Este piso en el centro de Madrid no solo es precioso y está magníficamente decorado y aprovechado, sino que Teresa, la joven propietaria actual, nos cuenta una serie de casualidades un tanto emotivas: tanto Teresa como la familia que poseía la casa (los siete hijos de una señora que pasó los 90 años de su vida aquí) provienen del mismo pueblo vasco, pero también era de allí la persona que registró la propiedad en 1870 en el Ayuntamiento de Madrid.

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1.

Presumir de vigas

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Cuando Teresa, la joven propietaria de este (ahora) impresionante piso en el centro de Madrid, lo vio por primera vez no fue inmediatamente consciente de sus posibilidades. "Lo iba a descartar, pero gracias a Cris y Fer comprendí sus posibilidades", nos cuenta. Hablamos por tanto de una casa centenaria y, por tanto, la reforma fue intensa. Ni rastro quedó de los seis oscuros dormitorios originales y los tabiques que impedían el paso. 

Sofás de Pedro Ros. Mesas y cojines de Batavia. Alfombra de Tailak. Cuadro de Mari Quiñonero.

2.

Recuperar la esencia

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Cris y Fer son Cristina Manene y Fernando Orte, arquitectos del estudio Aldescubierto (y que diseñaron también casi todos los muebles), con quien estableció una gran conexión que se traduce en una amistad que aún les une. “No se había tocado en 50 años, pero vimos muy rápido el potencial, ya que tiene tres orientaciones distintas (este, sur y oeste)”, nos cuenta Cristina Manene.

Vigas y marcos de madera originales. Cojines de lino y árbol de B&B Collection. En el
sofá, manta de algodón de Zara Home.

3.

Lotería inmobiliaria

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“Hay pocos pisos en Madrid Centro con todo exterior y nueve balconeras. Fue el primero que vi, nos confiesa la propietaria. La reforma duró menos de un año y consistió en acabar (casi) con todo.

Lámpara de Petite Lily Interiors. Vajilla y jarra de Pinson Living, mantel, vasos y servilletas, de Zara Home. Cesto con frutas de Mestizo Store.

4.

Moderno, pero cañí

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En la planta principal, recibidor, salón, comedor y cocina están unidos, pero conectados por columnas de madera originales de la casa que recuerdan la anterior distribución. “El armazón de entrada al salón no se puede tocar, tiene su labor estructural”, apunta la arquitecta.

En primer plano, el recibidor con alfombra de Tailak y estantes cuadrados a medida de Aldescubierto. En el comedor, mesa de Aldescubierto y sillas de Maisons du Monde.

5.

Recordando los orígenes

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 También se mantuvieron las ventanas y contraventanas, y varias fotos de la casa de origen (es la serie de postales de la pared del comedor).

6.

Una declaración de intenciones

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Desde el momento en el que se pone un pie en este piso, se ve cuál es su esencia. Por un lado, los elementos recuperados, como la rama de madera sobre el banco, y, por el otro, muebles actuales, como la estantería de módulos diseñada por los arquitectos.

7.

Cerramiento opcional

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Aunque la propietaria se entendió a la perfección desde el primer momento con sus arquitectos, también tenía sus propias ideas. “Los arquitectos eran más de cocina de isla abierta al comedor, pero yo me empeñé en cerrarla”, confirma Teresa, que sabía cómo quería la casa de sus sueños y que buscó inspiración aquí y allí: “Saqué de Pinterest la idea de la estantería en módulos”, apunta.

Mobiliario diseñado por los arquitectos y realizado por su carpintero. Encimerade Silestone y electrodomésticos de Whirlpool.

8.

Cocina a la vista

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“Diseñamos la cocina con la propietaria, que apostó mucho por no esconder, quería una zona abierta con los platos vistos”, continúa Cristina.

Taburetes de Vintahome. Jarras y bandeja de Batavia. Individuales, trapos y vasos, de Zara Home. Bol, jarrón y tablas, de Mestizo. Contenedor de Deco & Living, bandeja de Fronda y vajilla de Pinson Living.

9.

Dormitorio para soñar

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En las zonas privadas manda el blanco: es el color que cubre las vigas de madera del dormitorio y tiñe el microcemento en que está hecho el baño. Junto a la cama, una escalera de barco sube al altillo, una buhardilla con tanto encanto como la casa y su historia. Y es que la considerable altura de los techos permitió sacar un altillo inesperado sobre el dormitorio principal.

Ropa de cama de Zara Home. Plaid de B&B Collection. Estores de Bandalux. Lámparas de Luz Vintage. Espejo de Deco & Living.

10.

Baño acristalado

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El baño está justo detrás del dormitorio, separado por un tabique acristalado que deja pasar la luz hasta el baño a la vez que sirve de cabecero.

Grifería de Grohe. Encimera de Silestone. Toalleros de Ikea. Toallas de Zara Home. Cesto de Deco & Living.

11.

Vestidor a medida

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Además, en un lateral del baño, los arquitectos consiguieron cumplir uno de los sueños decorativos de la propietaria: “Ver el vestidor abierto me da la vida”, admite Teresa.

Vestidor diseñado a medida por los arquitectos de Aldescubierto y ejecutado por Manuel Pérez.

 

12.

El segundo dormitorio

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Los tonos más cálidos reinan en el segundo dormitorio, en el que el original cabecero de fibras corona el dormitorio y la ropa de cama de colores cálidos ayuda a subir la temperatura. 

Cabecero, de Deco&Living. Banqueta, en El Rastro.

13.

Los artífices

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Los arquitectos Cristina Manene y Fernando Orte, del estudio Aldescubierto, responsables de la reforma.

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Felipe Scheffel
Mónica Garrido