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Su primera habitación.

Elige el mobiliario pensando en el futuro, no en el ahora inmediato. Por ejemplo, una cuna que se convierte en cama o un cambiador que puedas reconvertir en cajonera. Aquí, el mobiliario es de Bona Nit.

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Pensando en el futuro.

Aunque durante los primeros meses hará vida en el moisés, no está de más planificar su habitación con vistas al futuro. La cama, por ejemplo, puede servir de práctico sofá para acunar al bebé hasta que no pase de la cuna a la cama. Esta cama es de Ikea.

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Una atmósfera relajante.

Su primera habitación debe invitar al relax. Y los colores, tanto de las paredes como del mobiliario y complementos, juegan un papel decisivo para ello. Los tonos claros y los apastelados son siempre un acierto. Cuna de Ikea.

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Una litera, ideal para pocos metros.

Una litera estándar mide unos 200 x 100 cm y, para que no quede demasiado encajonada, el dormitorio debería medir un mínimo de 250 x 200 cm. Esta es Pfister.

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Versátiles literas tipo tren.

Son muy prácticas porque reúnes en una estructura las camas (tres, si incluyes una nido) y el almacenaje. Aquí, el armario se ha completado con un gran cajón gavetero para juguetes. Litera de BB The Countrybaby.

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Jugar y dormir, por separado.

Si cuentas con metros suficientes, destinar una habitación para dormir y otra para jugar es muy práctico, ya que de pequeños aprenden a separar ambas actividades. Literas, diseño de Olga Gil-Vernet.

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El desván de los sueños.

La buhardilla de esta casa de campo se ha reservado para los más peques, que tienen espacio para dormir y jugar. Las literas y las originales estanterías a modo de escalera son un diseño de Bona Nit.

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Una cama arrimada a la pared.

Es una muy buena opción en pocos metros, ya que no desperdicias ni un cm. Además, durante sus primeros años, dispondrán de un espacio central libre para jugar. Cama, escritorio y puf, en Kenay.

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Dos camas en paralelo.

Es la distribución más cómoda (para moverse, para interactuar entre ellos y para hacer las camas) en cuartos cuadrados, pero también es la que se "come" más espacio. Puffs, de Nobodinoz.

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A medida del espacio.

Planificar una estructura a medida es, sin duda, la mejor opción para exprimir cada cm de su cuarto. Aquí, la litera –diseño de Vivestudio– integra una originales baldas para cuentos, un armario, cajones para juguetes y dos camas.

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Dos camas en "L".

Si no quieres (o no puedes, como aquí) instalar una litera, la distribución en "L" es una de las que aprovecha mejor los metros. Además, deja un espacio central libre para jugar y poder moverse con comodidad. Mesa y silla, de Ikea. 

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Una casita para jugar y dormir.

Diseñada por la arquitecta Cristina Balet, integra bajo una estructura de casita una cama superior y una inferior, que puede usarse de sofá de juegos durante el día. Por su altura, solo se recomienda en estancias con techos desde 280 cm.

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Todo, en una pared.

Reunir las camas y el almacenaje en una sola pared, como aquí, es una solución perfecta para ganar una amplia zona de juegos central. Litera diseño de Bárbara Chapartegui y papel pintado de The Art of Wallpaper.

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¡A volar!

Estas originales literas colgadas de cuerdas, permiten dejar un espacio amplio en el centro de la habitación y no impiden la entrada de la luz de la ventana, que justo queda en medio de las cuatro camas. Son un diseño de Bárbara Chapartegui.

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Una cama alta con espacio para jugar.

Son una opción muy práctica para pocos metros, ya que puedes aprovechar la parte inferior para habilitar una zona de juegos, como aquí, o la de estudio más adelante. Camas de GBZ Arquitectura.

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Dos camas en línea.

Necesitas una pared de al menos 4,5 m de largo. Aquí, se ha prescindido de las camas tradicionales y se ha optado por dos colchonetas superpuestas, que dan un look más desenfadado y personal. Son un diseño de Cado.

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Aprovechar la luz.

Siempre que puedas, destina la zona de estudio, especialmente en dormitorios juveniles, debajo o cerca de la ventana para que disfrute de luz natural, como se ha hecho aquí. Escritorio, diseño de Cristina Carbonell.

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Donde caben dos... ¡caben cuatro!

La decoradora Cristina Carbonell ha planificado dos literas de obra contiguas que exprimen cada cm de este cuarto alargado y estrecho. Dos hornacinas sirven de polivalentes mesillas.

