Antes y después: de piso oscuro a diáfano y con todo el encanto de la madera (con plano)

Este piso estaba muy anticuado y solo contaba con dos ventanas que daban al exterior. ¿El reto del Estudio Anna Marsal? Potenciar la iluminación y conseguir que la luz natural bañara hasta el más mínimo rincón.

¿Qué hicieron? Unificar el salón, el comedor y la cocina en una sola sala amplia y diáfana con la madera como protagonista. Así, la luz podía correr a sus anchas y la sensación de confort sería mayor.

En la zona del comedor se encontraban, precisamente, parte de estas ventanas que debían proveer de luz natural el resto de la casa. 

Aprovechando la entrada de luz, encargaron unas elegantes cortinas hechas a medida. Y escogieron un mobiliario en línea con el material de la casa. Lo cual da unidad y refuerza la idea de calidez. ¿Un detalle que suma? La luz suspendida sobre la mesa. 

El mal estado de la cocina hablaba por si solo: requería una transformación completa. Además, las paredes hacían el espacio demasiado pequeño.

La nueva cocina, hecha a medida con puertas lacadas blancas, combina con la madera de suelos y paredes. ¿Y qué nos dices de la práctica península? Cuenta con un lavavajillas integrado. Por cierto, si te fijas en la esquina, verás que se ha creado un rincón para utilizar como despacho. ¡Qué práctico!

El ambiente interior era muy oscuro, en gran parte, debido a una distribución típica de la época con pasillos largos y numerosas compartimentaciones.

Para romper con la continuidad, "creamos un panelado de roble que recorre todas las partes de la vivienda, dejando un dintel blanco conectado al falso techo, para dar sensación de verticalidad más amplia", explican desde Espais Maria Marsal.

La zona interior del piso se reservaba para la noche, con habitaciones que daban a patios exteriores. 

Para transformar el dormitorio, se utilizaron materiales con acabados y tonalidades parecidas al resto del piso. Todo hecho a medida y diseñado por el estudio de arquitectura. 

Los tejidos de la ropa de cama en tonos azulados le dan un toque de frescura al ambiente. Y ese fantástico vestidor, tan bien integrado en el espacio, parece un sueño hecho realidad. 

¿El baño? El mismo problema que la cocina... Anticuado y súper desfasado. 

La solución: revestir las paredes y escoger una grifería y un mueble de lavabo a la altura. No cabe duda de que a este piso le han dado una vuelta, ¡al completo!

La vivienda mide 83 m² y se encuentra en un edificio de 1961 en el corazón de la ciudad de Igualada (Barcelona).

En cuanto a la nueva distribución, destacar que "el friso de madera se despliega a lo largo de la planta con el objetivo de recoger las diferentes puertas, proporcionando equilibrio horizontal. Y desemboca en la zona del comedor generando una zona de despacho", puntualiza la interiorista.

Anna Marsal Grados, artífice del proyecto, es la interiorista al frente del estudio Espais Anna Marsal.