ORDEN

¿Cómo ordenar la casa cuando muere un ser querido? Una experta nos da las claves para hacerlo bien

Un momento delicado en la vida es cuando nos toca ordenar tras un fallecimiento. ¿Cómo lo podemos enfrentar? La periodista Manu Núñez nos da las claves con sentido común, empatía y sencillez en su libro 'Disfruta tu casa'. ¡Te ayudará seguro!

Mujer ordenando.

¿Cómo ordenar cuando muere un ser querido? Una periodista experta te ayuda a superar el duelo a continuación. 

El Mueble

Hay momentos en la vida en los que tienes que recolocar la casa y uno de los motivos más traumáticos es el fallecimiento de un familiar. ¿Qué hacer con la ropa, recuerdos y muebles de una persona fallecida? Son algunas de las dudas que nos puedes surgir a la hora de reorganizar nuestra casa. 

Durante el período de duelo experimentarás una cascada de sentimientos que debes procesar. Es importante que no los bloquees, pero es igual de conveniente que no te recrees en ellos y los dejes salir. Si te apetece llorar, hazlo y no te contengas. Tienes que vivir el duelo porque, de lo contrario, te acabará saliendo todo ese dolor más adelante. Es necesario pasar el proceso en su momento para poder superarlo. Cuanto antes lo hagas, antes saldrás adelante.

Como recomendación, si no te ves capaz de hacerlo, pide ayuda a tus amigos. Llevar a cabo la tarea con ellos será mucho más llevadero.

VACIAR LA CASA POR FALLECIMIENTO
 

  • Trata de hacerlo lo antes posible. Cuanto más tiempo tardes en enfrentarte a la situación, más doloroso será.
  • Antes de iniciar el proceso, haz un repaso rápido de la nevera para evitar encontrarte alimentos en mal estado cuando te dediques a la cocina. Lo más aconsejable es dejar esa estancia para el final, ya que, de esta manera, podrás disponer de bebidas frías, comer algo y hacerte café o alguna infusión durante los días que destines a esta tarea.
  • No desmontes la casa por estancias. Es mucho más operativo que lo hagas por categorías, porque podrás ir llamando a las empresas que se llevan las cosas e irás viendo cómo se va vaciando. Si lo vas haciendo por estancias, un día llevarás ropa a un centro, al día siguiente encontrarás más ropa en otra habitación obligándote a volver al centro y así sucesivamente. Además, si tienes una cantidad considerable de cosas para donar, seguramente te las irán a recoger a casa. Si lo haces poco a poco, tendrás que llevarlas tú. Conseguirás agotarte y que se te haga interminable.
  • Empieza por su ropa y sus objetos personales, ya que, así, irás asumiendo su pérdida. Seguramente, esa es la parte más dolorosa. Escoge un centro de operaciones (la mesa del comedor o la cama son una buena opción) y ve por toda la casa recogiendo su ropa. Colócala toda junta en el lugar que has escogido, selecciona las prendas que quieres conservar y clasifica el resto para donarla. Te reconfortará la idea de saber que la ropa de tu ser querido será de utilidad para alguien.
  • Empieza por su ropa y sus objetos personales, ya que, así, irás asumiendo su pérdida. Esa es la parte más dolorosa. Selecciona lo que quieres conservar y clasifica el resto para donarla. Te reconfortará que esa ropa le sirva a alguien. 
  • Seguramente, querrás quedarte sus objetos personales como relojes, joyas, gemelos… La mayoría de las veces se quedan en un cajón porque no son de tu estilo o te van grandes o pequeños. En el caso de que no te sirvan o no te gusten, puedes venderlos o subastarlos. Una buena idea es rediseñarlos de manera que puedas ponértelos. Puedes convertir unos gemelos en pendientes, un broche en un colgante… Es una forma de disfrutarlos y llevarlos contigo, pero a tu gusto. Te sentirás mucho mejor transformándolos y luciéndolos que dejándolos abandonados en el joyero. Plantéatelo como que les estás dando una segunda vida.
  • Sigue con la ropa de hogar. Revisa las sábanas, colchas, manteles, etc. que hayas encontrado y divídela en tres montones. Las piezas que quieres quedarte, las que no te interesan, pero están en buen estado, y las que están deterioradas. Estas últimas puedes donarlas a refugios de animales o guardarlas por si las necesitas para empaquetar cosas más adelante. Dona las que pueden utilizarse, pero no te sirven. En este apartado, no te olvides de incluir las cortinas de la casa.
  • Cuando hayas terminado con su ropa y la ropa de casa, llévatela o llama para que la vayan a recoger. Debes ir cerrando etapas y viendo cómo se va vaciando la casa. Así sentirás que estás avanzando en la tarea y dejarás de verlo como un reto inacabable que te supera. Si tiene mucha cantidad, puedes llevarte la ropa personal cuando la tengas lista y, luego, la lencería de hogar, aunque si puedes hacerlo todo de un viaje o conseguir que te las vayan a buscar, ahorrarás tiempo.

«Debes ir cerrando etapas y viendo cómo se va vaciando la casa».

  • Ahora les toca el turno a los objetos de decoración, date una vuelta por la casa y ve cogiendo las piezas que quieres conservar. Empaquétalas para llevártelas lo antes posible. Examina si, entre las que has dejado, hay alguna de valor que puedas vender o subastar: candelabros o marcos de plata, cuadros o esculturas de algún autor conocido, cerámica antigua… y ponlos en un sitio aparte. Hazles fotos para tener una tasación aproximada. De esta manera, te evitas tener que cargarlos de un sitio a otro para que te los valoren.
  • Llegados a este punto, solo te queda decidir qué haces con los muebles. Cuando fallecieron mis padres, mi amiga Pilar me dijo que, al principio, querría conservar la mayoría y me pasaría un tiempo con mi casa llena de sus muebles, y que, pasado un tiempo, me iría deshaciendo de ellos poco a poco. Y tenía razón. A pesar de seguir su consejo quedándome solo los que tenían una ubicación clara en mi casa, unos años después he ido desprendiéndome de casi todos. 

Cuando tengas la casa vacía, date un paseo por todas sus habitaciones y despídete de ella. Cierra el ciclo. Agradece los buenos momentos que has vivido allí y llénate de los recuerdos agradables que has compartido con esa persona que ya no está.

Manu Núñez.

Retrato de la periodista y estilista de El Mueble Manu Núñez.

Libros Almuzara/Arcopress

resumen: desmonta la casa

Recuerda: debes desmontarla lo antes posible para iniciar el proceso de duelo.

  • No intentes vaciarla por estancias, hazlo por categorías de elementos para ir vaciándola.
  • Deja fluir todos los sentimientos que experimentes.
  • Mira primero si hay algún alimento perecedero en la nevera.
  • Empieza por la ropa y los objetos personales.
  • Si crees que hay piezas de valor, hazles fotos para pedir tasaciones.
  • Al final, recurre a una empresa de vaciado de pisos.
  • Cuando esté vacía, despídete de la casa y agradece los momentos buenos que te ha dado.
Libro 'Disfruta tu casa'.

El libro 'Disfruta tu casa', de Manu Núñez.

Manu Núñez
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