Espacios pequeños: dormitorios de menos de 10 m2 con ideas para copiar

La decoradora Pia Capdevila no dio ni un cm por perdido en este dormitorio. Para ganar más espacio a pie de cama para poder abrir sin problemas las puertas del armario redujo a la mínima expresión el cabecero, una estructura a modo de murete que recoge la cama. Además, aprovechó el espacio debajo de la ventana con un armario bajo a modo de zapatero. 

Todo lo que tiene este dormitorio de pequeñito lo tiene de acogedor y apetecible. La clave está en optar por las mínimas piezas de mobiliario –una mesilla, una balda como superficie extra de apoyo y una butaca para dejar la ropa– y aliarse con el blanco en paredes y suelo para multiplicar su luminosidad y la sensación de amplitud. 

Aprovechar la pared del cabecero para guardar es una solución muy práctica en espacios pequeños donde no cabe un armario a pie de cama. Aquí, la decoradora Bárbara Sindreu ha ganado un completísimo vestidor en vertical. Pintado igual que la pared se integra mejor en la decoración. El cabecero, a modo de repisa, sirve además de mesillas. 

La decoradora Pia Capdevila optimizó al máximo los apenas 10 m² de este dormitorio con soluciones a medida, como el frente de armarios de suelo a techo a pie de cama y la zona de tocador, que integró en el dormitorio para ganar más espacio en el baño. 

Parece el dormitorio de una cabañita en medio de la montaña. Y nada más lejos de la realidad, porque pertenece a un piso urbano. La decoradora Marta Prats lo transformó por completo pintando el techo en blanco, pero dejando ver la veta, así resulta más cálido y le da ese aire nórdico tan acogedor. Y como los metros eran escasos, llevó los armarios hasta el límite del techo para aprovecharlos al máximo e integró las mesillas a modo de hornacina.

¿Cómo sacarle partido a un dormitorio de menos de 8 m²? Con lo básico y soluciones a medida. Son las recetas que aplicaron los arquitectos Ana Blanco y Fran Mengíbar en este dormitorio. A pie de cama y de pared a pared destinaron el armario y para restar el mínimo espacio posible, redujeron el cabecero a la mínima expresión e integraron las mesillas. Y apostaron por el blanco para aligerarlo todo y llenarlo de claridad. 

El gran reto con el que se enfrentó Mireia Torruella con este dormitorio en suite fueron los metros. O la falta de ellos. Hasta el punto que eliminó el tabique que separaba la habitación del baño y lo reemplazó por un panel de aluminio, que ocupa menos, lo que permitió arañar algunos cm al dormitorio. El panel se compone de dos puertas correderas y una fija, que es la que hace de "pared" de la ducha. Su diseño vintage lo convierte en el protagonista de la estancia. 

Esta habitación era estrecha y alargada, un reto para la decoradora Natalia Gomez Angelats, que supo sacarle el máximo partido con una distribución de las camas en perpendicular. Además, convirtió una de las paredes en un gran panel corredero que abre el espacio al pasillo, ampliándose la zona de juegos. 

Una solución muy práctica en dormitorios pequeños, como este proyectado por el equipo del Estudio Hoc Volo, es prescindir de las puertas del armario y reemplazarlas por cortinas. No solo es una opción más económica que no resta ni un cm, sino que da un plus decorativo y de calidez al dormitorio. Un gran mural de un mapamundi a modo de maxi cabecero completa la decoración de una habitación pequeña pero con mucha personalidad. 

Más minimalista imposible. Esta solución fue la mejor manera que encontró la decoradora Neus Casanova para aprovechar el espacio y ganar una mini habitación. Se trata de un cubo de madera que se puede cerrar con una corredera. Y, como el piso cuenta con altura de techos, se ha planificado a modo de tatami aprovechando la parte inferior con grandes cajones. 

Así es este dormitorio, donde el blanco lo domina todo con excepción de la ropa de cama, que da unos sutiles toques de color al espacio. Sin cabecero, con las mesillas a modo de hornacina y un gran armario sin tiradores y lacado a juego con las paredes, la habitación resulta sobria y muy serena, porque no hay ninguna nota discordante. 

Organizar las camas en "L" en una habitación infantil compartida es siempre un acierto, porque liberas la parte central para jugar, sobre todo cuando aún son pequeñitos. Aquí, la decoradora Mercedes Pérez ha ideado una estructura a medida que integra el cabecero y hornacinas para guardar y las camas se han equipado con un cajón extraíble que ofrece almacenaje extra. Máxima capacidad en poco espacio.