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1.

Agrandan visualmente el espacio

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Unas cortinas blancas son un aliado en pisos pequeños, porque el blanco contribuye a ampliar visualmente. Además, si has pintado las paredes también de blanco, como en este salón, las cortinas se integrarán mejor en la decoración y un espacio sin grandes saltos cromáticos siempre parece más amplio. 

Sofá diseño de las arquitectas Irma Aleu y Rosa Viñets. Cortinas, similares de Gancedo. 

2.

Dejan que pase la luz

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Incluso en verano, se agradece tener sensación de claridad en casa. "Y unos visillos blancos permiten que pase la luz, te dejan ver el exterior pero a la vez te ofrecen intimidad", explican desde Gancedo. 

Cortinas de Ferrer & Ponce, con la tela Litoral 03 de Yutes.

3.

Encajan en cualquier estilo decorativo

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Unas cortinas blancas valen para un roto y descosido. Y es que quedan bien desde en decoraciones contemporáneas de corte minimalista hasta las clásicas, como en este salón. Con la ventaja de que puedas renovar la decoración sin necesidad de tocar las cortinas. 

Cortinas, en Coton et Bois. 

 

4.

Dan sensación de frescor

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El blanco refleja la luz, de hecho es el color que tiene mayor capacidad de reflexión de la luz –cerca del 96%–. Todo lo contrario que los colores oscuros, que la retienen. De ahí que unas cortinas blancas siempre resulten más frescas que unas de color oscuro, siendo una opción ideal en apartamentos de verano

Cama con dosel de Aquitania. 

5.

Alargan la altura de la habitación

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Cualquier espacio en blanco parece más amplio de lo que realmente es, por lo que si optas por unas cortinas en blanco y las colocas a ras de techo, como se ha hecho en este dormitorio, estirarás visualmente la altura de las paredes. Además, lograrás que las ventanas parezcan más grandes

Cortinas, en Filocolore. Cabecero, banco y lámpara, de Sacum. 

6.

Son fáciles de combinar

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"El blanco es un tono neutro que te permite mezclar muchos otros colores sin que las cortinas acaben condicionando la decoración", explican desde Gancedo. En este salón, por ejemplo, se ha optado por un intenso color topo para las paredes mientras que las cortinas se han elegido en blanco, creando un contraste visual muy atractivo. 

 Sofá, en Blanc d'Ivoire y cortinas de Ridox.  

 

7.

Realzan la decoración

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Unas cortinas en blanco van a resaltar todos los elementos decorativos que hayas elegido. Es decir, que si tienes un mueble de color oscuro o unas butacas tapizadas, como en este salón, le dará mayor visibilidad. En cambio, si optaras por unas cortinas de colores muy fuertes o con motivos, harías que las miradas se fijaran en ellas y no en el resto de la decoración. 

Butacas, en Nathurai Cotton. 

8.

No pasan de moda

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Unas cortinas blancas son atemporales. Se ven actuales hoy y dentro de 10 años y además realzan el resto de elementos decorativos que las rodean. Con sencillos cambios en otros detalles, como los textiles o los complementos, podrás renovar fácilmente la decoración.

Cortinas blancas, similares de Gancedo. 

9.

Son el compañero ideal en cortinas dobles

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Si apuestas por instalar doble cortina, como en este dormitorio, no lo dudes: reserva una tela ligera y en blanco para la cortina de base, así dejarás que pase la luz y la claridad. Mientras que la sobrecortina elígela con una tela más tupida y de colores intensos, porque su función es la de tapar la luz.

Cortinas de Natalia Gómez Angelats. 

 

10.

Transmiten sensación de calma y relax

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El blanco es un color que se asocia con la pureza, la paz, la bondad y transmite, además, sensación de limpieza. Por lo que unas cortinas blancas contribuyen a crear ambientes serenos, relajados y tranquilos. 

Cortinas de Irma Aleu y Rosa Viñets. 

Otro punto a favor de las cortinas blancas es que es la decisión más fácil y sin correr riesgos, como explican desde Gancedo. Si dudas entre qué color elegir, si lisas o estampados, y si después van a combinar con el mobiliario y complementos textiles, apuesta por el blanco y acertarás seguro. Además, es importante tener en cuenta que de blancos hay muchos, por lo que si no quieres un blanco puro, puedes optar por uno roto, que resulta más cálido.

Y quítate de la cabeza la idea de que "blanco=soso". Puedes jugar con las texturas o las tramas para que tus cortinas blancas sean tan prácticas como decorativas.