Periodista especializada en decoración. Directora adjunta de El Mueble
Actualizado a 10 de agosto de 2022, 09:06
Este piso es toda una lección de interiorismo contemporánea, que, seguro, de algo te resulta conocido. Apartamento urbano, ubicado en la gran Barcelona, aquí "todo, absolutamente todo, se pensó al milímetro para optimizar al máximo sus 80 metros cuadrados. No hay un hueco desaprovechado", explica la decoradora Van Castro, de Vivestudio y responsable de la reforma. Joan Torres, su propietario, va incluso más allá, y afirma que “este es un piso de milímetros”. ¿Exagerado? ¡Lo vemos!
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Sofá a medida diseñado por Vivestudio y realizado por Miki Beumala. Butaca de Cado y lámpara de pie de Marset. Mesa de centro, diseño de Vivestudio.
El Mueble / Pepa Oromí
Abriéndose a la luz
Todo empezó (cómo no) con una reforma. Ya en el inicio, fue un auténtico reto: "Lo derrumbamos todo y empezamos de cero. El piso tenía una distribución parcelada que no sacaba partido a sus grandes ventanales. Nuestro objetivo fue ampliar los espacios, llenarlos de luz y crear una atmósfera con un punto nórdico", dice la decoradora Van Castro. Punto nórdico. Buen comienzo para aprovechar, efectivamente, esa magnífica luz que entra por la ventana.
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Mesa de Vivestudio, sillas de Pilma y lámpara de Foscarini. Bajoplatos de Cado y servicio de mesa de Velafusta.
El Mueble / Pepa Oromí
Un salón nórdico y muy capaz
En el salón, el objetivo es el orden. Para ello se recurrió a un mueble a medida que combina ese blanco nórdico que vemos en toda la casa con madera (roble, por cierto, reciclado de antiguas cubas de vino). “El mueble debía ser muy capaz y ligero a la vez: combinamos una zona de cajones para guardar cedés con un lateral de estantes abiertos”, cuenta este apasionado de la música.
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Mueble a medida con zona de librería y mesa con sobre de roble reciclado de antiguas cubas de vino, diseño de Vivestudio.
El Mueble / Pepa Oromí
Concepto semiabierto
Abrieron la cocina y el salón. “Al principio tenía mis dudas sobre la cocina. Pero durante las obras viví en un apartamento con la cocina abierta y me convenció”, reconoce Joan.
Una de las máximas de la reforma fue aprovechar todos y cada uno de los centímetros del piso para sacarles todo el partido. "¿Ves el espacio entre las baldas de la librería y el muro del salón? Ahí encajamos un pequeño armario de 20 cm", explica la decoradora Van Castro, de Vivestudio.
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Muebles de Cesar, en Vivestudio. Barra, diseño del estudio. Campana empotrada de Pando.
El Mueble / Pepa Oromí
Con barra de desayunos
En el extremo de la cocina, se integró una barra de desayunos, un detalle que aporta ese punto fresco, urbano, casi de paso (o no) a la cocina. “Revestimos el muro con una lámina de hierro porque da un aire más actual a este rincón y, por contraste, resalta las dos lámparas blancas”, dice la decoradora. ¿Y el recibidor? Se solucionó con un pequeño mueble suspendido que hace las veces de consola y un perchero con una balda encima.
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Mobiliario, modelo Ariel, de Cesar. Campana empotrada en el techo, modelo E-15, de Pando. Mesa, realizada a medida, y lámparas de techo, de Vesoi, en Vive Estudio. Taburetes, de Varenna.
El Mueble / Pepa Oromí
Una cocina lineal y ligera
Todo en este piso está pensado y repensado. Una balda para el menaje diario en la cocina por aquí, cajones a medida diseñados según lo que iban a guardar por allá... Hay detalles que también hablan de la historia personal: Joan enseña la lámpara de pie del salón, “un homenaje a mi novia. Es un diseño del 61, el año en que ella nació”.
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Muebles de cocina de Vivestudio y colador de Velafusta.
El Mueble / Pepa Oromí
Un diseño para el día a día
Para aligerar el estilo de la cocina se prescindió de los muebles altos y se colocó un estante de madera de roble (la misma que decora toda la casa) para colocar los utensilios del día a día.
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Cabecero de roble y mueble bajo la ventana, realizados a medida por Vivestudio. Banqueta, en Velafusta.
El Mueble / Pepa Oromí
Dormitorio principal.
Con tanta previsión, el mobiliario parece repetir un mismo diseño. Puertas y cajones blancos, sin tiradores, con la superficie de madera, son el patrón que encontramos en todas las estancias. Y luz. Mucha luz, que, por supuesto, llena de vitalidad. “Un piso integrado, sin estridencias, siempre se ve más grande”, apunta Van. Estos 80 metros lo demuestran.
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Banqueta y plaid, en Velafusta. Alfombra de Matèria y colcha, de Filocolore. Bandeja, en Cado. Letra y bolas, en Home Deco.
El Mueble / Pepa Oromí
Aprovechando el espacio
Si en el salón, el mueble aprovecha toda la pared, en el dormitorio se ha sacado partido al espacio bajo la ventana (generalmente inutilizado) con un mueble a medida que va de pared a pared. Hace las funciones de cómoda y tocador, además de regalar muchísimo almacenaje.
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Cabecero de roble y mesilla, diseño de Vivestudio. Ropa de cama, de Filocolore.
El Mueble / Pepa Oromí
Una oda a la madera de roble
Para dar calidez y no perder luminosidad, se eligió una madera de roble (que verás por toda la casa). También se destinó al cabecero, hecho a medida por Vivestudio, así como en la mesita, de un marcado estilo nórdico.
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Armario bajolavabo, de DM lacado de Mapini. Lavamanos, de Bali. Grifería, de Zuchetti. Espejo, diseño de Vive Estudio. Plato de ducha, modelo Nature de Hidrobox. Revestimiento, de Inalco.
El Mueble / Pepa Oromí
Un baño práctico y luminoso
En el baño también se ha aprovechado todo el espacio, cambiando la bañera por un plato de ducha y colocando un mueble suspendido de color blanco que aporta luz y amplitud.
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Plano de un piso de 80 metros cuadrados.
El Mueble / Àngels Buxó
El plano de la casa
Con menos tabiques y eliminando también las puertas se han ganado más metros útiles. ¿El resultado? Un piso cómodo para el día a día.