Mónica es lectora de El Mueble desde que compró su primer apartamento a finales de los años 90. Desde entonces, no ha faltado un solo ejemplar "de su revista de decoración favorita" en su estantería. ¡Incluso está suscrita!
"Siempre guardaba recortes de mis estancias favoritas de la revista para tomarlas de modelo en la decoración del apartamento. ¡Y sigo haciendo lo mismo!", recuerda nuestra anfitriona ilusionada.
Ahora, eso sí, para su piso de 135 m2 en Vélez-Málaga, un pueblo muy cercano a la costa. Es la segunda planta de una antigua casa andaluza, con balcones de madera y contraventanas verdes, que se transformó en dos pisos. Y ella se encargó de hacer la puesta a punto para entrar a vivir: "cambié puertas y ventanas, pero no toqué la distribución", explica.
El salón es la estancia más especial de la casa para nuestra lectora. "Lo llamamos el cuarto de arriba por su orientación, vistas y amplitud", cuenta. Además, es donde pasan las tardes en familia compartiendo aficiones y viendo películas en el proyector, desde esos cómodos sofás blancos.
La cocina es otra estancia con mucho encanto. ¿Un punto de contraste? La lámpara de araña que corona el office con sillas rústicas pintadas de verde. En una segunda reforma, la lectora explica que eliminó el pasillo y paso de tener cuatro dormitorios a tres, poniendo el principal en suite. En esta ocasión, contó con el asesoramiento de Vanessa Cobos, interiorista de Emotiva Interiores.
Nos invita a subir por la escalera de caracol y nos encontramos con la sala de juegos de los niños y el despacho de su marido. Además de una terraza con unas vistas increíbles de La Maroma -el pico más alto de Málaga- que se convirtió en su refugio durante el confinamiento.
Al fin, llegamos al dormitorio principal. La pared está empapelada con papel pintado en todos cálidos. Dos mesitas de noche blancas acompañan la cama y un cabecero de hierro le da un aire "vintage" al espacio. ¡Menudo toque!