Alerta tendencia: 11 cosas que creías olvidadas y de tu abuela para la cocina que arrasan en 2024

En los últimos tiempos, estamos siendo testigos del auge de la estética rústica en las cocinas. Esto conlleva echar un vistazo rápido a las casas de campo y las cocinas de antaño que prescindían de muebles altos y módulos cerrados. En su lugar, siempre había estantes de madera natural donde tener a mano los botes y utensilios de cocina. Este tipo de soluciones ofrecen un espacio de almacenamiento visualmente más ligero y adaptable a cualquier rincón. Encajan bien encima de la zona de trabajo o en cualquier lugar desaprovechado y sin gracia. Además de su potencial práctico, es un efectivo elemento decorativo donde apoyar cuadros, dejar cestos o poner a la vista botes, jarrones o piezas bonitas de menaje.

Las alacenas grandes de suelo también se están volviendo a ver como una opción en alza. Esta cocina tiene una alacena vista que da cierto toque vintage a la decoración, a juego de una isla central de trabajo con molduras y tiradores de latón de aspecto envejecido. Como vemos, se han potenciado los elementos que hacen guiños a la tradición, como los utensilios de cocina y las hierbas aromáticas colgados en una estructura encima de la isla, ideada por el equipo de Deulonder, o el suelo con efecto hidráulico con pinceladas de color que levantan el tono de la decoración.

Echando de nuevo la vista atrás, vemos que las alacenas tradicionales de pared han recuperado su esplendor y se cuelan en las cocinas más modernas para aportar un interesante contrapunto. Pueden crear rincones especiales gracias a la decoración, en este caso, con cierto sabor vintage. Lo vemos en los botes metálicos de estética retro colocados sobre las baldas, o los albarelos de loza situados en la parte superior, que recuerdan a los de los antiguos boticarios. El resto de la decoración sigue esa misma temática, a juzgar por la báscula antigua y los sifones que están sobre la encimera. Todo es cuestión de seguir el mismo hilo conductor y el resultado será un éxito.

Son un guiño al pasado, a las casas de pueblo, a las cocinas de nuestras abuelas… Si echamos la vista atrás no es difícil recordar esas antiguas paredes repletas de cazuelas de cobre, cazos o cucharones…. Esa esencia rústica vuelve a nuestros días en versión 3.0 gracias a los organizadores de utensilios. Se amoldan a las cocinas más modernas y se pueden colocar encima de la zona de trabajo. Colgar ahí los útiles que necesitamos tener a mano es una fórmula práctica que aportará un toque tan decorativo como nostálgico.

Las mesas-camillas con faldillas y las mesas redondas eran una apuesta fija en las casas de hace décadas. Hoy vuelven a primera plana de las tendencias y se convierten en el epicentro de reunión en una estancia tan familiar como la cocina. Muchos interioristas echan mano de este tipo de diseños en el office, en especial si no presume de grandes dimensiones, ya que sus líneas redondeadas se adaptan mejor al cualquier rincón y crean mucho más dinamismo que las cuadradas o rectangulares.

Hasta ahora, la tendencia reinante en las cocinas eran los módulos altos cerrados a cal y canto que daban sensación de uniformidad en el espacio. Ahora, vuelven a estar de plena actualidad los armarios acristalados que dejan ver lo que hay en el interior, tal y como se estilaba hace décadas. ¿La ventaja? Que dan cierta sensación de ligereza sin sobrecargar el espacio. ¿El único requisito? Tener los cristales a punto y el interior en perfecto orden para no caer en el efecto contrario.

Los suelos de linóleo son una tendencia en auge rescatada del pasado que han seguido la máxima de “renovarse o morir”. Hablamos de un material de revestimiento para suelos que ha ganado reconocimiento debido a sus cualidades naturales y respetuosas con el medio ambiente, ya que son biodegradables y atrae a aquellos que buscan soluciones más ecológicas para la decoración. Al ser fáciles de limpiar, ignífugos, resistentes a las rozaduras e impermeables, son perfectos para las cocinas. ¡Su gran variedad de diseños es un plus!

Los muebles "de toda la vida" fueron desapareciendo de la cocina a medida que entraban más electrodomésticos en casa. Por eso, muchas cocinas, sobre todo las de carácter rústico, recuperan piezas tradicionales como las vitrinas para ganar almacenamiento y un extra de encanto. En esta foto vemos la típica vitrina rústica a la que se le ha dado una nueva vida en este espacio, decorado con vigas en el techo y muebles bajos. Es un diseño antiguo, en madera oscura y con fondo blanco, lo que hace que, a pesar de su tamaño, resulte muy ligera y no abigarre el espacio. 

Las tocineras son las típicas mesas que había en las cocinas de las casas rurales de antaño. Alrededor de ellas se hacía prácticamente toda la vida familiar. Hoy en día es típico rescatarlas y restaurarlas para adaptarlas a las cocinas modernas como isla de trabajo. Hay quienes añaden taburetes o lo utilizan a modo de almacenaje simplemente. ¿Su ventaja? Que encaja genial con los muebles más actuales. Así es el nuevo rústico chic.

Las botellas de cristal con tramado de yute eran una constante en las cocinas de antes. Ahora, las firmas de decoración las recuperan a modo decorativo para aportar un toque cálido con guiños al pasado.

Colgar platos de la pared o exponerlos en una alacena es un sencillo gesto que ahora se recupera del pasado. Consiguen aportar textura y profundidad a las cocinas más estrechas y se  pueden exponer de manera desenfadada en algún frente despoblado y sin gracia. Puedes echar mano de preciados tesoros de herencia familiar, piezas pintadas a mano, bandejas o vajillas estética rústica. ¡Todo encaja!