su lugar, en ese lado incorpora un brazo que se extiende, más o menos, hasta la mitad de la sentada.

Para familias de dos o tres miembros, un sofá con chaise longue resulta muy cómodo ya que ofrece, al menos, dos asientos más la plaza de la chaise longue, perfecta para tumbarse. Y aunque esta última parte no tenga respaldo en el lateral, también puede habilitarse como asiento, de manera esporádica, con unos cojines mullidos.

Es habitual que este tipo de sofás ofrezcan la posibilidad de escoger la chaise longue a la derecha o a la izquierda, adaptándose mejor al espacio del salón.

Hay chaise longues que esconden almacenaje en el módulo para tumbarse, o que de día son sofás y de noche se pueden usar como camas, lo que hace a estas piezas muy versátiles.

El sofá chaise longue se adapta mejor al espacio que el rinconero, que necesita sí o sí una pared de ángulo recto para encajar. Además, esta opción no es tan 'rígida', porque el respaldo del sofá se apoya en la pared recta y el módulo chaise longue, sin respaldo, puede ir en un ángulo más abierto. No es lo ideal, pero puedes poner la chaise longue sin que sea un problema.

Lo mínimo es un sofá de 250 x 150 cm. Así te aseguras 2 plazas más la tercera para tumbarse. Es muy importante comprobar que el sofá sea de tres plazas reales, porque a veces hay sofás con los brazos muy anchos que se comen mucho espacio. En cuanto al módulo de chaise longue, con un largo de 150 -160 cm tienes suficiente para tumbarte con comodidad.

Si vas muy justo de espacio, puedes reducir el módulo chaise longue hasta los 140 cm u optar por un sofá con menos fondo. Aunque hoy en día lo habitual son los asientos de unos 95 -100 cm, puedes rebajarlo hasta los 90 cm para que el sofá se vea más ligero. También ayuda elegir un diseño con un asiento continuo: "Hay menos interrupciones visuales y optimiza mejor el espacio, porque al no tener las plazas delimitadas da más juego al sentarse", sostiene la decoradora Natalia Zubizarreta.