Como mínimo, una vez cada tres meses. Esa es la pauta de limpieza que deberías seguir para mantener el interior de tu nevera reluciente y a salvo de bacterias. Pero... ¿estás segura de conocer cuáles son las mejores técnicas y productos para lograr el éxito? Te lo contamos en estos 5 trucos de limpieza con los que (al fin) darás carpetazo a esos bichillos indeseables mientras presumes de frigorífico.
1. BICARBONATO Y AGUA: LA MEZCLA IDEAL
Para limpiar a fondo tu nevera no necesitas ningún producto mágico, tan solo has de diluir 2 cucharadas de bicarbonato en 1 litro de agua tibia y verter la mezcla en un bote tipo spray. A continuación, quita baldas y cajones, pulveriza el interior del frigorífico con el spray y limpia cada rincón con un paño húmedo. Para finalizar, utiliza otro trapo para secar la superficie hasta que quede brillante. ¿Ves qué fácil?
2. LIMPIA LAS BALDAS Y LOS CAJONES
Para llevar a cabo una limpieza integral de la nevera, tendrás que sacar todas las baldas y cajones, así como cualquier pieza extraíble. Antes de proceder, deja que alcancen una temperatura ambiente.
En función de su tamaño, deberás lavar las piezas en el fregadero o en la ducha para mayor comodidad. ¿Los mejores productos para conseguir una limpieza óptima? Agua caliente y jabón neutro (cuanto más ecológico, mejor). Por último, deja escurrir el agua, y sécalas bien con un paño antes de devolverlas a la nevera.
3. HAZTE CON UN CEPILLO DE DIENTES
Si la nevera cuenta con rincones difíciles a los que te es imposible llegar con un estropajo al uso, hazte con un cepillo de dientes y... ¡frota!
4. NO TE OLVIDES DEL EXTERIOR
Una vez tengas listo el interior del frigorífico, toca pasar revista al exterior. El método más rápido, sencillo, económico y con mejores resultados es mezclar agua con vinagre y pasar la solución por las puertas y los laterales.
La cosa cambia cuando se trata de la parte trasera, ya que hay que tener mucho cuidado de no estropear los componentes. Para quitar el polvo puedes utilizar la aspiradora, e incluso valerte de alguno de sus accesorios para llegar a las zonas más difíciles, pero siempre con tiento.
5. AÑADE UN AMBIENTADOR CASERO
Por último, si quieres mantener el buen olor dentro de la nevera, coloca unas rodajas de limón en un pequeño plato. También puedes utilizar un vaso con zumo de limón o con bicarbonato. Como ves, ¡no hay ambientador más natural!