Antes y después: 8 muebles restaurados que iban a pasar a "mejor" vida

Al adquirir esta vitrina, Vale tuvo claro que debía darle un cambio radical. Y la verdad es que no nos extraña, ¡porque ese empapelado era bastante hortera!

El primer paso fue sacar el color rojo (algo que costó bastante, ya que se trataba de un sintético). Después, la madera lavada se combinó con otras zonas pintadas en blanco y en verde pastel, y se añadieron un par de detalles con la técnica stencil en las puertas.

Este cabecero de estilo isabelino tenía potencial, ¡pero estaba hecho polvo!

Después de lavar todo el contorno de madera maciza de petiribi, Vale pintó el centro del cabecero en color blanco y desgastó las molduras. Un truco estupendo para remarcar los aires antiguos pero renovados de esta fabulosísima pieza.

Vale adquirió este espejo en un remate, pensando que debajo de aquel color dorado se encontraría con una bonita madera. ¿Tendría razón?

Al lavar el marco del espejo la pintura dorada fue fácil de quitar, pero debajo tenía un sintético negro que costó mucho trabajo eliminar. Eso sí, ¡los resultados saltan a la vista!

Esta mesita alta venía con la tapa de mármol rajada, así que pedía a gritos una restauración completa. Veamos cómo quedó...

Después de añadir una tapa de madera y una alzada para darle más altura a la mesita, la pintó en un rosa empolvado dejando al descubierto parte de su madera de cedro.

Cuando compró este armario de estilo provenzal, nuestra protagonista se percató de que algo estaba de más... ¿Qué sería?

En efecto, ¡lo que quitó fue la puerta! De este modo, tras lavar la madera y protegerla con cera, convirtió el armario en una estupenda alacena de estilo rústico.

Una puerta antigua puede reinventarse bajo muchas formas... ¿Te imaginas qué ocurrió con esta? Prepárate para alucinar...

Después de cortar las molduras para construir un estante, Vale pintó la mayor parte en color blanco y añadió unos herrajes de bronce a modo de percheros, dando lugar a un mueble único y muy especial para decorar cualquier recibidor.

Esta antigua cómoda pintada en color blanco fue amor a primera vista, pero seguro que te esperas lo que viene a continuación...

Vale supo enseguida en qué quería transformar la cómoda: ¡en un tocador con espejo! Solo tuvo que añadir un pie de apoyo, y forrar la parte superior con un precioso papel pintado con motivos florales en color azul.

Uno de los estilos que más adora nuestra protagonista de hoy es el provenzal, así que en cuanto vio esta repisa supo que debajo de su color oscuro había una preciosa madera de roble que albergaba grandes posibilidades.

Tras lavar la madera y proteger con cera, Vale utilizó este papel pintado floral de estilo vintage que tenía guardado en su taller para forrar el interior de la repisa, ya que pensó (acertadamente) que quedaría estupendo junto al roble.