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Con zona de estudio.

Una estantería realizada a medida sirve de separación visual, sin obstaculizar el paso de la luz, entre la zona de descanso y la de estudio. La elección del mismo mobiliario mantiene la unidad decorativa.

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Pensada para uno.

Si no va a compartir habitación, ¿por qué restar espacio con una extra que apenas se usará? En este sentido, son muy prácticas las nido, ya que tienes una cama de más solo cuando la necesitas. El único "pero" es que debes contar con al menos 100 cm libres delante.

Pocas estancias de las casa sufrirán más cambios y en tan poco tiempo como la habitación infantil. Imagina el dormitorio de un recién nacido. Y ahora el de un adolescente. Poco tienen en común, ¿verdad? Cada etapa en el crecimiento de los niños va acompañada de nuevas necesidades y su cuarto debe adaptarse a ellas.

Bienvenido a casa: su primera habitación

Al planificar su primer dormitorio es clave que pienses en el futuro. Sí, ahora es un bebé y con el moisés y el cambiador casi casi le basta. Pero en unos pocos meses el moisés se le quedará pequeño y tocará dar el salto a la cuna. Y su ropita, que cabía perfectamente doblada en una cómoda, empezará a crecer de tamaño y de volumen y el armario se convertirá en una necesidad.

Así que, si no quieres ir cambiando de mobiliario cada poco tiempo, con el sobrecoste que esto significa, una buena opción es elegir piezas convertibles o de doble uso. Por ejemplo, cunas que se convierten en camas o cambiadores que se transforman en escritorios.

Si instalas un armario desde el inicio, planifícalo con baldas graduables en altura. Así podrás adaptarlas al crecimiento de tu bebé y de su ropa

Tan importante como elegir un mobiliario cómodo y funcional es crear una atmósfera relajante, que invite al descanso, sobre todo durante el primer año de vida. Los colores suaves y los apastelados, tanto en paredes como textiles, te ayudarán a lograrlo.

De la cuna a la cama: jugar más y dormir menos

No hay un momento exacto, pero suele ser entre los dos y los tres años cuando el niño pasa de la cuna a la cama. Este primer "gran cambio" es una buena excusa para renovar su habitación. Tu peque ya no es un bebé y esto debe notarse también en su cuarto.

Ahora pasa casi tantas horas despierto como tú y muchas de ellas las invierte jugando. Por lo que conviene reservarle una zona de juegos para que pueda hacerlo con comodidad y seguridad. Si los metros son escasos, puedes arrimar la cama a la pared así liberarás un espacio central. Completa la zona de juegos con una alfombra mullida –para que sea más confortable– y una mesita de juegos donde poder hacer sus primeros garabatos.

Los colores vivos ayudan a incentivar su creatividad, por lo que son un acierto a esta edad. Si no quieres arriesgarte en las paredes, resérvalos para los textiles

En esta etapa será muy importante contar con soluciones para guardar sus pequeños tesoros. Baúles, cajas y cestas para sus juguetes, baldas para los cuentos y los peluches... Para que aprendan a mantener el orden, planifica algunas de estas soluciones a su altura, así podrán coger ellos mismos los juguetes y volverlos a dejar en su sitio.

Su refugio privado: camino a la adolescencia

A medida que el niño va creciendo, la zona de juegos va desapareciendo a favor de la zona de estudio. En este sentido, será vital encontrarle un buen lugar, a poder ser cerca de la ventana y alejado de distracciones y posibles fuentes de ruido que puedan romper su concentración. Para que la mesa sea cómoda lo ideal es que mida al menos 120 cm de largo x 60 cm de ancho. Complétala con un book para guardar sus cosas y nunca están de más un par de baldas para tener a mano sus libros y objetos más personales, como fotos o recuerdos.

Tan o más importante que la mesa es la silla. Elígela ergonómica y con una altura proporcional a la de la mesa y a la altura del niño. Es importante que tenga el respaldo alto para que le recoja bien la espalda y con ello evitar las malas posturas.

En esta etapa su dormitorio es su refugio privado y como tal, querrá decorarlo a su gusto. Desde el color de las paredes o qué colgar en ellas hasta la ropa de cama. Es importante dejarle participar en su decoración, aunque la última palabra deberían tenerla los padres. Al menos hasta que llegue a la juventud.

Todas estas ideas (y algunas más) las verás puestas en práctica en nuestra galería de 20 dormitorios. Entra, curiosea y quédate con las que más te gusten para decorar la habitación de tus hijos.