Inspírate con estas 5 casas de lo más estilosas que recuerdan a Los Hamptons

Todo en esta casa es un lujo: su ubicación, un prado con vistas a la bahía de Santander; su arquitectura inspirada en las típicas casas de los Hamptons, situadas en la costa este de Long Island, en Estados Unidos; la luz que inunda todos los espacios, los materiales sostenibles empleados para su construcción... 

Si el exterior es una maravilla, los interiores son imponentes. Empezado por el espectacular techo altísimo a dos aguas revestido de madera y la organización abierta de la zona de día, que además cuenta con conexión visual en todo momento con el exterior. 

Y, como en las casas que tanto sirvieron de inspiración a la interiorista Asun Antó para decorar esta casa, la cocina es el corazón de la casa. Generosa en metros, se ha planificado con una gran isla de trabajo con una encimera de madera, que da un plus de confort y calidez; y las mejores vistas al prado y al mar se han reservado para el comedor de diario. 

Esa fue la idea del proyecto de la decoradora Pia Capdevila con esta casa: "Quisimos mezclar un look de Los Hamptons, pero en la Costa Brava". Por eso no tuvieron claro que en los tonos de la casa debían predominar el blanco, para llenar de claridad esta casita y destacar el mar, y los grises suaves, como nota de contraste. 

"Las maderas con un toque envejecido y pátina blanca, las fibras como mimbre y ratán, y los linos naturales fueron nuestros favoritos para dar un aire suave y con encanto a la casa", explica la decoradora. 

Este dormitorio transmite relax y una atmósfera muy veraniega que sabe a playa. El original armario con puertas de persiana da una nota de encanto y singularidad, y lo mismo ocurre con el cabecero, diseñado con paneles de lamas decapadas y rematado con un friso antiguo. ¿Quieres ver la casa al completo?

Esta casa impresiona desde el mismísimo recibidor, con una gran escalinata clásica muy a lo Scarlett O'Hara que es toda una declaración de intenciones. Esto no es casual, ya que los propietarios vivieron durante un tiempo en Estados Unidos, de donde se trajeron la inspiración para decorar su nueva casa. 

El blanco y la madera son dos de los grandes activos de la casa, "puesto que refleja esa admiración de los propietarios por la decoración típica de los hogares de la Costa Este americana", explica la interiorista Asun Antó. De hecho, el suelo, que es de pino, se pintó en blanco y con un acabado especial, como de arena. Pero además de la madera y el blanco, la luz y el jardín están presentes en toda la casa. 

Los propietarios tenían clarísimo lo que querían: que fuera cómoda, acogedora y muy vivida, donde poder hacer mucha vida. Muy Los Hamptons. ¿Y el rincón más especial? Sin duda, el comedor de diario, "que se ha habilitado junto a la preciosa bow window con unas vistas inmejorables al jardín". No te pierdas el resto de la casa. 

Esta cabaña a pie de playa respira el estilo de Los Hamptons por sus 45 m². Y no es casual, ya que el propietario ha vivido en Estados Unidos, "de ahí que esta casa reviva el espíritu de la Costa Este americana”, comenta Rosa Muguiro, responsable de la decoración. 

De hecho, en verano los propietarios de esta cabañita hacen vida en el porche: desayunan, comen y cenan aquí, rodeados del verde de los prados y del azul intenso del mar.

La primera decisión que tomaron los nuevos propietarios de esta cabañita fue revestirla de madera y pintarla de blanco por dentro y por fuera, para llevar luz a todos los espacios. Y es que donde la ves, esta era una construcción setentera hecha de ladrillo.  

Esta planta baja con espíritu de casita de veraneo está a un paso de la playa de Sitges, en Barcelona. Y ha vivido una transformación radical. La decoradora Gabriela Conde convirtió un bajos oscuro, lleno de humedades y con un exterior asilvestrado en una casita luminosa con un patio que es el corazón de la casa. 

Para darle un look de cabañita a la casa, Gabriela revistió todas las paredes con lamas de madera y el techo lo recubrió de cañizo, todo en blanco. Y en la cocina apostó por un mobiliario realizado con madera recuperada y un acabado blanqueado, que da un aspecto muy raw y natural. 

El dormitorio, como toda la casa, es pequeñito. Pero la decoradora lo abrió al salón y es como si disfrutara de una zona de estar privada. Y para darle un toque especial, apostó por un cabecero orejero, confeccionado con una tela rústica.