Tan solo unos visillos muy sutiles (con una función decorativa clarísima) cuelgan de las vigas y lo protegen de los vientos y el sol. Un lugar espléndido. Hablando en plata, una ve esa maravilla, con la piscina, las palmeras y los arbustos verdísimos como telón de fondo y piensa que ha entrado en el paraíso. Bueno, pues os contaré que la pérgola no formaba parte de la casa. La construyeron sus actuales propietarios porque querían disfrutar a fondo de la vegetación y el clima mediterráneo. Una buenísima idea para tomar nota, sobre todo si se cuenta con un jardín o con un espacio adecuado, pero en todo caso sencilla de instalar apoyada en la fachada.

¡Viva la luz!
La Provenza... en Sotogrande
La decoración interior tampoco se queda corta. Con un salón abierto y comunicado con el comedor, con distintos asientos con función propia y una zona de estar con chimenea. Por otro lado, en la segunda planta se encuentran los dormitorios. Todos cuentan con vigas de madera acopladas a la inclinación del tejado y están pintadas de un color arena que refleja calidez. Finalmente, el dormitorio infantil está completamente adaptado a Ginebra, la hija de los propietarios con coloridos textiles, paredes de dibujos y un rincón de juegos.