Su experiencia escandinava fue el amor. Allí, Lorenzo Meazza - el diseñador de interiores que fue responsable de interiorismo de Ikea- se casó, creo una familia y se enamoró del diseño nórdico. En Suecia, este milanés lo aprendió todo. Después de Milán, París, Bruselas y Estocolmo, se trasladó a Madrid. ¡​Y este fue el reportaje que le hicimos en su maravillosa casa de campo!

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En el comedor.

Mesa belga antigua, lámpara de El Rastro y aparador chino del xix. Sillas Henriskdal retapizadas con terciopelo, puf Aldesa y cojines, de Ikea.
 

2.

Comedor exterior.

Vajilla, copas, bajoplatos y frutero de ratán de Ikea.

3.

Junto a la piscina.

Lorenzo Meazza con sus hijas Allegra y Stella.

4.

En el jardín.

Sillones y reposapiés de madera Äpplarö con colchonetas Hallö. Todos los muebles son de Ikea, como los cojines.

5.

De la ciudad al campo.

Las niñas se han mudado con él desde la ciudad. Ellas están encantadas con el cambio. Para él será un reto, puesto que Lorenzo es muy, muy urbanita.

6.

En el porche.

Mesa de madera Äplarö, butacas de ratán Agen y macetero negro de mimbre Paranöt, todo de Ikea.

7.

En el salón.

Sofá Stocksund , butaca Stockholm y alfombra Silkeborg de Ikea, como los cojines turquesa. Mesa de centro antigua belga y veladores suecos recuperados.

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Desde el comedor.

Grabados de pájaros con marcos Virserum y aparador Stockholm pintado de azul, ambos de Ikea. La silla con brazos es gustaviana.

9.

En el office.

 Mesa del mercado de las pulgas de Niza y papel pintado de la firma Thibaut. Las sillas Ingolf con cojines Ullamaj, de Ikea.

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En la mesa.

Plato, vaso, botella y jarrón de cristal, cubiertos y bajoplato redondo de fibra vegetal, todo procedente de Ikea.

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Hacia el pasillo.

Alacena antigua francesa, grabado del XVIII de Bruselas, como la lámpara de la consola, de herencia y pintada de negro. 

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En la cocina.

Muebles Metod con puertas Laxarby y encimera de piedra Personlig, fregadero Domsjö y grifería Elverdam. Todo de Ikea.

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¿Subimos?

Un tramo de escaleras conecta la planta baja con un altillo con un segundo salón más familiar.

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Uniforme.

El suelo de toda la casa es un parquet de roble blanqueado, con lamas de dos metros de largo. 

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En el altillo.

Chaise longue Stocksund, mueble de tv Stockholm, tv Uppleva, taburetes Kragsta y alfombra Adum, todo de Ikea. Cuadros chinos del mercado de las pulgas de Bruselas y candelabros suecos, antiguos y decapados.

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En el pasillo.

Zapateros lacados Hemnes, cuadros con marcos Viserum y alfombra de fibra Osted, todo de Ikea.

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En el estar.

Sofá Stocksund de Ikea. En él pasan buenos ratos Allegra y Stella, las hijas de Lorenzo Meazza.

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En el tocador.

Escritorio Leksvik, de Ikea. Silla de El Rastro. 

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Siempre juntas.

Allegra y Stella comparten dormitorio. “Quieren estar juntas, dormir juntas. Ya no les gusta el código rosa princesa y puse un papel a rayas en tonos neutros", comenta Lorenzo.

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Estudio juvenil.

Mueble bajo y vitrina Metod con frentes Bodbyn. Mesa redonda Ingatorp, sillas Gamleby, sillón Finntorp y lámpara Örtofta, todo adquirido en Ikea.

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Habitación de chicas.

 Cabecero Malm tapizado por Lorenzo, cuadrante Emmie Ruta, colcha Alina, lámpara Lyrik y alfombras Alhede. Todo de Ikea. Cómoda Ikea vintage con tiradores de Ferretería Ortiz. 

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En el dormitorio.

Silla Undredal, flexo Barometer y cojín crudo con raya negra, todo de Ikea. La mesa roja es sueca, del XVIII y los grabados, austríacos del xix. 

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Hacia la ventana.

Mesita Undredal, colchas Emmie Ruta y Linblomma y manta de ochos Úrsula, de Ikea. El grabado chino es de El Rastro.

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En el baño.

Lavamanos Yddingen y griferías Lundskär, mesa Kragsta y dosificador Bestäende de Ikea. Grabado inglés del XIX.

Y esto fue lo que nos contó en aquel momento: "Cuando vi la casa por primera vez, no me imaginé cómo reformarla o cómo la podría decorar. No me gusta entrar y derribarla entera. Prefiero hacer un refresh: quito esto, limpio esto otro y… de pronto la casa está mucho más bella. No es muy grande, pero tiene un altillo especial. Antes aquí había un estudio en el que la dueña pintaba. Es un rincón maravilloso que tiene sol todo el día. Y también está el coqueto jardín, con varios porches para disfrutar todo el año", nos contaba.

Por supuesto, hay madera. En el hogar de alguien de alma sueca no podía faltar. “La hay china, francesa, italiana, sueca y belga. Puse un parquet de roble blanqueado, y pinté de blanco toda la carpintería de la casa incluso la escalera y las librerías empotradas".

“Adoro la madera. Es una herencia de mis años en Suecia. Puse parquet de roble blanqueado y pinté la carpintería de blanco."

De alguien guiado por sus emociones, no podíamos sino esperar piezas de diferentes orígenes y estilos (¿quién quiere nada uniforme?): varios grabados y un aparador chino, una alacena francesa, una lámpara de cristal y otras antigüedades que dan toques de estilo personal y hablan de cómo es él. A la mesa de comedor le tiene un cariño especial. Es belga, de los años 20, y la reina de la casa, a nadie le pasa desapercibida. La rodean unas sillas de Ikea que ha retapizado con un terciopelo azul Francia.

El beige con toques de azul serenan el espacio, y las piezas tuneadas por Lorenzo le dan ese toque artesano. Como el aparador de Ikea pintado de azul, el velador sueco que rescató de la basura o la consola de herencia que vistió de negro.

Los muebles de la cocina también son negros. “Me gustan los contrastes. La encimera es de mármol y la mesa la tenía mi padre en el sur de Francia y me trae muy buenos recuerdos. Todos y cada uno de los muebles tienen su propia historia, y todos juntos cuentan la mía”.

Allegra y Stella escogieron compartir habitación. “Quieren estar juntas. Ya no les gusta el código rosa princesa y puse un papel a rayas en tonos neutros. En el altillo también tenemos nuestro cuarto de estar, con una televisión 3D porque nos gusta mucho ver películas y una chaise longue. Y al otro lado está mi escritorio”.

En el dormitorio, la cama de Lorenzo, como muchas otras piezas de su casa, es una pieza de Ikea de hace algunos años. “Las llamo piezas vintage, porque tienen más de 15 años y ya no se fabrican”. Pero forman parte de esa historia que está escribiendo. Una historia repleta de amor, de estética y de Estocolmo. Ahora también de Madrid. Y de Allegra y Stella.

¿Te has quedado con ganas de más? Pues no te pierdas el vídeo de esta casa que hicimos para la producción:

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